El libro “Mujeres y comunidad científica en México (1887-1987): Incursión, sororidad y perspectiva de género” de Irma Saucedo Rodríguez, fue presentado la tarde de este jueves, contando con los comentarios de Diana Arauz Mercado, José Enciso Contreras y la moderación de Federico Priapo Chew.
La sororidad fue la estrategia para que las primeras mujeres profesionistas en México tuvieran campo laboral, explicó Irma Saucedo Rodríguez, detallando que la fundación de asociaciones de médicas, de periodistas y de gremios femeninos de otras áreas profesionales fueron clave para abrir la brecha de género en los ámbitos académico y profesional.
Matilde Montoya Lafragua, la primera médica titulada en México, tuvo que lidiar con obstáculos de una sociedad mexicana tan “aburridamente antigua y mocha”, que fue obligada a escribirle a Porfirio Díaz para obtener su examen profesional, pues una de las trabas que enfrentó fue la de que las actas de estos certificados estaban hechas solo para contener pronombres masculinos; recordó el historiador Enciso Contreras.
Haciendo un repaso por la historia de las primeras mujeres científicas y las que lograron incursionar en las universidades medievales, Irma Saucedo enfatizó la importancia de conocer las caras y el legado de estas pioneras, mencionando a Hipatía de Alejandría, Hildegarda de Bingen y Christine de Pizán, entre otras.
El historiador José Enciso destacó el trabajo de la autora de este libro para describir el proceso de rápida feminización de ciertas carreras, como las de ciencias de la salud, la administración y el derecho, señalando que carreras como la de Química Farmacéutica Biología, nacieron feminizadas, al exportarse de la UNAM una planta docente con una importante presencia de académicas.
Enciso Contreras compartió que, a mitad de la década de los 50, en los primeros días de la incorporación de mujeres al Instituto de Ciencias de Zacatecas, las mujeres padecían la falta de baños y las amonestaciones de docentes que se incomodaban por sus participaciones, arrojando frases como “Usted cállese, usted no sabe nada” y “¿Qué no hay hombres aquí?”.
Al final de su presentación, Irma Saucedo destacó los nombres de Susana Magallón Puebla, bióloga mexicana que ha sido aceptada en la Royal Society of London, y de Rosaura Ruiz Gutiérrez -designada por la presidenta electa como próxima secretaria de Ciencia y Tecnología-, quien fue la primera mujer en dirigir la Academia Mexicana de las Ciencias, en 1996.