Casi por tradición, a los mexicanos nos parece que la unanimidad legislativa es digna de sospecha.
Era lo normal hasta hace unos años, cuando había casi uniformidad en los espacios noticioso con respecto al enfoque con el que se trataba la información política. Había apenas unas pinceladas de contrastes, y pocas posibilidades de hacerse de información fuera de los grandes medios de comunicación, por lo que la versión oficial era la más extendida.
Eran los tiempos en que Salinas De Gortari mostraba su orgullo por haber privatizado todo. Lo hacía sin eufemismos porque el discurso político predominante lo aplaudía, y equiparaba la privatización al progreso.
Pero eso es cosa del pasado, el avance tecnológico y también el democrático han propiciado la pluralidad en los espacios mediáticos y políticos, de tal suerte que se ven representadas las ideas más diversas sobre todo en el ámbito legislativo.
Ahí a veces ni los más inocuos llamados a misa alcanzan la unanimidad, porque la discusión es oportunidad de cazar un reflector, en el peor de los casos, cuando menos el del asistente que lo retrata para las redes sociales del legislador.
Por todo esto, y en una legislatura con numerosa presencia opositora, es llamativo que la Ley de Ingresos del próximo año pasara así “tan de noche” (en todas sus acepciones), sin votos en contra, y sin siquiera debate, como si se hubiera tratado de un tema de poca atención pública o sin probabilidad alguna de diferencias técnicas o ideológicas.
A nadie le causó resquemor incrementar el Impuesto sobre la Nómina a 3.5% dejándolo en uno de los tres más altos del país (de acuerdo a lo reportado pro Raúl García https://www.elsoldezacatecas.com.mx/finanzas/diputados-aprueban-ley-de-ingresos-de-zacatecas-aumenta-el-impuesto-sobre-nominas-12969757.html)
Estiman los agremiados a la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) que esto significará en 2025 erogar 15 por ciento más en nómina, porque además de este incremento, subirá también el salario mínimo y consecuentemente también las cuotas del Instituto Mexicano del Seguro Social, con la diferencia que en estos dos últimos conceptos el beneficio sí es para el trabajador.
La cosa no es menor cuando pareciera que Zacatecas permanece como isla en medio del desarrollo económico, en la que crecen sus vecinos: Jalisco, Aguascalientes, San Luis Potosí, Durango.
Zacatecas en materia económica parece ir a contra flujo del resto del país, pues en tanto anuncia el INEGI las menores cifras de desempleo en los últimos veinte años, las notas con respecto a la situación local reflejan una pérdida constante de empleos.
Y el futuro no pinta mejor. Ya en 2024, APTIV, uno de los mayores empleadores del estado, recortó notoriamente su fuerza laboral en Zacatecas. Esto podría profundizarse con los torbellinos que se avizoran con el triunfo de Donald Trump, la situación geopolítica y el avance de los autos eléctricos particularmente de origen chino, con lamentables efectos laborales hasta en lugares con más condiciones de enfrentar la adversidad, como Alemania.
A ello se suman los rumores de cierre de la cadena Sanborns en el centro de Zacatecas que, falsos o ciertos, son relevantes porque su verosimilitud da muestra de la depresión económica en la que se siente la región.
No sería una noticia tan terrible si se tratara de la derrota de Carlos Slim frente los comerciantes locales, Pero, por el contrario, de por sí ya preocupaba que solo esas grandes cadenas permanezcan abiertas en el centro de una ciudad cada vez más gentrificada y ahora parece que ni esas.
La situación económica local, siempre tan dependiente del dinero público a través del Gobierno del Estado y la Universidad, permanece a flote porque además de lo anterior se suman ahora los programas sociales. Pero el dinero sale de Zacatecas con mayor celeridad que con la que entra, y poco se hace localmente para retenerlo.
Nada de eso fue relevante para los legisladores, porque dieron su voto a favor sin importar su cercanía o distancia con el gobernador, su partido político, extracción social, o siquiera la oportunidad de exprimir políticamente la imposición de un aumento con efectos tan directos en micro, pequeñas, y medianas empresas y sus trabajadores.
Nada importó
A pesar de todo, la propuesta causó una sorprendente unanimidad.