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jueves, 28 marzo, 2024
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DE LA TRANSICIÓN EN MÉXICO Y LA OPOSICÓN SIN RUMBO

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Por: RICARDO ARTEAGA ANAYA •

México atraviesa como nación por una transición política, económica y social derivada de un triunfo electoral de la izquierda por primera vez en la historia del país, durante años se había gobernado de acuerdo a una ideología proveniente de un partido que nació una vez terminada la Revolución Mexicana y que actualmente se conoce como el Revolucionario Institucional, este partido había gobernado desde las primeras elecciones democráticas en nuestro país hasta que cedió el poder al Partido Acción Nacional cuando Vicente Fox llegó a la presidencia de la República, partido que gobernó durante doce años para regresar el poder que les fue prestado temporalmente mientras el PRI recuperaba algo de credibilidad perdida, seis años bastaron para que a través de la figura de Enrique Peña Nieto llevarán al país a una crisis derivada de la corrupción y la impunidad.

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Desde que Lázaro Cárdenas llegó al poder, nuestro país no había atravesado por una transición política real hasta que Andrés Manuel López Obrador logró el triunfo con el recién creado Instituto Político morena. El gobierno de Cárdenas se caracterizó por el gran respaldo recibido por parte de la ciudadanía para expropiar a los extranjeros el petróleo, las personas llevaban gallinas, borregas, joyas y todo tipo de bienes que pudieran tener algún costo para que el gobierno mexicano pagará dicha expropiación.

El triunfo de Andrés Manuel y los pocos meses de su gobierno, se han caracterizado por el gran respaldo ciudadano hacía sus políticas emprendidas, en el tema electoral, pasó a ser el presidente más votado en la historia democrática del país, poco más de 33 millones de mexicanos respaldaron en las urnas al ahora presidente. Ahora como gobierno ha logrado más del 80% tratándose de respaldo ciudadano, algo que ningún otro presidente había logrado. Hasta el momento ya ha hecho historia en diversos aspectos, los antes ya señalados y también en cuanto a cumplir promesas de campaña, desde hace años recorrió el país señalando que la crisis por la que atravesamos se debe a la corrupción que fue sembrada hasta lo más profundo de las instituciones gracias a los gobiernos neoliberales y a los representantes populares que arrojaron, desde el primer día de su gobierno comenzó a combatir la corrupción principalmente en PEMEX, institución paraestatal que brinda una gran cantidad de recurso al país y que durante años fue saqueada desde el guardia de seguridad hasta el más alto rango institucional y con la venia de varios ex presidentes de la república.

Las reformas que ha llevado a cabo desde el Senado y desde la Cámara Baja, dan muestra de que realmente se tiene el interés de llevar a cabo una cuarta transformación del país, la tan prometida separación del poder económico y poder político que dio inicio cuando decidió cancelar la corrupción que se presentaba en la construcción del aeropuerto. La reforma laboral es otra promesa cumplida con la que se busca traer justicia laboral a los trabajadores que durante años habían sido abandonados y pisoteados por un sector empresarial cuyo único interés era el de obtener mayores ganancias a menor costo.

Se han obtenido grandes triunfos por parte de los miembros del proyecto de la cuarta transformación y por parte del Presidente de la República, sin embargo, para que nuestro país logre un progreso total, requiere de una democracia sólida, no bastará con que se lleven a cabo reformas para fomentar la participación ciudadana, ni con fortalecer y proteger la libertad de expresión, se requiere también de una oposición sólida y objetiva, que mantenga un interés en lo que el actual gobierno y la mayoría en las cámaras legislativas realicen. Hasta el momento los mexicanos contamos con una oposición que ha perdido el rumbo, probablemente generado por el hecho de que nunca habían sido oposición realmente.

Mientras Andrés Manuel implementa políticas públicas para combatir la pobreza y fomentar el crecimiento económico, nuestra oposición genera debates basados en sentimentalismos y subiendo al debate público la situación que se vive en otros países como el caso de Venezuela, como si fuera más importante entrometerse en las crisis que otros países atraviesan que el realizar un análisis profundo y objetivo sobre las acciones de la nueva administración, mientras continúen generando debates basados en creencias y sentimientos personales y no en un análisis objetivo, continuará recibiendo el rechazo ciudadano y México seguirá sin oposición y por ende con un gobierno con las manos libres para realizar lo que desee.

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