24.4 C
Zacatecas
domingo, 20 abril, 2025
spot_img

Migración de retorno, problema social en Zacatecas sin políticas públicas adecuadas

Más Leídas

- Publicidad -

Por: RAQUEL OLLAQUINDIA • Araceli Rodarte •

■ Raymundo Villavicencio, un mexicano que ha sufrido el embate de la legislación en EU

- Publicidad -

■ Contabilizados, 11 mil 650 niños que llegaron al estado tras haber nacido en el extranjero

A tientas por la densa oscuridad, con la mochila en la espalda y radiante de felicidad, un joven camina por los senderos empolvados que serpentean en el cerro hasta llegar a un pequeño grupo de viviendas, cuyos habitantes continúan su rutina con normalidad sin saber aún nada de la llegada del forastero.

Con sigilo y junto a su acompañante, el chico sube al techo de una de las primeras casas en las que desemboca su camino. Sentado en el cemento y en silencio, observa a la mujer que, de un lado al otro del patio central, se mueve con rapidez alistando todo para la cena.

Sin luces que alumbren la parte alta de la casa, el muchacho permanece en penumbras cuando dice: “Buenas noches, señora. ¿No invita a cenar?”. La mujer se detiene y voltea siguiendo el sonido de la voz, aunque aún sin distinguir completamente a las figuras que le miran desde lo alto: “¿Eres tú?”, pregunta.

Y efectivamente, una de las personas a quien más esperaba la señora, nuevamente, había vuelto por sorpresa a casa: su hijo.

Raymundo Villavicencio, en el momento en el que se sentó a observar a su madre desde el techo llevaba ya un largo recorrido a sus espaldas. Acababa de llegar a la comunidad de Los Cardos, en el municipio de Nochistlán, Zacatecas, después de haber viajado desde su lugar de residencia, que en aquel momento era Oklahoma, en Estados Unidos.

Los nueve años en los que tuvo permiso para trabajar en el país vecino fueron los más felices de su estancia en territorio estadunidense, pues Raymundo tenía la posibilidad de cruzar la frontera sin ningún impedimento para visitar a su familia y regresar al norte para seguir trabajando.

Ahora recuerda esa época, sentado en una de las habitaciones de la casa que, cuando era joven, veía desde el techo. Y es que después más de dos décadas viviendo el “sueño americano”, fue deportado hace tres años y volvió, definitivamente, a su localidad de origen junto con su hija, que tiene cuatro años de edad y es ciudadana estadunidense.

La historia de Raymundo se suma a la marea de mexicanos que, sobre todo en los últimos años, han sufrido el embate de la estricta legislación en el tema migratorio que existe en la Unión Americana.

Los datos expuestos por el director del Instituto Estatal de Migración (IEM), Rigoberto Castañeda, en base a las estadísticas de la dependencia nacional del sector, muestran que en el primer trimestre de este año se han registrado mil 521 repatriaciones. Durante 2013, fueron 7 mil 230 y el año anterior, 2012, hubo 9 mil 500 zacatecanos que fueron deportados.

Raymundo Villavicencio, zacatecano que fue deportado de los Estados Unidos, ahora reside en la comunidad de Los Cardos, en Nochistlán ■ fotos: miguel ángel núñez

Endurecimiento de leyes migratorias, causa del regreso

El regreso de un mayor número de mexicanos a territorio nacional tiene dos causas definidas. Se habla de la crisis económica en Estados Unidos que de acuerdo a los expertos, comentó el docente investigador de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Miguel Moctezuma, tendrá una duración de 10 años y apenas ha transcurrido la mitad de ese periodo; y también se señala el endurecimiento de las leyes migratorias norteamericanas.

Raymundo Villavicencio fue víctima de estas leyes aplicadas contra la población migrante. Recuerda que, cuando perdió su permiso de trabajo, volvió a sumirse en un estado de tensión y miedo constante, por el temor a ser detenido por las autoridades migratorias. Unas condiciones de vida casi imposibles de soportar.

Aunque él no fue interceptado en las calles de Oklahoma, cuando realizaba sus tareas diarias. Por el contrario, este zacatecano de 43 años fue detenido cuando intentaba cruzar nuevamente la frontera y encerrado en una cárcel durante 15 días, mientras se decidían los términos de su deportación.

Una privación de la libertad que antes de los cambios en la legislación no se daba, explica el tío de Raymundo, Francisco Durán, quien también residió durante 30 años en el país vecino.

Cuenta que, anteriormente, tan sólo deportaban a las personas que cometían algún delito e Estados Unidos, “pero cruzando la frontera nunca le hacían nada ni lo deportaban, no más lo echaban para fuera”. Por eso, lamenta que ahora los migrantes sean tratados como criminales. “Un delincuente es una cosa y que la gente va a buscarle a la vida es otra, no anda haciendo males”, subraya.

Sobre su experiencia, Raymundo narra cómo, junto con su hermano, un amigo y dos de sus primos, salieron de Los Cardos hacia el norte. Pero una vez que saltaron la valla que separa México de Estados Unidos, después de haber caminado durante horas, fueron interceptados por las autoridades migratorias y él ya no quiso huir, sino que esperó a ser detenido.

Fueron 15 días los que estuvo recluido y, en ese tiempo, convivió con 12 personas en un pequeño cuarto, que a su vez estaba dentro de un pabellón donde permanecían encerradas unas 200 personas.

Casi sin poder dormir por las revisiones continuas de los custodios y con el miedo de ser agredido por otros compañeros, asegura que “en esa parte no me gustó el trato que te da migración porque es como un trauma que te quieren meter para que ya no vuelvas a regresar”.

Falta de políticas públicas en materia educativa

Raymundo fue deportado después de más de 20 años viviendo en Estados Unidos. La repatriación de personas que, como él, residieron durante tanto tiempo en el país del norte es una práctica que se consolidó también después del endurecimiento de las leyes migratorias.

Esto se refleja en las cifras de la Encuesta sobre Migración en las Fronteras Norte y Sur de México (EMIF) elaborada por el Colegio de la Frontera Norte (Colef), en conjunto con otras instancias como la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).

En este estudio se advierte que en 2000, 97 por ciento de las repatriaciones fueron de personas que llevaban menos de tres años viviendo en Estados Unidos, mientras que tan sólo 3 por ciento de los deportados sobrepasaban ese tiempo de residencia. De estos últimos, destaca que únicamente 0.5 por ciento tenían más de 12 años de estancia.

Sin embargo, en 2011 los porcentajes cambiaron pues 61 por ciento de las personas repatriadas había habitado en territorio estadunidense menos de tres años y 39 por ciento tenía más de tres años allá. En esa ocasión, quienes fueron deportados después de haber vivido más de 12 años en la Unión Americana representaron 8.3 por ciento del total.

Esto conlleva que muchos de los repatriados tuvieran ya su familia formada e, inclusive, hijos nacidos en Estados Unidos. Este hecho, precisamente, ha desencadenado uno de los mayores problemas para las autoridades mexicanas en este ámbito, puesto que estos niños y jóvenes en ocasiones no hablan español y, en la mayoría de los casos, no saben la historia mexicana, lo cual afecta a su proceso educativo.

Actualmente se tienen contabilizados 11 mil 650 menores que llegaron a Zacatecas tras haber nacido en Estados Unidos y quienes se encuentran cursando algún nivel en educación básica, de acuerdo a los datos de la Secretaría de Educación de la entidad (Seduzac).

El encargado del Programa Binacional de Educación Migrante (Probem) en esta dependencia, Antonio Acosta Rodríguez, explicó que en el estado existe un diplomado para maestros que busca que los docentes aprendan el idioma inglés “en un nivel básico”.

Para que uno de estos profesores pueda estar de manera permanente atendiendo una escuela, explicó el funcionario, el centro educativo debe tener un mínimo de 10 niños migrantes y expuso que actualmentehay 54 instituciones escolares en estas condiciones. Principalmente están en los municipios de Fresnillo, Pánfilo Natera, Ojocaliente, Jerez, Tabasco, Río Grande, Florencia de Benito Juárez, Villanueva y Ciudad Cuauhtémoc.

No obstante, según el investigador del Doctorado en Estudios del Desarrollo de la UAZ, Miguel Moctezuma, las cifras de las autoridades no parten de una base real y ni siquiera los directores de las escuelas tienen, a veces, conocimiento de cuántos de sus alumnos han nacido en Estados Unidos.

Además, agregó que el hecho de que algunos maestros cursen un diplomado de inglés no es suficiente porque esta titulación no les permite ser bilingües, por lo que su nivel del idioma es menor que el de los propios niños y jóvenes.

Moctezuma explicó que para llegar a una solución a estos problemas es necesario que se elabore un “proyecto de responsabilidad compartida” entre las autoridades mexicanas y las estadunidenses porque se está hablando de personas que tienen ambas nacionalidades. Por ello, aseguró que lo que se le pide a Estados Unidos no es que intervengan en las políticas mexicanas, sino únicamente que se responsabilice de sus ciudadanos.

No obstante, comentó que ante la falta de capacidad de México para negociar ante el país del norte es necesario que en materia migratoria se busque la interlocución de organismos supranacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU) y que se trate este ámbito desde la perspectiva de los derechos humanos.

La falta de empleos en Los Cardos es otro de los problemas que enfrenta Raymundo

Ausencia de empleos, otro de los problemas

Aparte de los problemas con los niños y jóvenes en edad escolar, la falta de empleos es otra de las grandes lacras que encuentran los adultos que regresan, de manera forzada o voluntariamente, de los Estados Unidos a sus comunidades.

Raymundo Villavicencio sufre esta ausencia de empleos en su localidad, donde la fuente de ingresos para sus habitantes es la actividad agropecuaria que además no se da todo el año, sino sólo en temporada de lluvias.

Su tío, Francisco, asegura que para que cambie la situación actual y la migración que separa a las familias deje de ser la única opción de encontrar un futuro mejor, el gobierno debe centrarse en crear fuentes de trabajo y abandonar las prácticas asistencialistas de dar apoyos económicos que de poco sirven para sacar adelante a una familia.

En este sentido, menciona por ejemplo el programa oportunidades y el eslogan de Gobierno Federal que reza Por un México sin hambre.

Al respecto, Francisco cuestiona: “¿Usted cree que con 800 pesos cada dos meses va a ser un México sin Hambre? Eso no, no es ni para un viejito y menos para el que tiene familia. No es tampoco que a uno lo mantengan, pero a lo mejor en vez de dar eso, con todos los millones que dan en la República deben de poner fuentes de trabajo, donde trabajemos para ganarlo. Pero que nos salga para mantenernos”.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -