Esta semana que culmina los mexicanos hemos vivido los episodios más insólitos en que la derecha se delata con una doble máscara y con la misión suprema de que no se les investigue sus riquezas multimillonarias que fueron fruto del saqueo de las arcas públicas durante el duro periodo neoliberal de 36 años y que azotó al pueblo mexicano ensangrentándolo y sumiéndolo en la más despiadada de las miserias salariales y el lodo entre sus calles.
PRI y PAN y MC son los estandartes del vocerío más deslenguado para justificar que robaron a manos llenas y que el debate nacional sea apoderado por una opinión pública de su lado, cuando en realidad, la nación entera se dio cuenta de sus sucias maniobras, donde el alto costo de vidas y de bienes, fueron sujetos de gran hipocresía y de labia burocrática y compra de voluntades con perfumes y prebendas a periodistas e intelectuales y jefes de partidos.
La derecha mexicana sigue añorando baños de sangre y filas de cadáveres de los morenistas que osaron organizarse y parar tantos años de saqueos a la patria; la derecha tiene la consigna de que un paso adelante y dos pasos atrás, replantea la vieja consigna del penúltimo virrey de la nueva España, el temible Calleja y quien prometía siempre al rey, sembrar la discordia y el pleito entre los insurgentes y cooptar con dineros la voluntad y suerte de sublevados y amotinados.
Está haciendo un espectáculo deplorable y siniestro la derecha mexicana mediante sus comentócratas y dizque analistas que solo sorprenden por la gran cantidad de mentiras y caudales de intereses marcados por el tráfico de drogas, el enlace con los carteles más siniestros del crimen y la estafa y el lavado de dinero en cantidades descomunales con intereses estadounidenses y estados europeos y asiáticos.
La derecha es mercenaria, está descontrolada y sus provocaciones adquieren cada vez más un toque de formula chilena o argentina, donde apostaron a que “los hijos de los barrenderos, sigan siendo barrenderos” y la respuesta del movimiento de la cuarta es más que contundente, eficaz, diseñado por lo más profundo de triunfos electorales con incrementos nacionales y mundiales.
El contexto de la derecha mexicana es la exageración, el manipuleo y la cobardía. Sus grandes operadores quieren que, en los siguientes años, se susciten batallas permanentes mediáticas donde todo lo que haga el nuevo régimen es abultado y falso y más corrupto que ellos durante los 90 años en el mercado de la transa, el abuso y el deterioro de la función pública.
Un respiro es que existe en el país a una generación muy brillante que logra trasmitir el mandato del pueblo nacional, de las amas de casa y de estudiantes, de colonos y artistas y empresarios que urgen sanar las finanzas públicas y dan el ejemplo, aseguran las victorias, se organizan y repelen con éxito rotundo y orgullo nacional.
He visto por ejemplo que el trabajo de los partidos de izquierda como Morena, Verde Ecologista y Del Trabajo tienen mucho compromiso barrial y de calle, como si fueran los añorados comités en defensa barrial de la revolución.
Ello mandata, articula, refiere.
Lo están haciendo con éxito y mucha paciencia.