Lo primero que debemos entender es que el Covid-19 ha dejado consecuencias económicas, de salud y sociales para todos los sectores y para todas las personas, estamos hablando de una crisis que ha tenido y seguirá teniendo consecuencias tanto para la sociedad como para las autoridades. Aunque de manera general la sociedad se ha visto afectada económicamente, la crisis del coronavirus le ha pegado más duro a unos que a otros, por lo tanto, las medidas, las estrategias y las acciones para enfrentar la crisis no deben aplicarse de manera generalizada, sino hacer una segmentación de la población para tener los datos precisos de los grupos más afectados y de esa forma aplicar de la manera más precisa esas acciones que ayudaran a amortiguar las crisis económica y social.
Lo segundo que debemos entender, es que salir de la crisis no va a depender de únicamente del gobierno Federal, Estatal y municipal, sino que va a involucrar el esfuerzo y la colaboración de todas y todos, así como de una comunicación y coordinación eficaz entre gobernados y gobernantes. Entonces, planificar de la mejor forma las acciones para salir de manera responsable y real de las consecuencias económicas y sociales del coronavirus va a ser un verdadero reto.
Ahora que la nueva normalidad se va instaurando poco a poco, es momento de hacer un recuento de daños para corroborar los estragos que ha dejado a su paso el Covid-19 a la economía de las familias mexicanas. Entre las consecuencias que existen, nos podemos dar cuenta que hay negocios en quiebra, recorte de personal en las empresas que no pudieron mantener su plantilla de trabajadores, comercios en riesgo de cerrar por las bajas ventas de sus productos, comerciantes y empresarios endeudados para poder sobrellevar la cuarentena y la falta de trabajo para jornaleros y trabajadores informales; precisando más estos datos mediante padrones y estadísticas, nos pueden ayudar a definir quiénes son los que más necesitan y les urge una ayuda para disminuir los efectos de la crisis. Uno de los grandes retos para las autoridades es hacer una escala de prioridades entre la población y saber el cuánto, cuando y como destinar los apoyos sociales para cada sector. Entre los grupos más vulnerables y perjudicados por la crisis tenemos a los comerciantes, trabajadores informales que bien al día y personas que fueron suspendidas o despedidas de sus empleos durante la cuarentena; le siguen aquellos pequeños y medianos empresarios que tuvieron que endeudarse para mantener sus negocios y sus empleados; en seguida se encuentran están los negocios no esenciales que sufrieron una disminución o suspensión en sus ingresos. En los más vulnerables es en donde se debe poner mayor atención si se quiere reactivar la economía pronto.
Los gobiernos no deben repartir las ayudas o los apoyos sociales de manera generalizada, no podemos pensar en que se debe ayudar de igual manera a un vendedor de gorditas que al dueño de un bar; tampoco se puede utilizar el viejo modelo de los liderazgos de colonias que sirven a un partido político en específico; de ser así, se estaría repitiendo la mala práctica de la política clientelar y electorera, no estarían ni siquiera haciéndole cosquillas a los problemas económicos provocados por la pandemia y como siempre, muchos de los apoyos llegarían a personas que no los necesitan.
¿Qué se tiene para ayudar? Sabemos que los recursos son limitados para los municipios y para los Estados es por eso que las acciones tienen que ir bien dirigidas si en verdad se quiere ayudar a salir a la población de la crisis causada por el coronavirus. A quienes más se les exigirá es a los presidentes municipales debido a que son el símbolo de autoridad más al alcance de la población, esa posición los pone ante una responsabilidad muy grande que tienen que atender, por tal motivo están obligados a revisar sus finanzas municipales. No hay mejor momento para que en los municipios donde ganan más los integrantes de los ayuntamientos disminuyan sus percepciones, no es justo que a la población le digan que no hay recursos, cuando presidentes, regidores y funcionarios de primer nivel no se plantean una disminución de sus exorbitantes dietas y salarios; en la actividad política se tiene que ser siempre congruente; no puede haber gobierno rico con pueblo pobre. En pocas palabras los municipios, así como los estados tienen que priorizar sus gastos, aunque ello incluya disminución de dietas y cancelación de obras de las que se conocen como de “relumbrón”.
Son grandes los retos para lograr la reactivar la economía después de la pandemia del coronavirus, algunos municipios tendrán que salir adelante sin contar mucho con sus autoridades, pues como ya lo hemos dicho antes, el electorado no votó por el más capaz, sino por el más popular, ojo aquí en el 2021.
En resumidas cuentas, la optimización del recurso público y la precisión en cuanto a quien van destinados los apoyos sociales, serán clave para que las estrategias para combatir la crisis desde los ayuntamientos sean eficaces.
