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viernes, 26 abril, 2024
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Eduardo Jacobo Bernal, historia para todos

■ Historia y Poder

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Por: MIGUEL ÁNGEL AGUILAR •

Es docente de la historia y ese solo hecho es ya de por sí la maravilla que toma decisiones y enseña y se expande, es de la generación de historiadores que a capa y espada tiene la autorización suprema de ser único, original, aprobado por la opinión pública y sobre todo, por la inmensa comunidad estudiantil que lo conoce por dar resultados.
Insistamos: la historia de Zacatecas se cuenta sola por el gran poder que de ella emana: revoluciones, ciudades empobrecidas a través de los siglos, el agandalle sin igual de las invasiones extranjeras que se ensañaron con una población inerme y los cronistas dejaron fe y testimonio de lo valeroso y crucial y heroico que fue este pueblo al que pertenece Jacobo y las familias que él ama con singular empatía.
El maestro Marco Antonio Flores Zavala lo advirtió en 2013: tengan la certeza de que esta es una generación de nuevos historiadores con sólidas estructuras de conocimiento y de expansión y Jacobo se ha caracterizado por ser original en todo su quehacer, amante de los cómics, del rock y la rebeldía, fino redactor de libros y ensayos, didáctico y nada excluyente para que las líneas de investigación sean aliadas de la curiosidad y el fundamento, las fuentes de consulta firmes, la invitación a que la población se alfabetice entre sus portentosos documentos bibliográficos.
Fundador de la asociación de historiadores Elías Amador, una agrupación única en el país, les ha dado pie para cuando menos identificarse y lograr conferencias, ediciones, conmemoraciones y otros renglones del rico bagaje de la historia zacatecana que nunca tiene pausas y atacando per se a las dinastías oligárquicas que descansaban en la usurpación y que frente a los pelotones de fusilamiento pedían clemencia como título de impunidad.
La Unidad Académica de Historia de la Universidad Autónoma de Zacatecas es un mundo de contenidos deslumbrantes, ahí confluyen los catedráticos y humanistas como Arturo Burciaga, Doña Mariana Terán Fuentes y su mismísimo esposo y toda una cava de profesionales de la historia que le dan un impulso que soñó durante años el pueblo zacatecano para que fuera posible.
Eduardo Jacobo Bernal tiene un trillón de ideas para centrarse en su ruta donde hay felicidad, cambios favorables, buenas noticias y grandes oportunidades para que los estudiantes hagan investigaciones y sean innovadores en la Licenciatura en Historia, expertos en archivística, difusores de la historia del arte, la difusión enfática de la historia del mundo y muy especialmente la sorprendente local que rebasa toda imaginación y la maravilla que ha sido el paso del hombre por sus montañas y zacatecales.
Desde muy temprano, y a la llegada de los conquistadores, las misiones de jesuitas y franciscanos, de los lejos juaninos y carmelitas, lograron imponer exponencialmente las bases para la aprensión del conocimiento y con ello a sus cronistas, afuera la infame realidad dejaba desolación y abandono, la ley de las armas y sus movilizaciones dejaron huellas profundas de muchos cementerios poblados y de cárceles furibundas donde se arremolinaban en el miedo y la venganza en un mundo siempre con castas y clases sociales que detestaban los cambios pero también se aprovechaban de ellos.
El maestro Bernal lo sabe con toda claridad, el reporte supremo que tiene es seguir siendo tal y como es, dueño de una didáctica y estilo que a todas luces se enmarca como generador de una nueva imagen de los historiadores del mundo que son a toda madre y sin sujetarse a la diatriba, la tibieza o la generación imposibilitada para expandir la historia de las rebeldías en las colonias populares y la clase campesina, las grandes muchedumbres roqueras que les vale un cacahuate si tal estatua fue desempolvada porque es el día de la patria que un día fue mancillada y se liberó quesque para siempre.
Felicidades al maestro Jacobo, siempre necesario, ejemplo vital de querer a la historia con todas sus formas y autenticidades, cuidadoso, preciso, riguroso, maestro, eso es este zacatecano que en su biografía se han de escribir las líneas más precisas que historiador alguno en la nación mexicana figure y se expanda por el bien de todos y para todos.

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