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sábado, 31 mayo, 2025
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■ Destacan importancia de colaborar entre autoridades

Buscan solución a retos de violencia en el Estado

■ Realizan conferencia en Centro Platero

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Por: Jaqueline Lares Chávez •

El Centro Platero en Guadalupe fue sede de una conferencia titulada «Atención a las causas de violencia para lograr la seguridad ciudadana en el estado de Zacatecas», a cargo de del doctor Franz Vanderschueren, cuyo objetivo fue reflexionar y buscar soluciones a los desafíos de violencia que enfrenta el Estado. 

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Entre los asistentes se encontraban José Saldívar Alcalde, presidente municipal de Guadalupe; Saúl de Jesús Cordero Becerril, diputado de la LXV Legislatura del Estado; Sara Hernández de Monreal, presidenta del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (SEDIF); Armando García Herrera Neri, representante de la Fiscalía General de Justicia del Estado; y Raquel Ortiz Sifuentes, secretaria del Ayuntamiento de Guadalupe, entre otros.

Asimismo, participaron autoridades de la Secretaría de Seguridad Pública, la Guardia Nacional, representantes de universidades y estudiantes, cámaras empresariales, asociaciones religiosas, organizaciones civiles, la ciudadanía en general y la Banda Sinfónica de Guadalupe.

Saldívar Alcalde fue el encargado de abrir el evento con un mensaje de bienvenida. En su intervención, destacó la importancia de la colaboración entre los diferentes niveles de gobierno y la sociedad civil para abordar de manera efectiva los retos de seguridad que enfrenta la región. 

Enfatizó los avances logrados en Zacatecas en términos de reducción de homicidios y violencia, gracias a la estrategia del gobierno estatal. También destacó que, desde el municipio de Guadalupe, se ha trabajado arduamente en coordinación con el Estado, buscando generar espacios de aprendizaje e intercambio, como el de esta conferencia.

Así pues, Franz Vanderschueren quien es director del Centro de Seguridad Urbana de la Universidad Alberto Hurtado de la República de Chile, y se ha desempeñado como Coordinador del Programa de Ciudades más Seguras de las Naciones Unidas, inició haciendo hincapié en la crisis de seguridad, explicada bajo cuatro vertientes: Violencia extrema, Territorialización, Gobernanza criminal y Crisis del policiamiento, generando múltiples crisis. 

Destacó que la violencia no es un fenómeno aislado de la región, sino un desafío global que se manifiesta de diversas formas en distintas partes del mundo. En particular, señaló que la violencia en Zacatecas, al igual que en otras regiones de América Latina, está fuertemente vinculada a una serie de factores y crisis mundiales contemporáneas, tales como el cambio climático, la crisis generacional, la crisis de la democracia, el cuestionamiento del modelo patriarcal, la pandemia y la salud mental, así como los movimientos migratorios. 

Además, subrayó la crisis de civismo, el tejido social roto, la creciente desigualdad urbana y la persistente crisis de seguridad, factores que, al estar interconectados, agravan aún más la situación de violencia en la región.

Vanderschueren enfatizó que América Latina, una región urbanizada al 80%, se encuentra entre las más violentas del mundo. Destacó cómo el crimen se diversifica, expandiéndose hacia actividades como la trata de personas y llegando a formas de gobernanza criminal, lo que ha generado un descontento generalizado frente a las políticas de seguridad y el fracaso del populismo punitivo. 

El experto subrayó que las vulnerabilidades y el crimen afectan profundamente el tejido social de las ciudades, impactando especialmente a las juventudes y grupos vulnerables. Además, mencionó la división en las fuerzas de seguridad, con la coexistencia de policías, militares y seguridad privada, lo que contribuye a la falta de cohesión en las políticas de seguridad.

En su intervención, también hizo énfasis en la territorialización de la violencia urbana, describiendo la segregación barrial que existe entre zonas acomodadas, barrios de clase media con servicios urbanos aceptables, barrios vulnerables en vías de empobrecimiento y zonas de violencia crónica. 

Esta segmentación territorial ha llevado a la desvalorización de los espacios públicos y a una serie de impactos sociales, tales como la presencia hegemónica del crimen organizado, la ruptura de las relaciones familiares, el recrudecimiento de la violencia de género y la búsqueda de respeto a través de la violencia. 

Según Vanderschueren, la humillación de ser considerado un «cero social» provoca respuestas perversas, como la búsqueda de respeto o la adopción de actitudes agresivas, especialmente entre los varones, que se asocian a un sentido militarista y machista.

El sociólogo también mencionó que la violencia genera una reconfiguración cultural, legitimando el uso de la violencia y la creación de imaginarios sociales relacionados con el éxito ilícito, lo que a su vez genera territorios con gobiernos paralelos, cooptación de dirigentes locales y corrupción generalizada. 

Además, se refirió a la crisis del modelo policial en América Latina, destacando la falta de eficacia de las fuerzas de seguridad, la discriminación y la pérdida de legitimidad de las instituciones, especialmente entre las generaciones jóvenes, lo que ha llevado a una erosión del apoyo hacia la democracia.

Por lo que también abordó las formas complementarias de abordar la inseguridad criminal, como la represión (acción policial, justicia y cárceles), la disuasión (medidas de prevención situacional como aumento de presencia policial y cámaras de seguridad) y la prevención (políticas y medidas fuera del sistema de justicia penal para reducir los daños causados por los actos criminales). 

A pesar de que enfatizó que represión y prevención son dos caras de la misma medalla, detallo que los gobiernos tienden más a la represión que la prevención, por lo que no se atiende la raíz del problema. 

Finalmente, destacó el rol crucial de los municipios en la prevención de la violencia, señalando que son los actores más cercanos a las comunidades y, por tanto, los más adecuados para gestionar la seguridad a nivel local. 

Concluyó su intervención recalcando que la seguridad no es tarea exclusiva de la policía, sino que es una responsabilidad compartida entre la comunidad, las autoridades y la policía, y que una coordinación efectiva entre todos los actores involucrados es esencial para lograr resultados duraderos en la lucha contra la violencia.

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