“Para las mujeres que son victimas
de todo tipo de violencia”.
El próximo lunes 8 de marzo se conmemora mundialmente, “El Día Internacional de la Mujer”. Esta fecha nos permite tomar en cuenta la situación tan lamentable que en pleno siglo XXI, vive un gran porcentaje de mujeres mexicanas víctimas de todo tipo de violencia: sexual, física, psicológica, económico y otras. Además del acoso laboral, las mujeres deben callar muchas veces bajo la amenaza de despido. La minimización de su estatus, la deja en un plano de vulnerabilidad que agudiza la desigualdad frente al hombre. Si agregamos el alto índice de feminicidios que en los últimos meses se han incrementado, nos damos cuenta que la mujer, en lo general, es víctima de un sistema machista que se empeña en desconocer muchos de sus derechos y mantenerla al margen de algunas actividades, simplemente porque se considera que no tiene “igual capacidad”. Más grave aún, es la falta de justicia que no siempre llega para la víctima ni el castigo para los responsables, gracias a un sistema de justicia penal, que ha demostrado ineficacia para enfrentar las conductas delictivas que carcomen el tejido social. .
Ante todos esos problemas, se han manifestado protestas e inconformidades de una variedad de grupos feministas que enarbolan la lucha por la reivindicación de los derechos de las mujeres. Sin embargo la respuesta de las autoridades ha sido omisa y es entonces, cuando las protestas se tornan violentas y conllevan a la realización de actos vandálicos totalmente reprobables, pero entendibles.
No obstante, las luchas feministas no comenzaron en el siglo XXI. Esa lucha por lograr la igualdad jurídica, económica, política y social respecto del hombre, a nivel mundial, tiene sus antecedentes en la Revolución Francesa y en las doctrinas socialistas del siglo XIX. En Las Gacetas del Siglo XVIII.
En la política.
Por lo que corresponde a nuestro país, durante la guerra de independencia destacaron mujeres que asumieron derechos que la ley no les otorgaba como Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario. Sin embargo, la mujer permaneció a la sombra de las actividades y decisiones masculinas. En las Gacetas del siglo XVIII, en el Diario de México a partir de 1805 y en otras publicaciones, quedaba claramente expuesto, el papel que socialmente se otorgaba a las mujeres; “guardianas del hogar”; “esposas amantísimas” y “madres abnegadas”. Estas ideas no variaron al surgir las primeras publicaciones para ellas.
Dentro del sector educativo.
En septiembre de 1862, estando en curso la intervención francesa, la participación femenina se organizó en torno a la Sociedad Ignacio Zaragoza, en la que figuraban Margarita Maza de Juárez, Altagracia P. de Morales, Dolores Escalera, Dolores Delgado de Alcalde, Dolores Herrero de Bravo, Luz Zamora de Herrera, Josefina Broz de Riva Palacio, y Juana Maza de Dublán. A la restauración de la República, Juárez expidió la Ley Orgánica de Instrucción Pública Federal, mediante la cual, además de los planteles municipales, se establece la apertura de cuatro más a cargo de la Federación, tres para niños y uno para niñas, y se crea la escuela secundaria “de personas del sexo femenino”, donde las alumnas permanecerían 5 años: 3 de secundaria propiamente y 2 de bachillerato. En la inauguración de la secundaria femenina, acto al cual asistió Juárez, la directora del plantel María de Belem Méndez y Mora, informó que las estudiantes recibirían enseñanzas sobre: matemáticas pura; idioma español, francés, inglés, e italiano; geografía y cosmografía ;teneduría de libros; historia universal y de México; cronología; medicina doméstica; jardinería y horticultura; moral; dibujo; música vocal e instrumental; toda clase de bordados, costuras; flores de manos etc.
En el campo laboral.
Fue en 1875 cuando por primera vez en la Ciudad de México, las mesas de un restaurant, el Café Veroli, estuvieron atendidas por mujeres, lo que provocó comentarios burlones de Juan Pablo de los Ríos en el periódico “El Eco de Ambos Lados”. “Según las tendencias de los elegantes del gran mundo, el traje más apropiado para las meseras, sería el que usó nuestra madre Eva” Pese a lo anterior, el periódico señaló que “ya se hacía sentir la necesidad de proporcionar al sexo débil algún nuevo recurso para vivir, y no cabe duda que el mas a propósito es el servicio de esa clase de establecimientos, el de las tiendas y aún el de los escritorios ,donde podrán encontrar su bienestar por medio del trabajo, muchas mujeres que hoy tienen que vivir en la miseria más espantosa o que se entregan a la prostitución”.. Del mismo tono fue un editorial en “El Siglo XIX” que comentó en el caso de las meseras; “El dique a la prostitución es el trabajo y cuando este abunda, las cifras de las reputaciones manchadas disminuyen notablemente.
Derechos civiles y políticos de la mujer.
El 17 de octubre de 1953 durante el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines, fue cuando se emitió el decreto mediante el cual, las mujeres mexicana mayores de 21 años, obtuvieron el derecho de elegir y ser elegidas para ocupar cargos de elección popular.
