Once foros bastaron para que el magisterio le reiterara a Gobierno del Estado de Zacatecas y a la 61 Legislatura, que la reforma educativa de Peña Nieto es un fracaso. Más de 2 mil profesores, con quinientas ponencias en mano y diferentes argumentos hablados, aclararon a la sociedad zacatecana que son expertos en su trabajo y que por eso tienen toda la autoridad intelectual para rechazar la falsedades a las que Gobierno federal alude al llamar reforma educativa a algo que no cambia nada en la educación y sólo los perjudica laboralmente.
Todo mundo sabe que el magisterio zacatecano se manifestó en contra de las adiciones a los artículos 3 y 73 de la Constitución que el gobierno de la República hizo desde el pasado 26 de febrero de 2013. También es de dominio público que después de 18 días de paro laboral el magisterio y el Godezac firmaron una minuta el 24 de octubre en la que el segundo se comprometía a respetar los derechos laborales de los trabajadores de la educación en el estado de Zacatecas, particularmente la no readscripción, y ha garantizar la gratuidad de la educación.
En otras palabras: Gobierno estatal sabe que las afectaciones laborales a los docentes son reales (sí se readscribirá a miles de docentes) y la autonomía de gestión de las escuelas eliminará la gratuidad en la educación. El Ejecutivo del estado tiene conciencia plena de las afectaciones de la Reforma Educativa en Zacatecas, sino ¿por qué firmó una minuta en los términos anteriores? También es ampliamente conocido que el mismo Miguel Alonso Reyes planteó una nueva ley de educación. El magisterio zacatecano entiende que los acuerdos minutados se garantizarían en esta iniciativa; todas las negociaciones apuntan en esa dirección. El Congreso local sabe del acuerdo, por eso se realizaron estos foros de consulta ciudadana.
Los foros se desarrollaron en once municipios del estado: Zacatecas, Fresnillo, Tlaltenango, Jalpa, Río Grande, Concepción del Oro, Pinos, Jerez, Loreto, Guadalupe y Sombrerete. Las maestras y maestros de los diferentes niveles educativos asumieron una discusión seria y responsable. Con argumentos derrotaron a los enviados de la Seduzac y la gente afín al charrismo sindical. Algunos diputados apoyaron al magisterio y otros lo desafiaron. La gente de la secretaría fue fiel a su papel institucional y se colocó del lado opuesto a los trabajadores de la educación.
Los foros tuvieron fallas de origen. En mi opinión estaban preparados para que la gente no asistiera y en consecuencia no se pronunciara contra la Reforma Educativa.
Quizá por esos motivos no se emitieron en la convocatoria las sedes regionales exactas y el temario cuidó darle la vuelta a los términos que maneja la actual reforma educativa, sobre todo los que se contemplan en las leyes secundarias. Todos sus recursos y previsiones fallaron: los trabajadores de la educación se enteraron de las sedes y llegaron; sus ponencias le imprimieron contenido al temario y el foro se convirtió en un plebiscito que evidenció que el magisterio rechaza la Reforma Educativa y está dispuesto a darle rumbo a la educación en la entidad.
Como estaba previsto, los mentores ganaron el debate. Todos los foros resolvieron que la evaluación debe ser un instrumento de mejora en la educación y por eso su aplicación y resultados deben tener fines diagnósticos y por tanto no debe guardar relación con la estabilidad laboral de los docentes en servicio y con el ingreso al trabajo de los futuros docentes. También se planteó que las aportaciones voluntarias de los padres de familia deben desaparecerse. Sin duda, un porcentaje muy alto de profesores y padres de familia no confía en las autoridades y los diputados, por eso les han exigido el respeto a los resolutivos de cada foro y su garantía de subirlos a rango de ley de educación en Zacatecas. La movilización social/popular será la estrategia que utilizarán para lograr el respeto a sus decisiones.
Los resolutivos, desde la voz de los trabajadores de la educación, están dados: en Zacatecas no se armonizarán las leyes que la Reforma Educativa generó. Los diputados y el gobierno, hasta ahora, están ocupados repartiéndose más 24 mil millones de pesos por concepto de presupuesto anual para el estado y no han emitido una opinión respecto a las decisiones del magisterio. Es obvio que el mandato popular es que las autoridades obedezcan lo que el pueblo ha decidido. El magisterio de Zacatecas está organizado y a la brevedad exigirá que se hagan efectivas sus aspiraciones. La 61 legislatura y Godezac tienen decisiones que tomar, desde luego los trabajadores de la educación tendrá injerencia. ■