Diputados locales discutieron en torno a la forma en que ayer se desarrolló la mega marcha del 2 octubre, y mientras que algunos reprobaron los daños provocados a terceros, entre ellos obstrucción de la vialidad y daño al patrimonio por algunas pintas hechas en Palacio de Gobierno, otros justificaron la movilización y llamaron a sus compañeros a entender que es una muestra del descontento social que, si no se atiende, crecerá.
El tema fue llevado a tribuna por la diputada priísta Claudia Anaya Mota, quien consideró que la legitimidad de una manifestación pierde fuerza cuando afecta la libertad y el patrimonio público; lamentó que en la manifestación de ayer no participaron “las personas de siempre, sino otras que dañaron el patrimonio público”.
Respaldada por los diputados del PRI y la ecologista, Susana Rodríguez, la ex perredista se pronunció por ser enérgicos y en lo absoluto patrocinar y aplaudirles.
En contraposición, los petistas Alfredo Femat y José Luis Figueroa Rangel, y el perredista Jesús Regis dijeron que si bien no avalan la destrucción, también es evidente que hay una campaña para satanizar las marchas, con gente pagada para desvirtuar el sentido social de éstas.