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jueves, 25 abril, 2024
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SU.

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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT •

Donde se narra la truculenta historia de un subsidio que se transformó en impuesto. El par de letras con las que se titula la presente nota no tiene nada que ver con el adjetivo posesivo o el pronombre posesivo de la tercera persona, es más bien la truculenta y brevísima historia de un subsidio (estimulo pues) a dos prestaciones de los trabajadores de la educación que terminó siendo un impuesto que se debería revertir

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No están ustedes mis cuatro lectores para saberlo, pero yo si para contarlo. Todo comenzó cuando ese accidente de nuestra historia que vino a engrosar la tragicomedia mexicana, llamado Vicente Fox, interpuso una controversia constitucional y la Suprema Corte como no sabe hacerlo, terminó dándole la razón en el sentido de que los maestros y personal de apoyo de las instituciones de educación pública deberíamos también pagar impuestos en prestaciones consideradas como parte del salario, tales como son las percepciones por concepto de la prima vacacional y el aguinaldo. Transcurrió el calderonato sin que se hiciera efectivo los descuentos. Pero a partir de la llegada de Peña Nieto se comenzaron a aplicar a todas las prestaciones por parejo. El SU, no confundir con “el hijo de su”, según el nombre de una de las tantas canciones de la picaresca popular, no es cualquier impuesto, pues su monto se equipara al equivalente que se paga por el impuesto sobre la renta. Ronda alrededor de la tercera parte de los salarios de los empleados. Ya el año pasado aquellos que cobramos el paquete navideño fuimos ajusticiados  y en lo que va del actual en las primas vacacionales de Semana Santa y la del receso de julio-agosto, también ya se aplicó el descuento. El temor está en que en el siguiente pago del aguinaldo lo veamos reducido a dos tercios del que se venía cobrando.

Pero, ¿cómo es que el famoso SU pasó de ser un estímulo y se convirtió en un impuesto. Las cosas hubieran seguido su curso normal si el metiche de Fox no hubiera presentado su controversia. Se giraron instrucciones a los gobiernos de los estados para que se hicieran los descuentos, pero previendo la inconformidad que acarrearía la medida entre los docentes, los gobiernos de los estados absorbieron con sus finanzas los montos de los impuestos con tal de que el magisterio y trabajadores de apoyo a la educación no sufrieran ninguna merma en sus percepciones. La mayoría de los estados hasta donde se sabe siguen sigue cubriendo esos impuestos. En Zacatecas con la llegada del actual gobernante, se tomó la decisión de darle vuelta a la página y eliminar el auxilio. Argumentando escases de recursos y unas arcas del tesoro exhaustas, Gobierno estatal dejó de aportar el subsidio y transferirlo como un impuesto transferido en descuentos a los trabajadores. Navegando en esas tribulaciones estamos. Con la zozobra de no saber si el impuesto-descuento impactara el aguinaldo que se paga en dos emisiones. Con impuestos a las otras prestaciones y bonos que no se consideran integras a los salarios que antes no aparecían, son ya palo dado.  Pero la maniobra de trocar lo que era un subsidio, el SU, por impuesto en las primas vacacionales y aguinaldo deben revertirse.

En Zacatecas, el SU más que ser un pilar, a quien ordenaron agregar el concepto a la lista de deducciones, no pensó y si pensó no le quedaba otra que obedecer a los mandos superiores, que el nuevo impuesto absorbido por Gobierno estatal a lo largo de todo el sexenio anterior, convertido en subsidio y ahora regresándolo a los trabajadores como impuesto para ser descontado a sus percepciones, termino siendo un hoyo, un auténtico boquete. Esto debe frenarse. Ya el actual secretario de Educación estatal ha declarado que el aguinaldo se pagara en forma normal, sin merma alguna y las dirigencias seccionales han estado negociando para que se confirme esto y se devuelvan además los descuentos a las dos primas vacacionales en lo que va de 2014 y no se haga la deducción en la de Navidad. Pero esto debe  confirmarse de no existir todavía, mediante un documento firmado por las partes. El magisterio por su parte de persistir la incertidumbre, debe manifestarse al respecto y no esperar hasta que se hagan las deducciones de llegar a ocurrir, para comenzar con las protestas y movilizaciones. Frenar y revertir el SU y regresarlo a donde estaba como parte del salario es una oportunidad de oro para que el sindicato, como el ave fénix resurja de sus cenizas y vuelva a la vida después del trancazo que le propinó la Reforma Educativa  y curso. ■

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