Integrantes de Ciudadanía Participativa intervinieron la mañana de este viernes el rótulo en la ballena del puente peatonal ubicado a la altura de la Plaza Bicentenario, para restituir el mensaje original de “¡No! Al segundo piso”, luego de que el gobierno estatal presuntamente lo modificara para cambiar el «No» por un «Sí», apenas unas horas después de que fuera pintado la madrugada del miércoles.
Ciudadanos y comerciantes que se oponen a la construcción del viaducto elevado habían obtenido el respaldo del municipio para plasmar la consigna, sin embargo, autoridades estatales habrían alterado el mensaje para contrariar la protesta.
Automovilistas mostraron su apoyo a la manifestación haciendo sonar sus cláxones en respuesta a una lona colocada en el puente peatonal que preguntaba: «¿Aguantarías 3 años así? Toca el claxon y di NO al segundo piso». Los manifestantes señalaron que más del 80 por ciento de los zacatecanos rechaza la obra.
Personal de Servicios Públicos y Protección Civil del Ayuntamiento capitalino se hizo presente para auxiliar con la restitución de la pinta en rechazo al segundo piso, la cual involucró el uso de una grúa con canastilla elevadora y el cierre temporal del carril izquierdo, donde los manifestantes acuerparon la acción.
Lucio Díaz Márquez, comerciante establecido sobre el boulevard metropolitano, advirtió que el viaducto elevado, además de ser una obra innecesaria y costosa para lidiar con horas pico acotadas y que no representan un problema, podría llevar a la quiebra a 179 comercios, afectando a cientos de familias.
Explicó que los apoyos ofrecidos por la Secretaría de Economía (Sezac) a los comerciantes afectados por la obra consisten en préstamos de 10 mil pesos al mes, una cantidad insuficiente para mantener sus negocios a flote. “Nos van a quebrar, y aparte voy a quedar endeudado, ¿en qué cabeza cabe?”, reclamó.
Detalló que los comercios más vulnerables son aquellos que pagan renta, cuyos costos más bajos oscilan entre 6 mil y 15 mil pesos mensuales.
Suponiendo que los cruces a pie de calle que contempla la obra beneficien a largo plazo a los comercios aumentando el flujo de clientes, es imposible que sobrevivan tres años de construcción recibiendo solo el 30 por ciento de sus ingresos habituales, expresó.
“Como ciudadanos y comerciantes, tenemos derecho a manifestarnos, y lo vamos a seguir haciendo, tope donde tope. Desgraciadamente, nos orillan a actuar así”, concluyó Díaz Márquez.
Por su parte, Juan Francisco Valerio Quintero, universitario jubilado, afirmó que los recursos públicos deben destinarse a necesidades urgentes, y que el segundo piso no es ni necesario ni prioritario.
Señaló que la restauración del mensaje original de ¡No al segundo piso! es un acto legítimo, pues el espacio es público y pertenece a la ciudadanía. Además, calificó la modificación de la pinta como una reacción desesperada de un gobierno que, pese a contar con todos los recursos a su favor, ha terminado enfrentándose directamente con la población.