■ Economía ya no se sostiene solo del petróleo, ha optado por otros sectores productivos, expone
México enfrenta un cierre de ciclo en la aplicación de políticas neoliberales, pues las reformas estructurales que se impulsaron a partir del sexenio de Ernesto Zedillo se concretaron con el Pacto por México recientemente, y el motivo por el cual el país no ha colapsado, es porque la economía dejó de sustentarse en el petróleo, afirmó Alberto Olvera, Instituto de Investigaciones Histórico Sociales de la Universidad Veracruzana.
Incluso, dijo que la balanza comercial petrolera se ha equilibrado e incluso la economía tiende hacia otros sectores productivos como la industria, ya sea automotriz, de partes de avión, microelectrónica a gran escala, entre otros.
“Una cosa que no se ve, pero que los analistas serios constatan, es que la agricultura mexicana volvió a crecer y volvió a crecer porque se consolidó una especie de agricultura capitalista por contrato, de escalas pequeñas muy regionalizadas, que eran la aspiración de Salinas hace 25 años y que parece que está empezando a funcionar”, agregó.
Durante su participación en el Cuarto Congreso Internacional de Ciencias Sociales que se realiza en el marco del 35 aniversario de la Unidad Académica de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), manifestó que la tendencia productiva en México se está convirtiendo “en la China de los 80”, porque en ese país los salarios son muy altos en este momento y a las empresas les está conviniendo traer sus plantas a México y pagar “salarios miserables”.
Olvera indicó entonces que la coexistencia de una crisis del modelo capitalista con una revolución tecnológica, un reordenamiento de los mercados globales, una nueva división del trabajo, y una crisis de los precios de las materias primas, ha generado “una oleada de democratización en América Latina con diversas modalidades más o menos populares, más o menos radicales y más o menos exitosas”.
En su conferencia titulada “Repensar el proyecto de izquierda en tiempos difíciles: la crisis del progresismo y la nueva ofensiva neoliberal en América Latina”, dijo que la instauración de gobiernos progresistas ha coincidido con el incremento de la violencia de la delincuencia y atentados contra los derechos humanos.
“Es impresionante que en plena época de democratización y del éxito económico de América Latina, hayamos tenido un incremento de la violencia sistémica. Este hecho nos habla de la debilidad estructural de los Estados latinoamericanos, de la disfuncionalidad de los sistemas de justicia y que el crecimiento económico no ha eliminado la desigualdad”, explicó.
Olvera señaló entonces que no puede permitirse esa consistencia entre democracias formalmente establecidas y funcionales y la violencia que crece en esos países, lo que demuestra que no existe un pacto social.
“Los mexicanos estamos muy mal parados para entender la debilidad en los Estados. Hemos nacido, vivido, crecido y educados con el mito que el Estado mexicano era todo poderoso, pero nunca lo fue”, concluyó.