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domingo, 15 junio, 2025
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La UAZ y la huelga

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

  • “Si fuéramos capaces de unirnos,
    qué hermoso y que cercano sería el futuro”

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    Ernesto Che Guevara

Los problemas que actualmente enfrenta la Universidad Autónoma de Zacatecas, no son de ahora; reconozcamos como comunidad universitaria que en algún momento la bola de nieve empezó a crecer, sin medida ni control y, ahora que está a punto de colapsar, colgamos la responsabilidad de solucionar el conflicto al actual Rector, Armando Silva Cháirez, este último, refrendado y avalado por el H. Consejo Universitario para continuar con las gestiones al frente de la UAZ y buscar alternativas a la crisis financiera que se antoja responsabilidad de muchos.

Sin duda, cuando los sindicatos han fundamentado las violaciones a los correspondientes contratos colectivos, encontramos causas justas en cuanto a recisiones, pagos, cuotas y demás prestaciones que no han sido cubiertas a favor de los respectivos agremiados.

Lo interesante de esta revisión contractual es, que más allá de lo que pudiera visualizarse como un conjunto de demandas laborales, servirá para llevar a nuestra Universidad al límite, como si el caos beneficiara a ciertos grupos que trabajan en el subsuelo universitario, esperando a que el río se revuelque para obtener ganancias y componendas políticas, sin importar que la UAZ es una institución pública que le pertenece a los zacatecanos y que tiene como misión, generar, transmitir y difundir el conocimiento científico, tecnológico y humanístico, en la perspectiva de inclusión con responsabilidad social, en el marco de los valores universales de autonomía, justicia, libertad, tolerancia y compromiso social.

Lamentablemente, a muchos se les olvida lo que han recibido de la UAZ de manera generosa, haciendo de ella incluso, una fuente de trabajo familiar que muchos prefieren no reconocer ante la llegada de las oleadas de crisis que nosotros mismos hemos generado; basta y sobra con analizar los apellidos de las nóminas.

En la UAZ, identificada como la materia gris del Estado, coexisten formas de poder de textura híbrida que al igual que los partidos políticos han perdido su mística; han preferido vender un poco de autonomía a cambio de posiciones políticas fuera de la UAZ, han cedido fortaleza a nuestra institución a cambio de envolturas de hierro individuales; le han apostado y contribuido a la crisis económica cuando su patrimonio personal se incrementa; han hecho de la UAZ, una carreta cuyos caballos corren en distintas direcciones, sin embargo, la fuerza de trabajo impulsada por docentes, trabajadores e investigadores continúa formando chicos y chicas a los que el Estado y sus pésimas administraciones han heredado el matiz de pobreza y marginación.

Entonces me pregunto: ¿será conveniente jugar con el futuro académico y profesional de las y los jóvenes cuya única salida a sus aspiraciones es la educación pública? Será además que estamos contribuyendo a la justificación de que la universidad pública es incosteable ante sus recurrentes crisis.

Con tanto general que tiene la UAZ entre sus filas y con tanta intelectualidad que se pregona ¿no se nos ha ocurrido otra forma de enfrentar la crisis económica que simplemente la huelga? Aunque conocemos el contenido de la Ley Federal del Trabajo y a sabiendas de que no son objeto de la relación laboral ¿no será oportuno conocer la opinión de las y los alumnos respecto a la huelga? ¿Qué opinan los padres de familia? ¿Cómo nos ve la sociedad cuando pretendemos colgar el milagrito de la crisis solamente a una persona? En este contexto y con mucha responsabilidad, considero que no es conveniente un movimiento de huelga por los siguientes razonamientos:

  1. Si estalla la huelga, beneficiamos a los artífices del caos que históricamente han mamado de la UAZ.

  2. Si estalla la huelga, no se solucionará el problema financiero, ni obtendremos más allá del 3.8 por ciento de aumento salarial, además, ya apretada nuestra crisis personal, andaremos limosneando el pago de salarios caídos al Estado, teniendo que aceptar sus dádivas y condiciones (me consta muy de cerca).

  3. Los alumnos y alumnas son los más perjudicados, al último algunos profesores tratarán de agotar temas y contenidos, sobresaturando la capacidad de los muchachos teniendo como resultado, un bajo aprovechamiento académico.

En este sentido, propongo un frente amplio con los sindicatos, el Rector, directores y de plano toda la comunidad universitaria para exigir al Estado, la ampliación del presupuesto para la UAZ, con el fin de dar solución a las legítimas aspiraciones de los sindicatos; seamos solidarios con nuestra Universidad a la que le debemos mucho, demostremos que somos capaces de unirnos ante los retos que enfrenta la UAZ. Ojalá. ■

*Representante de Zacatecas ante el Consejo Consultivo Nacional de Medio Ambiente de la Semarnat

[email protected]

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