“Ningún animal es agresivo mientras no se le moleste”, afirmó el biólogo Jesús Lenin Lara Galván al presentar su conferencia sobre los reptiles venenosos de Zacatecas, en la que destacó que solo el 1.8% de las especies de lagartos en el estado presenta potencial venenoso y apenas el 17% de las especies de serpientes tiene alguna forma de veneno de importancia médica. Enfatizó también la diversidad de la Sierra Madre Occidental zacatecana, una de las cuatro provincias fisiográficas que tiene nuestro estado.
En total, Zacatecas alberga 122 especies de reptiles, de las cuales 64 son serpientes, 53 lagartijas y 5 tortugas. De ese universo, únicamente una lagartija (el Heloderma horridum, conocido como lagarto enchaquirado) y una docena de serpientes, principalmente víboras de cascabel y corales, poseen venenos relevantes para los humanos.
La Sierra Madre Occidental fue señalada como la provincia fisiográfica con mayor riqueza de reptiles venenosos, tanto por su extensión como por su complejidad ecológica. En ella habitan especies como el lagarto enchaquirado (observado en Valparaíso y Monte Escobedo), las dos serpientes coralillo registradas en el estado (Micrurus distans y Micruroides euryxanthus), y la mayoría de las nueve especies de víboras de cascabel que han sido documentadas.
Entre estas últimas destacan la Crotalus molossus (cascabel de cola negra), de gran distribución en todo el estado; la Crotalus scutulatus (cascabel del altiplano), una de las más tóxicas; y la Crotalus lepidus, cuya coloración difiere entre machos y hembras, con tonalidades verdes en los primeros y grises en las segundas.
Sobre la cascabel parda (Crotalus pricei), el ponente destacó que hallazgo ha sido “motivo de alegría y tristeza”, por lo difícil que es encontrarla.
Lara Galván desmintió que las serpientes busquen atacar. “Muchas de las que matamos por miedo ni siquiera tienen veneno”, explicó, mostrando imágenes de falsas corales como la Lampropeltis polyzona o la Sonora semiannulata, que imitan los colores de especies venenosas para defenderse, sin representar peligro alguno.
Además de exponer la diversidad biológica, el especialista habló sobre los mapas de distribución y de idoneidad ecológica desarrollados junto a otros investigadores, que indican que muchas especies podrían estar presentes en más municipios de los que han sido formalmente registrados. “Se tiene que fomentar todavía más el trabajo de campo y estos huecos de información se tienen que ir llenando”, enfatizó.
Como parte de las amenazas a la biodiversidad señaló los atropellamientos en carretera y la fragmentación de los hábitats. También hizo alusión a la creciente tendencia de criar especies venenosas como mascotas.
La conferencia cerró con un llamado al respeto y la conservación. El ponente destacó que estas especies no solo tienen derecho a existir, sino que además cumplen un papel fundamental en las cadenas tróficas de los ecosistemas de los que dependemos.