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sábado, 4 mayo, 2024
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Nobel de la Paz a activista iraní presa Narges Mohammadi

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Por: La Jornada •

Oslo. El Premio Nobel de la Paz de este año fue otorgado ayer a la defensora iraní de los derechos de la mujer y la democracia Narges Moha­mmadi, actualmente encarcelada en Teherán.

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La activista, periodista e ingeniera de 51 años fue galardonada por su combate contra la opresión de las mujeres en Irán y su lucha por promover los derechos humanos y la libertad para todos, declaró Berit Reiss-Andersen, presidenta del Comité Nobel noruego, en Oslo.

El comité espera que el premio sea un estímulo para continuar el trabajo en la forma que este movimiento considere apropiada, añadió Reiss-Andersen, mientras instó a la república islámica a poner a la activista en libertad a tiempo para la ceremonia de entrega del galardón el próximo 10 de diciembre.

Mohammadi ha dedicado su vida a defender los derechos humanos en Irán, oponiéndose al velo obligatorio y a la pena de muerte en su país, donde es vicepresidenta del Centro de Defensores de los Derechos Humanos, fundado por la también premio Nobel de la Paz de 2003, la abogada iraní Shirin Ebadi. La activista ha sido encarcelada 13 veces y condenada en cinco ocasiones, por lo que fue sentenciada a 31 años de prisión y a 154 latigazos.

Su encarcelamiento más reciente se dio en 2021, cuando fue detenida tras asistir a un acto en memoria de una persona fallecida en las multitudinarias protestas por el aumento al precio de la gasolina. Ella está en la prisión de Evin, en Teherán, entre reclusos vinculados a Occidente y presos políticos.

En una declaración hecha pública tras el anuncio del Nobel, Mohammadi afirmó que nunca dejará “de luchar por la realización de la democracia, la libertad y la igualdad… Sin duda, el premio Nobel de la Paz me hará más resiliente, determinada, esperanzada y entusiasta en este camino, y acelerará mi paso”, afirmó en su mensaje, preparado en caso de que fuera nombrada como ganadora. La autoridades iraníes no le notificaron esta noticia.

El galardón llega en el contexto de un amplio movimiento de protesta en territorio iraní tras la muerte, hace poco más de un año, bajo la custodia de la policía de la moral de la kurda Mahsa Amini, de 22 años, por presuntamente vulnerar el estricto código de vestimenta para las mujeres. Mohammadi figura como una de las principales impulsoras de las masivas protestas antigubernamentales encabezadas por mujeres en todo el país por el fallecimiento de Amini.

Un total de 551 manifestantes, entre ellos 68 menores y 49 mujeres, han muerto desde el inicio de las protestas por la represión de las fuerzas de seguridad, según la ONG Iran Human Rights, mientras otras 22 mil fueron detenidas.

En esta semana se conoció que Armita Garawand, de 16 años, está en coma después de que, de acuerdo con la ONG iraní Hengaw, fuera agredida en el Metro de Teherán por miembros de la policía de la moral, encargados de hacer cumplir la obligación de llevar velo, lo que desató grandes críticas.

Irán ha sido gobernado por una teocracia chiíta comandada por el líder supremo, el ayatola Alí Jamenei. Aunque las mujeres pueden trabajar y ocupar puestos académicos e incluso cargos gubernamentales, sus vidas están muy vigiladas por estrictas tradiciones y legislaciones. La ley exige que lleven al menos pañuelo o hiyab para cubrirse la cabeza como señal de piedad.

Ante la noticia del ganador del Nobel de este año, un vocero de la cancillería iraní calificó la decisión del comité noruego de sesgada y política y subrayó que Mohammadi fue declarada culpable de reiteradas violaciones de la ley y que cometió actos delictivos. Agregó que la atribución del galardón forma parte de las presiones ejercidas por entornos occidentales contra Irán.

El esposo de Mohammadi, Taghi Rahmani, quien vive exiliado en París con sus dos hijos gemelos de 16 años, dijo que ella “tiene una frase que siempre repite: ‘cada premio me hará más intrépida, más resistente y más valiente para hacer realidad los derechos humanos, la libertad, la igualdad civil y la democracia’”.

Rahmani no ha podido ver a su esposa desde hace 11 años, y sus hijos no la han visto desde hace siete, aclaró. Su hijo, Alí, señaló que el Nobel no era sólo para su madre: es por la lucha. Este premio es para toda la población, para toda la lucha desde el principio, desde que el gobierno islámico llegó al poder, resaltó. Kiana, su hermana, declaró a la agencia noticiosa Reuters: Estoy increíblemente orgullosa de ti, y te echo mucho de menos. La familia lleva ocho años separados de Mohammadi.

“Queremos dar el premio para animar a Narges Mohammadi y a los cientos de miles de personas que han estado clamando por ‘Mujer, vida, libertad’ en Irán”, añadió Reiss-Andersen, la directora del comité noruego, en referencia al lema principal del movimiento de protestas antigubernamentales en ese país.

Esta es la quinta vez en sus 122 años de historia que el Premio Nobel de la Paz se concede a alguien que está en prisión o bajo arresto domiciliario. El año pasado, el principal defensor de los derechos humanos en Bielorrusia, Ales Bialiatski, estuvo entre los galardonados. Sigue encarcelado.

El premio está dotado con una medalla de oro, un diploma y una suma de 11 millones de coronas suecas, es decir, alrededor de un millón de dólares (18 millones de pesos).

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