Frente a las críticas constantes que recibe la actividad minera en general, y las compañías canadienses establecidas en territorio estatal, en lo particular, el embajador de Canadá en México, Graeme C. Clark, consideró que es posible conciliar los intereses de la industria extractiva con los de las comunidades y el medio ambiente.
“Mi expectativa es que las compañías mineras canadienses se comporten como se comportan en Canadá, de manera respetuosa, y si hay un problema hay avenidas, hay un ombudsperson en Canadá que puede recibir quejas por parte de comunidades si una compañía canadiense no está actuando de manera correcta. Entonces sí hay avenidas para tratar de corregir algunas situaciones”.
Sé que la minería es una actividad controvertida, añadió el diplomático, sin embargo, es esencial para el desarrollo económico de la región. De acuerdo con INEGI, el sector minero metalúrgico representa un 2.5 por ciento del PIB nacional, y casi un 9 por ciento del total de la riqueza generada por el sector industrial o secundario del país.
Sumado al impacto económico, Clark recordó que los metales extraídos de la tierra forman parte fundamental de muchos productos consumidos en la actualidad. Por ejemplo, dijo, los vehículos eléctricos dependen en gran medida del litio; “la minería es algo que no podemos poner de lado, la necesitamos para ir adelante como economías en América del Norte”.
Migración, un desafío para la región
La migración es un fenómeno que no sólo representa un importante desafío para Canadá, sino para toda la región, incluido México, señaló el representante del gobierno canadiense en el país. Lo que sucede con la frontera sur y Centroamérica es un reto para la sociedad mexicana, para su economía, para su gobierno, apuntó.
Entre Canadá y México hay una larga tradición diplomática, comercial y de intercambio de fuerza de trabajo. Este año se cumplen 50 años del programa de trabajadores agrícolas temporales que, en opinión del embajador, ha sido muy exitoso y benéfico para ambas naciones. Por ejemplo, dijo, durante la pandemia el sector primario canadiense no hubiera soportado la crisis agroindustrial que padeció sin el trabajo de los mexicanos.
Así también refirió que hay 20 mil estudiantes connacionales que estudian en Canadá cada año; el flujo es constante, subrayó; hay posibilidades de ir a trabajar, estudiar, pero lo que estamos pidiendo es que sea de manera legal.
Lo anterior lo señaló a propósito de una situación que han identificado en el tránsito de personas hacia su país. El diplomático explicó que cuentan con un sistema de asilo de refugiados dirigido a personas que están huyendo de situaciones muy particulares, por lo que “el desafío que tenemos en este momento es que algunos mexicanos, repito, algunos mexicanos, están tomando el camino del estatus de refugiados sin que sea justificado, están buscando a través de este sistema un mejor horizonte económico, que es completamente defendible, pero mi mensaje es que si quieren ir a trabajar a Canadá hay maneras legales de hacerlo”.
Así, C. Clark recomendó revisar la amplia oferta de programas y posibilidades que existen para trabajar y estudiar de manera formal en Canadá. Es mejor explorar esa vía ordenada que ofrece derechos, por ejemplo, “el trabajador agrícola temporal tiene derecho de cobertura de salud, a una vivienda decente, tiene toda una gama de derechos y si estás en la formalidad puedes defender y exigir esos derechos”.
“Hay que escoger el camino de la formalidad, las vías abiertas a Canadá, porque sí existen y sí hay la necesidad de trabajadores mexicanos en ciertos sectores, pero por favor no escoger el otro camino que nos pone en una situación difícil”.
