María Luisa Albores, titular de Alimentación para el Bienestar, informó que el acopio de frijol terminó el 17 de mayo, con la compra directa de 101 mil toneladas a más de 12 mil pequeños productores, principalmente de Zacatecas, Durango, Nayarit y Chihuahua, con una inversión de 2,742 millones de pesos. Sin embargo, productores de Zacatecas han denunciado múltiples irregularidades en los centros de acopio y falta de atención.
Albores González presentó en la mañanera de este 10 de julio que el proceso de acopio de frijol concluyó el pasado 17 de mayo, iniciando en noviembre de 2024. Durante este periodo, se dijo, el gobierno compró 101 mil 587 toneladas de frijol de manera directa a 12 mil 336 pequeños productores, a un precio justo establecido por el programa.
El acopio se realizó en 114 centros ubicados en 59 municipios, concentrándose en 14 estados del país. No obstante, el 91.9% del frijol se recolectó en Zacatecas, Durango, Nayarit y Chihuahua, entidades reconocidas por su histórica producción de esta leguminosa.
La inversión total del Estado mexicano en la compra de frijol fue de 2 mil 742.87 millones de pesos. Esta acción, dijeron, forma parte del compromiso del gobierno federal de apoyar directamente a productores del campo, eliminando intermediarios y garantizando precios justos.
Fernando Galván, líder frijolero de la región, denunció que muchos campesinos quedaron fuera del programa debido a la desorganización y arbitrariedades de los funcionarios locales. “Sí se acopiaron más de 100 mil toneladas, y sí les pagaron a los que lograron meter su frijol. Fue una buena ayuda. Pero también hubo muchos que no pudieron participar. Cerraban los centros antes de tiempo, no avisaban, y el dinero tardaba en llegar. Todo eso afectó”, dijo en entrevista.
El problema de fondo, afirmó, no fue el programa federal en sí, sino la forma en que fue operado a nivel local. Galván señaló directamente a los funcionarios responsables de los centros de acopio, a quienes acusó de estar “viciados” y de favorecer a intermediarios y grandes acaparadores, en lugar de apoyar a los verdaderos productores.
“Los jefes de los centros hacen sus negocios. Dejan a los campesinos al último para darle prioridad a los acaparadores. Ya se saben todas. Están coludidos. No hay control, no hay orden. Muchos están ahí desde hace años, solo cambian de puesto, pero siguen en lo mismo”, denunció.
La situación, señaló, se agrava en municipios como Plateros y Cañitas, donde los centros de acopio están rodeados de intermediarios que compran el frijol a bajo precio y lo revenden a un costo más alto. Galván explicó que estos acaparadores tienen los medios y la capacidad logística para empaquetar y transportar el producto, lo que les da ventaja sobre los pequeños productores. Por ello, hizo un llamado urgente a poner orden y garantizar condiciones justas para todos.
El líder campesino también cuestionó el trato que reciben los productores. Aunque descartó intimidaciones abiertas, calificó como indigno el proceso de espera y entrega del producto. “Nos tienen formados días o semanas. No es justo. Solo pedimos que nos atiendan, pesen el frijol y ya. Hay funcionarios que humillan al productor, sobre todo al que no sabe defenderse”, lamentó.
Además de los problemas administrativos, las recientes lluvias en la región complicaron aún más la situación para los campesinos. “Algunos perdieron lo que sembraron, otros apenas van a poder sembrar. Y así seguimos, batallando”, agregó.
Galván hizo un llamado al gobierno federal para que depure el sistema de acopio, investigue a los responsables locales y garantice que los apoyos lleguen a quienes realmente trabajan la tierra. “Queremos que el presupuesto se abra con tiempo, que se diga cuántas toneladas van a recibir, y que se cumpla. Pero, sobre todo, que el programa funcione allá en la tierra, no solo en el discurso”.