El diputado federal, Alfredo Femat Bañuelos, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, ofreció un posicionamiento, respecto a las declaraciones del senador John Kennedy sobre México, dadas en una sesión sobre política de drogas y seguridad en el Senado, donde indicó que “los mexicanos estarían comiendo comida para gatos de una lata si no fuera por Estados Unidos”.
A estas palabras las calificó como “ignorantes, xenófobas y racistas”, las cuales constituyen un insulto a la memoria de la familia Kennedy, al Congreso y a la historia de los Estados Unidos de América, “así como la historia de nuestra relación bilateral”.
Añadió que “los comentarios del senador Kennedy son un insulto a los ciudadanos mexicanos que viven en ambos lados de la frontera, incluidos los que forman parte integral de la mano de obra de Estados Unidos, y sin cuyo trabajo la economía estadounidense no sería lo que es hoy”.
Hace un par de días, señaló, el senador Kennedy demostró que el “combate al enemigo externo” es una narrativa fácil e ignorante de las complejidades inherentes a fenómenos como el narcotráfico, que se utiliza con fines meramente electorales.
“En México sabemos cómo entablar una arquitectura de coexistencia pacífica, y encauzar las avenidas de cooperación en espacios formales de diálogo y acción conjunta. Reconocemos que lo anterior puede ser difícil para algunos parlamentarios del Partido Republicano, que en repetidas ocasiones insiste en utilizar a México como causa de todos los males en su nación”, afirmó.
“Habría que recordarle al senador republicano que hoy Norteamérica es una de las regiones más competitivas del mundo en un escenario convulso. Desde hace décadas, México le proporciona a los Estados Unidos la estabilidad de tener en su frontera, más estratégica, un socio, política y económicamente confiable, para su seguridad política y económica”.
Hoy en día, señalar al pueblo de México, de manera racista, es ignorar el arte, la cultura y la ciencia que llega desde nuestro país hacia tierras estadounidenses. Es ignorar el arte plasmado en la “Unión Panamericana” de Diego Rivera, en San Francisco. Es olvidar que, de no ser por José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, probablemente no hubiera existido un artista tan grande como Jackson Pollock, continuó.
Es la cerámica, el arte sacro, el modernismo, el muralismo y la gastronomía, lo que acerca al pueblo estadounidense al vasto patrimonio cultural y la profunda historia de México. Jamás lo serán el racismo ni la xenofobia.
“Nuestra relación bilateral no puede estar condicionada a intereses políticos antimexicanos, como ya lo estuvo hace algunos años. Al contrario, este hecho debe poner en la mesa la manera en cómo serán abordados los temas de seguridad en búsqueda de un futuro compartido”.
Indicó que las estrategias racistas para hacer política, es de todas, una de las más retrógradas que puede ver la humanidad en estos tiempos y aunque veamos normalizada esta conducta, en parlamentarios ignorantes, hoy nos corresponde enaltecer la voz en bien de la tolerancia, la paz y el diálogo fraterno por el bien de nuestras naciones.
“Normalicemos aún más la pluralidad, el respeto y el entendimiento que nos ha caracterizado. Escuchemos, aprendamos y luego propongamos nuevos caminos y políticas para un futuro de intereses compartidos”.
“Como alguna vez dijo un verdadero Kennedy, en 1961, ‘despertemos una vez más nuestra revolución americana hasta que guíe los esfuerzos de los pueblos de todo el mundo, no con un imperialismo de fuerza o temor, sino con el imperio del coraje y la libertad y la confianza en el futuro de los hombres’”, finalizó.
