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viernes, 20 septiembre, 2024
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‘Hotel del Universo’ -la clarividencia hierve-, de Jorge Ortega

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Por: Armando Salgado •

La Gualdra 632 / Libros / Poesía

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1

Ir por la calzada del poema. Antes de navegar por los asideros cósmicos de Hotel del Universo quiero compartir un fragmento de una entrevista que efectué a Jorge Ortega para este suplemento cultural La Gualdra, de La Jornada Zacatecas, publicada en 2018. En este espacio hablamos en parte sobre los múltiples caminos del poema y esto fue lo que él respondió: 

 

“La poesía es el común denominador de todas las artes. Tanto la música como la arquitectura, atravesando por la pintura, el cine, la danza o la escultura, aspiran inevitablemente a lo poético o a los estados de sublimación o extrañamiento que suscita la poesía como postura estética y experiencia humana. En este sentido, todas las calzadas de la creación artística conducen a la Roma del poema o contienen de entrada su germen, el de la intencionalidad poética como un ejemplo de plenitud consumada. Ahora bien, la poesía en tanto que destino literario carece de causa lógica, es una marca de nacimiento. Por mera fatalidad, está en uno antes de que cobremos noción del mundo, predisponiendo nuestra receptividad. Como la rosa sin por qué de Angelus Silesius, florece porque florece”.

Jorge Ortega, autor de Hotel del Universo

 

2

Geología de la prosa. Anteriormente comenté que Jorge Ortega tiene: “la paciencia del geólogo que observa los cimientos de la palabra para urdir versos exactos”. Por lo que Hotel del Universo (Mantis editores, 2023), es un libro esculpido con temple. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Gilberto Owen 2022, convocado por el Instituto Sinaloense de Cultura. El jurado estuvo integrado por las poetas Yendi Ramos y María Baranda, y por el poeta Mijail Lamas, tras considerar a Hotel del Universo como […] “un trabajo imaginativo, con una interesante diversidad temática y que fragmenta el relato anecdótico; además, apuesta por una renovación formal del poema en prosa y la construcción de una sintaxis original». 

Este libro entabla una mirada perspicaz donde cada poema permite apisonar la grama, lazar, fumar; libar y sorber […] un diálogo en torno a la vida y obra de uno de los poetas malditos que reconfiguró la poesía escrita hasta ese momento: Arthur Rimbaud, quien fue “Un país de marfil”, una ruta indómita para descender a uno mismo. En Hotel del Universo se aprecia la solvencia técnica de la escritura, así como la realidad de quien escribe. Ambos materiales se combinan para forjar un cuaderno de viaje que permite apreciar la experiencia vital de Ortega, así como el rastro arqueológico-poético de Rimbaud.

Piedad Bonnett dijo que: “El lenguaje de la poesía está hecho para revelar y estremecer, uno como autor se emociona y emociona diferente con la poesía y con la prosa. […] la poesía, con su sentimentalismo necesario, debe tener su freno para no desdibujar el lenguaje poético”. Jorge Ortega cincela palabras con devoción poética:

 

“El sudor y la brújula” 

(fragmento)

 

Empujar a contrapelo el bloque de mármol de una tempestad, remojar la crisma en el biombo de agua de lo que está por desencadenarse, labrar la tersura de un paraje con la voracidad del leopardo que flota de tan raudo, achicando el presente.

 

Actuar, verbalizar, actuar. El tiritar de la candela en la convulsa noche al descampado preludia el diamante de la estrella polar. (p. 24)

 

3

Radiografía lírica. Los poemas en prosa que aparecen en Hotel del Universo se vinculan estrechamente con las Iluminaciones del joven Arthur, escritas en 1886. En lo personal poseo una traducción al español de este libro a cargo del escritor cubano Cintio Vitier. En el prólogo Cintio plasma un itinerario de corrupción seductora que fue embistiendo el carácter de la obra rimbaudiana, ese “diamante en la noche de un pozo”, expresa. Jorge Ortega a su vez logra una sagaz travesía por el desierto del propio Rimbaud, con todas sus extensiones que incluyen familia, viajes, y los intereses del joven bardo rodeados de los valores anti canónicos de la época, junto a esas otras devociones que alimentan el deseo ebrio de luz, y su envés.

 

De esta forma, se compaginan dos poéticas: la mirada fija de Jorge Ortega frente al abismo de Rimbaud, y la eterna necesidad de caer, desde la escritura, hasta el envés del precipicio que también hierve, para tocar fondo en la superficie. Como saltar hacia atrás, o regresar de la utopía en picada, de manera centrífuga, con la mente en blanco y las venas que hierven frente a una revelación. Así son las influencias literarias, puntos luminosos que indican por dónde andar y para qué caer. Hay un tipo de poesía que suele mirar el precipicio más allá del lenguaje y su atracción al abismo es totalmente humano. Al fin, han sido las caídas lo que evolutivamente permitió reconstruir nuestra experiencia para resolver situaciones de peligro, los cambios constantes y a la reconfiguración continua del entorno (incluido la geografía interior) lo que permitió que se reconfiguraran las narrativas de la vida nómada, clásica y moderna.  

De tal modo que Jorge Ortega decide caer en la influencia rimbaudiana para salir de ese desierto con los ojos deslumbrados por dicho abismo, como quien descubre que sus manos además de asir pueden soltar, o como quien cierra ojos para comprender su propia sombra. Estas “revelaciones” van de un lado a otro quemándolo todo. Lo dice Ortega en uno de sus versos: “Avanzas con urgencia rumbo a una claridad que se te esconde”. 

Dicha luminosidad movediza -oscura y absorbente- es la que Jorge Ortega describe durante seis actos: se gesta el camino del genio maldito; la bonanza abandona el lugar de origen reduciéndolo al sitio más aborrecible; la travesía se expande por los confines de la descomposición colectiva; hay un descenso al infierno sin descuidar la porción de fuego personal; hay una dilatación donde se trafican armas, se vende marfil, la prostitución es un animal heredado; la cosificación es una dote que también se comparte para fincar la putrefacción económica de finales del siglo XIX. 

El resto es historia. Jorge Ortega ofrece un camino sinuoso para develar el pensamiento de esta “cuna de fatalidad” frente a la figura del niño genio que adoptó lo maldito como una gracia cósmica. Rimbaud fue el gran traductor del vacío, la caída, el mundo marginal, las calles fétidas, lo enfermo y el desplazamiento de la peste humana a través del impulso victoriano de esa época que sólo tenía ojos para colores pasteles, los vestidos suntuosos y los privilegios para unos cuantos, como un pensamiento que había contaminado a Europa. Todo eso que no era Rimbaud. Posteriormente él se despojaría del atuendo lírico para hurtar la carne, mutilar sus credos y dejar un grave registro en cartas dirigidas a su madre y hermana. Para ampliar esta multitud de hechos se sugiere leer el Retrato hablado de Arthur Rimbaud escrito por Michel Butor.

 

“Punto de fuga” (fragmento)

 

[…] los que partan sin titubeos y aguanten cabalgar hacia el alba mientras los demás pernoctan o celebran con munificencia, los que se decidan por desdibujarse y expongan la carne al pillaje de las fieras, los que, en suma, releguen el silabario de los pordioseros y se adentren en los barbechos del silencio para rendirse ahí, hallando el alivio en el apocamiento, el descanso en el repliegue, haciendo del anonimato la medida del cosmos. (p. 25-26)

 

4

La raíz anómala. Jorge Ortega en su libro El ancla y el arado. Apuntes sobre poesía iberoamericana y otras afinidades (2014) menciona que: “El poema es un síntoma de la insuficiencia del silencio o del margen de error del lenguaje humano, por lo que la poesía no se distingue muy estrictamente por su virtuosismo sino por la raíz de anomalía que la provoca. […] el poema es, en la mejor de las situaciones, un pie de página, una apostilla, una acotación a la realidad que nos jalona y en la que nos consumimos”. Por lo que Hotel del Universo es una invitación a un país de marfil donde la aproximación al abismo es sólo uno de los múltiples caminos del poema, que permitirán reconocer en el otro, nuestro rostro.

 

***

Jorge Ortega, Hotel del Universo, Mantis Editores, México, 2023, pp. 109.

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_632

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