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viernes, 25 abril, 2025
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La aparición guadalupana, grabado de José Guadalupe Posada

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Por: MARITERE ESPINOSA • MIGUEL JAIRZHINIO LÓPEZ RAMÍREZ •

La Gualdra 367 / Artes Visuales

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La segunda aparición de la Virgen de Guadalupe en la hacienda de Lecherías, (1884) es un grabado donde Posada reunió en una sola pieza la imagen icónica nacional de las distintas deidades femeninas y su devoción. El grabador crea una obra de arte a propósito de un evento considerado políticamente numinoso, falaz y doloso, la aparición de una imagen de la virgen de Guadalupe en una penca de maguey, y para avivar el escándalo con varios testigos del evento (Bonilla, 2010).*

En ella se significa la aparición de la Guadalupana y la compleja estructura social que el trabajo de Posada realiza para las Hojas Volantes de la imprenta Vanegas Arroyo. Imagen y texto conforman un binomio necesario para un país donde el grueso de la población es analfabeta.

Los grabados que realiza el laureado dibujante, relajiento artista migrante y cronista visual de una época son para el pueblo mexicano enseñanza y conocimiento de lo que acontece con su devoción. El aparente modesto trazo del hidrocálido es una muestra del equilibrio entre técnica, estilo y estética de lo popular. Su universalidad radica en la formalización compositiva para resolver desde el canon, planos, perspectiva y profundidades, donde el localismo de sus personajes se hace desde una voluntad por representar los tipos nacionales.

El grabado es construido desde un punto de fuga a partir del dibujo de la virgen, que irradia la perspectiva hacia las orillas, en donde el maguey y sus hojas hace función de marco, destacando en el hermoso halo de la señora del Tepeyac con el contraste entre las figuras que la acompañan, su trazo es desenfadado y grueso, aportación al arte no sólo del grabado sino una demarcación formal del estilo apolíneo de la academia.

Por otra parte, las vestimentas de los personajes significan que todos los pobladores, sin importar su estrato social reverencian al fenómeno y milagro manifestado, donde lo importante es la creencia de la gente -en este caso de la

hacienda de Lecherías-, sin que medie para su legitimación autoridad eclesiástica alguna y con ello, justificación para rechazar su veracidad.

La composición impresa en bicolor permite que el espectador visualice en el centro el milagro, mientras que el resto de los planos son un escenario en el cual se descubre la vida cotidiana del pueblo, ya que los devotos asumen la realidad manifiesta en la penca. Es una segunda aparición de su objeto sagrado, la cual ahora se manifiesta en la planta de la diosa mexica Mayahuel, dadora de vida y fertilidad, dueña del aguamiel y el pulque, bebidas sagradas y profanas por excelencia en el pueblo de México. De esta manera el imaginario colectivo, abandona el colonialismo para arribar en el nacionalismo porfirista donde el campo todavía tiene una fuerte presencia.

Tenemos un grabado que expresa su origen mestizo e irreverente tanto en la temática como en la apropiación de una forma de representar la realidad de una devoción popular. Lo realizado por Posada en esta obra es el imaginario colectivo, la forma y estilo en que se expresa en este momento, unión entre pueblo y su artista, este último productor de una expresión estética: el mestizaje mexicano.

La producción literaria y visual no con un cierto desparpajo de la producción de la prensa de a centavo en el siglo XIX, se abre paso entre las estructuras dadas por las políticas de dominio gráfico que pesan sobre la vida cotidiana del México decimonónico, así aparece en el trabajo sobre el milagro guadalupano que registra en su momento Posada. Finalmente, conforma el imaginario colectivo y popular en clara diferencia a los entramados propuestos desde las instituciones -civiles y religiosas-, en torno al tema de la aparición Guadalupana en el cerro del Tepeyac del siglo XVI. En medio de la formalidad surge la propuesta y visión menos rígida de Posada que es lo suficientemente sensible para identificar el poder de los símbolos y representar el devenir en la cultura e imaginario nacional entre la población de trabajadores y el campesinado mexicano y su celebración cada 12 de diciembre.

*Bonilla, Helia. “Fortunios e infortunios del impreso popular ilustrado por Posada”, en Posada el genio de la Estampa, Gobierno del Estado de Aguascalientes, 2010.

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