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viernes, 19 abril, 2024
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La oruga triste

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Por: La Jornada Zacatecas •

(CUARTO LUGAR DEL 6 CONCURSO DE CUENTO CORTO DE LJZ)

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Había una vez una oruga que se sentía muy triste porque quería ser mariposa. Un día se encontró un búho que le dijo: -¿Por qué estás llorando, oruga? A lo que ella respondió: -No puedo convertirme en mariposa, ¿tú sabes cómo puedo hacerlo búho? Es que por más que lo intento no lo siento y me siento muy mal por eso. –No, no lo sé- respondió el búho -pero déjame ver qué puedo hacer.

El búho había sentido mucha pena por su pobre amiga oruga, y estuvo un rato pensando la manera en la que podría ayudarla. De repente se le ocurrió que podría ir con otros animalitos para preguntarles si ellos sabían que debía hacer su pequeña amiga para poder realizar el sueño de convertirse en mariposa.

Caminó y caminó por el lugar y se encontró con un pájaro y le dijo: -¿Tú sabes cómo una oruga se convierte en mariposa? Pero el pajarito le respondió que no.

Más adelante se encontró a un oso y le hizo la misma pregunta, pero también le contestó que no.

El búho, muy triste y decepcionado, regresó con su amiga la oruga y le contó lo que había pasado. Los dos pensaron que el sueño de convertirse en mariposa nunca se iba a poder hacer realidad.

De repente miraron que cerca de donde estaban pasó una mariposita muy bella y decidieron pedirle ayuda a ella.

La mariposita, muy amable, les explicó que debía hacer un capullo y se metiera dentro de él, para que después de unos meses, se convirtiera en una mariposa. La oruga, muy emocionada, siguió los consejos que le dieron y pronto se convirtió en una bonita mariposa. Cuando salió del capullo estaba muy emocionada; cuando volteó a mirar sus alas las vio de color rojo, morado, verde y azul, y se emocionó mucho.

Estaba tan contenta que se fue volando. Entonces se encontró una niña muy linda, siguió su camino y llegó con su grupo de amigas, que, cuando la vieron, se quedaron muy impresionadas. Después de saludarlas siguió volando y se encontró a su amigo el búho, a un pájaro y a un oso, y se pusieron de acuerdo para hacer una fiesta y cada uno dijo lo que iba a llevar; al búho le tocó llevar los refrescos, al pájaro le tocó llevar comida y el oso llevó churros. Entonces llegó la música y empezaron a bailar.

Estaban todos muy felices disfrutando de la fiesta cuando vieron nubes muy extrañas con rayos y truenos, y se dieron cuenta de que una gran tormenta se acercaba, y aunque trataron de refugiarse, corriendo muy veloces, la mariposita no logró salvarse, sus alitas se mojaron y ya no pudo volar. Rápidamente, el oso la cargó, la llevó hasta su casa, le dio café calientito y le secó sus alitas. La mariposa se sintió mejor, y el oso, para animarla, le contó un chiste muy gracioso y la mariposa se rió jajajajajajajajaja.

Después de tantas aventuras, todos se fueron a dormir, y la mariposita estuvo muy feliz de haber podido cumplir su sueño.

 

 

Autora: Jaqueline Castañeda Hernández  

Edad: 8 años

Escuela Primaria La Corregidora

Mimbres, Valparaíso, Zacatecas    

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