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miércoles, 14 mayo, 2025
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El mando único: reciclado de las mismas fórmulas del fracaso

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS •

Los discursos oficiales sobre seguridad no paran de decir que vamos bien. Cosa muy alejada de la realidad, las mediciones subjetivas y objetivas (las dos) dicen que la seguridad de los zacatecanos va mal. La Envipe 2015 es especialmente reveladora: hace tres años la tasa de víctimas por delito (número de casos por cada 100 mil habitantes) era de 20 mil, y el 2014 fue de casi 23 mil. Creció de manera importante. Y la tasa de delitos es aún peor: en 2011 fue de 18 mil 700, y pasó a 30 mil para el año 2014. Como podemos observar, las cifras del Inegi desmienten las declaraciones oficiosas que construyen escenarios artificiales y optimistas. En términos presupuestales es sorprendente constatar que a la Secretaria de Seguridad Pública se le destina 677.5 millones de pesos, y a la Educación Superior 277 millones: 250 por ciento más. Hay una enorme incongruencia entre crecimiento presupuestal respecto a los resultados. ¿Cómo explicamos esta ruptura de mucho presupuesto y nulos resultados? Pues porque los problemas no sólo se resuelven elevando las partidas de dinero, sino con estrategias inteligentes. Y la pregunta que ahora nos salta es, ¿la medida de centralizar el mando policiaco y prácticamente eliminar las policías municipales es una solución? Veamos: es cierto que las policías municipales son nidos de control y reclutamiento de la delincuencia organizada, y está bien cuestionar su estatus actual; pero trasladar la misma estrategia a un mando superior centralizado, puede tener como consecuencia únicamente trasladar la mancha de los nidos de control del crimen a otro lado. Así, es muy poco probable que esa medida tenga algún efecto positivo.

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Hace años se pensó que incorporando al Ejército y a la Marina en las funciones policiacas de persecución del crimen organizado la realidad iba a cambiar, porque eran instituciones de mando cerrado donde “no iba a penetrar la corrupción”, y con alta capacidad de fuego. Pues bien, llevamos 10 años de esa estrategia y no ha resuelto nada. Nada. Ahora con el Mando Único es el mismo razonamiento. Es decir, no se está innovando en formas de combate al crimen, sólo se están reciclando las mismas lógicas de acción. Y por el contrario, el ingreso del Ejército a las áreas de la seguridad pública, ha traído como consecuencia su corrupción y una mayor violación de los derechos humanos. Entonces nos quedan dos hipótesis: o no se ha entendido la naturaleza del problema (en tantos años), o no se quiere resolver realmente. Urge que ocurra un verdadero cambio de enfoque y ya no se reproduzca lo mismo a través de formas variadas. Los controles estatales, el ataque a las estructuras económicas del crimen y la limpieza de territorios a partir de la participación ciudadana; además de las muchas formas de prevención del delito atendiendo a los sectores vulnerables. Innovar también en las estrategias legislativas de la despenalización de algunas drogas. Es decir, hay propuestas pero el gobierno no las asume: repite las fórmulas del fracaso. La pregunta es, ¿por qué?

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