La depresión es una enfermedad que se caracteriza por síntomas que influyen en el estado de ánimo, como la tristeza y la irritabilidad, pero también en otras conductas como la pérdida de interés, aislamiento, alteraciones del sueño y del apetito, explicó Cristina Medina Graciano, psiquiatra adscrita al Hospital General de Zona (HGZ) número 1, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Zacatecas, quien agregó que es probablemente una de las enfermedades o trastornos psiquiátricos más conocidos, pero desafortunadamente no es de los más tratados.
De cara al Día Mundial contra la Depresión, conmemorado cada 13 de enero, la especialista subrayó que hablar abiertamente sobre el tema puede hacer la diferencia para que una persona pierda el miedo a buscar la ayuda de un profesional, pues algunos de ellos demoran hasta 10 años en buscar atención, por lo que es importante la difusión sobre el tema.
Con respecto a los tratamientos para la depresión, Medina Graciano recomienda que debe llevarse a la par el tratamiento farmacológico y el psicológico porque son coadyuvantes, incluso, precisó, la terapia psicológica llevada a cabo por un profesional es “la parte medular” del tratamiento, mientras que los medicamentos hacen su parte importante, igualmente, para lo que el IMSS, destacó, dispone de ellos en el primer nivel de atención.
De acuerdo con la especialista, una persona que lleva un tratamiento puede recuperar su funcionalidad y la capacidad de integrarse a la familia y a la sociedad, hasta en cuatro semanas o menos. Para ello, es importante identificar primeramente algunos signos de alarma, como los cambios de conducta, el aislamiento, la pérdida del apetito y el sueño, así como la manifestación de forma directa o indirecta su pesimismo, e incluso, ideas suicidas.
Aunque la conducta suicida es un síntoma y una situación multifactorial, el trastorno mental no es privativo de la depresión, sino que puede estar asociada al consumo de sustancias o a un trastorno psicótico, pero también hay factores genéticos que pueden hacer la diferencia entre que una persona llegue a cometerlo o no, subrayó la psiquiatra.
Asimismo, Medina Graciano precisó que la edad también es un factor importante, pues a veces se piensa que los niños o los adolescentes no saben que están haciendo o de lo que hablan, no obstante, advirtió, los niños elaboran menos una idea suicida, y por el grado de impulsividad, tienen mayor probabilidad de que en un primer intento lleguen a concretarla.
Finalmente, la especialista hizo un llamado a la población en general para que, al identificar este tipo de comportamientos en algún miembro de la familia, pidan apoyo o se acerquen a los servicios de salud en Primer Nivel de Atención del IMSS con su médico familiar, quien puede identificar, tratar y derivar en caso necesario al paciente.
La depresión, concluyó, no respeta edad o género, pero sí hay, aparentemente, una mayor prevalencia en mujeres y sobre la tercera década de la vida; sin embargo, puede pasarle a cualquier persona.
