Los que nacimos un 26 de cualquier mes somos buenos para los números y tratamos de concluir lo que empezamos.
La estadística es una de las más apasionantes herramientas para entender nuestro entorno. De entrada que una de las cosas que me fascinaron de inmediato desde mi reencuentro con Zacatecas en 2013 fue entenderle sus dolores, sus hazañas, sus guerras de sangre, sus batallas perdidas y el ejemplo de su población para seguir hacia adelante a pesar de las trabas a su glorioso camino.
Explicar a Zacatecas en el contexto regional, en el panorama nacional, en el ámbito latinoamericano, en la crisis continental, en la hecatombe nuclear mundial, es cosa de ponerse a pensar y en tener una catarsis sin caer en pesimismos, pero tampoco en demasiado optimismo.
Las pruebas ahí están: Zacatecas ha sido a lo largo de los siglos el principal proveedor de plata y oro en el mundo y sin que nadie ose alcanzar sus parámetros, acaso Venezuela por sus codiciados yacimientos de oro y que son disputa constante; también ha sido tierra de conquistadores feroces y victoriosos como el capitán mestizo Miguel Caldera Yamute quien con su corpulencia, destreza en las armas y pelea cuerpo a cuerpo pudo con los temibles chichimecas opacarlos luego de 50 años de infructuosas batallas por vencerlos.
Zacatecas deslumbró al mundo por sus maniobras fantásticas en sus personajes: artistas de toda laya en la música, la literatura, las artes plásticas, el teatro, el cine, la farándula, la lucha libre, la ingeniería civil, los militares preparados y vencedores, las heroínas y mujeres heroicas en enfermería, amas de casa apoyando a sus hijos para ir a la escuela, al trabajo, inmigrantes a los Estados Unidos, inventores, humanistas, intelectuales, escritores de talla mundial como Gonzalo Lizardo o Juan José Macias, profesionales como Sara Margarita Esparza en el latín, el idioma ruso, la enseñanza y la promoción cultural, el optimismo radiante del pintor Luis Rolando Ortiz y un gran etcétera alucinante que no se suscribe solo al mundo cultural, sino al empresarial, deportivo y de la salud.
Los ojos bien abiertos dice el indio solari, sin dormir toda la noche, en vela y en guardia por las numerologías del terror y sin defensa que tiene gran parte de la población ante el embate de la violencia y la hipocresía, el daño moral, el trastorno y la perturbación de la alteración de la vida cotidiana al estar en las primeras listas de fosas clandestinas, secuestros, violencia y un enfado y melancolía por ese mundo que no hemos podido desterrar.
Pero la reparación está en camino, la fuerza de su historia le dará siempre a Zacatecas la garantía de redescubrir lo increíble y verosímil de su historia, única en el mundo y prueba palpable de que es un pueblo trabajador y lleno de virtudes. ■
