Cuando hablamos de obras estratégicas para el estado de Zacatecas, generalmente pensamos en dotaciones de infraestructura que sean detonantes de procesos económicos, como carreteras, parques industriales o conductores de energía. Y está bien, porque efectivamente ese tipo de obras son esenciales para acelerar o hacer posible la producción o comercialización de mercancías. Sin embargo, para el caso de Zacatecas, no sólo se requieren grandes proyectos estratégicos basados en infraestructura, sino de otras cosas.
Es una lástima que el Plan Estatal de Desarrollo de Zacatecas no defina los problemas, y sólo haga conteo de datos problemáticos, con lo cual no alcanzan a sintetizar ‘el’ problema de la economía del estado. El Plan tiene algunas deficiencias analíticas importantes. Pues bien: el problema de la economía de nuestra entidad es uno que produce la llamada ‘heterogeneidad del mercado de trabajo’, la cual soporta un trabajo precarizado, con ingresos bajos (aun con trabajo formal) y sin seguridad social. En el fondo, el problema es ‘la dependencia asimétrica’ de la economía zacatecana respecto a la nacional y extranjera. Esto es, vendemos productos en forma de materia prima (incluyendo agropecuarios y minerales) y compramos todo lo que tiene valores industriales agregados. Además, tenemos un porcentaje alto de servicios (turísticos) de baja derrama. Si la dependencia económica asimétrica y financiera es el problema, entonces la solución es una serie de proyectos estratégicos que generen mayores niveles de independencia con producción local y endógena de alta valoración.
Los grandes proyectos estratégicos van en el sentido de reunir dos componentes sincronizados: (1) una sustitución local de importaciones (SLI); y (2) una gestión de economía de conocimiento (EcC). La SLI permite producir lo que el mercado interno necesita no sólo de bienes de consumo sino una parte de bienes de capital, y la EcC permite inyectar al proceso económico el factor que ahora mismo es el más importante: el conocimiento. Para el primer componente se requiere que exista un apoyo extraordinario en fondear inversiones bajo esquemas protegidos: una banca de segundo piso solidaria. Y para el segundo, es necesaria una alta sincronización del plan de detonación económica con los planes de agenda de investigación y oferta educativa de las universidades.
Así las cosas, los proyectos estratégicos mencionados no sólo requieren de infraestructura y fondos financieros, sino recursos organizacionales e institucionales muy importantes, como la planeación coordinada y programación concertada entre gobierno, universidades e iniciativa económica. Es algo más complejo que aprobar algunos presupuestos. Requerimos no sólo de dinero, sino de talento y visión de los gobernantes. Para el desarrollo del estado no solamente necesitamos de recursos públicos y privados, sino de capital social, aplicación estratégica de conocimiento, inteligencia institucional y mucha organización. Que el gobierno no se asuma como el que manda, sino como el que organiza. Esto es, nueva visión de la misión de la administración pública. La gestión del desarrollo está en los tiempos de la complejidad.
