De entre tantos discursos posibles, rutas y mecanismos, la derecha eligió el de la mentira con la pretensión de engañar a los mexicanos sobre la verdadera propuesta que contiene la Reforma al Poder Judicial, la finalidad fue generar rechazo por parte de los ciudadanos y buscar que la presión social lograra cambiar la opinión del Presidente sobre la misma, comenzaron el discurso tarde, pasando la elección, en la que candidatos de la 4T en todo el país, y la ahora Presidenta Electa, recorrieron calles, utilizaron espacios mediáticos y públicos, para hablarle al pueblo de México sobre la importancia de reformar al poder encargado de impartir justicia.
La primer mentira de la derecha, buscó y logró difundir la creencia entre una gran parte de los trabajadores del Poder Judicial, de que serían despedidos y afectados en sus derechos y prestaciones laborales, lo que ha sido en gran parte el discurso de muchos de los defensores de dicho poder, la creencia de que perderían prestaciones como la de seguro de gastos médicos, que tendrían una disminución en sus salarios, entre otras, a pesar de que el texto de la reforma específicamente menciona que sus derechos no se verán afectados y que podrán participar para ser juzgadores, la mentira se sostuvo entre unos cuantos.
Por otro lado, buscaron posicionar, con campañas absurdas, la idea de que los mexicanos no somos capaces de elegir parejas, legisladores, presidentes municipales y a otros representantes populares, sin percatarse que con ello alejaban cada vez más al pueblo de México de dicho poder, ofendiendo a quienes al mismo tiempo pedían el apoyo, terminaron por inventar la teoría de que en México pasaríamos a vivir en una tiranía o que por fin terminaríamos por convertirnos en Venezuela.
Las campañas mediáticas repletas de mentiras y ofensas hacia millones de Mexicanos esfumaron la posibilidad de que el pueblo de México se solidarizara con los Ministros que ganan cientos de miles de pesos al mes, que cuentan con bolsas de recursos para el pago de trabajadores de limpieza en sus hogares, servicios de jardinería, mantenimiento de las mismas, telefonía celular para ellos y sus familias, choferes e incluso para vehículos para uso personal, cubiertos, entre otras prestaciones de las que la gran mayoría de mexicanos apenas pudiera imaginar de su existencia.
Datos arrojan la estadística de que la enorme mayoría de los mexicanos ni siquiera conoce las funciones de dicho poder, otros ni su existencia, mucho menos los nombres de los ministros, jueces, magistrados o siquiera sus funciones, e incluso, 8 de cada 10 mexicanos consideran que en dicho poder impera la corrupción. Con el debate público que se ha desatado, muchos mexicanos se han enterado de la existencia de todo esto, incluso los sueldos y prestaciones alejadas de la realidad de millones de mexicanos.
El debate sobre la elección de los juzgadores, también fue perdido por la derecha cuando decidieron centrar el debate lejos de la verdadera propuesta, incluso cuando ésta contempla que juzgadores y personal con carrera judicial, tuvieran pase automático para la elección y fueran los demás registrados quienes compitieran entre sí para lograr llegar a la contienda electoral, el discurso fue que los jueces no hacen política, sin embargo, la política es una herramienta que se emplea en todos los ámbitos, privado y público, especialmente en las instituciones públicas, incluyendo al Poder Judicial.
Por último, la estrategia de la oposición fue la de difundir la narrativa de que la reforma terminaría convirtiendo a México en una tiranía por buscar reformar nuestra constitución para que ministros, jueces y magistrados, sean electos mediante el voto popular, es decir, por los mexicanos que cumplan el requisito de ser mayores de edad en pleno ejercicio de su ciudadanía.
La extraña narrativa fue difundida por determinados sectores el país, comenzando por militantes de la derecha, empresarios afines y por otras personas afines a que el poder judicial se mantenga como hoy lo conocemos, sin embargo, la idea de generar dicha narrativa es contradictoria y absurda ¿Cómo podrá convertirse un país en una dictadura cuando propone mecanismos de elección popular mediante el voto? ¡Qué extraña dictadura!
Entre los hechos a reconocer, son la movilización de los trabajadores del poder judicial que, independientemente de su visión del mismo y su visión de país, lograron organizarse con la finalidad de defender una idea que comparten, sin ser reprimidos, sin ser detenidos y desaparecidos, sin gas lacrimógeno, sin elementos de las fuerzas de seguridad que infundieran el temor de perder la vida por manifestar libremente sus preocupaciones e ideas, incluso algunos de ellos ofendiendo e intimidando a los que no piensan como ellos, independientemente de ello, fueron libres de manifestarse en un país que, según algunos, se convertirá en una tiranía por proponer la elección mediante el voto de los encargados de impartir justicia, mientras que el Presidente pudo dejar las cosas en su estado actual para que su sucesora eligiera, con enorme mayoría en el Congreso, a Ministros, magistrados y de forma indirecta a jueces federales.