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viernes, 2 mayo, 2025
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Puntos de llegada y de partida

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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT •

Cuando todo parecía miel sobre hojuelas, que habría una transición de terciopelo, asi lo llegó a declarar, para al todavía Presidente de la República en funciones, el último tercio del último año de su mandato, aparecieron desagradables sorpresas y sobresaltos que le cambiaron su optimista estado de ánimo. El primer incidente desagradable fue lo que sigue sin aclararse. Todo un misterio. Pues seguimos sin saber si fue una traición del chapito Joaquín Guzmán López para entregar a su padrino el Mayo Zambada o fue un acuerdo concertado entre el gobierno norteamericano para trasladarlos a territorio gringo. El gobierno mexicano, en un gestó real o simulado se mostró atónito y sorprendido como perplejo a la vez que apanicado, sin que hasta la fecha tenga una respuesta convincente. Violando la soberanía nacional en un tris aparentemente sin ser percibida una nave espacial traslado a los capos al territorio vecino. Ahora el suspenso está en saber qué es lo que van a declarar, a que funcionarios y políticos van a denunciar y que pruebas van a aportar. 

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López Obrador deja el cargo teniendo a la inseguridad como la gran asignatura pendiente. En su gobierno aumentaron los desaparecidos y los muertos (cierra con una cifra cercana a los 200 mil asesinatos).  Deja una crisis forense con un número escandaloso de cuerpos de personas sin identificar.

Ayotzinapa, es la gran promesa no cumplida. Desde su campaña despertó expectativas en la opinión pública y asumió el compromiso e hizo la promesa a los padres de los 43 normalistas desaparecidos de esclarecer la verdad y hacer justicia. En eso quedo. Se topó con el Ejercito al que consintió dándole obras y encargos a cargo del presupuesto público. No quiso molestarlo, le tuvo demasiado respeto o tuvo algún convenio a cambio de su colaboración en sus proyectos y demás tareas que les encomendó a los militares.

Al cumplirse diez años de la noche de Iguala con su tragedia de Ayotzinapa, desconsolados los padres en la marcha protesta en la que participaron reclamando verdad y justicia sobre sus hijos desaparecidos, Jorge Antonio Tizaba, padre de uno de ellos hizo esta acusación lapidaria: “[refiriéndose al presidente] Traicionó la confianza que como padres pusimos y dio la espalda al caso para proteger al Ejercito”, (ver La Jornada, 27/09/2024). Por su parte, Emiliano Navarrete, Otro de los padres de uno de los 43, fue más duro en su acusación al presidente: ¿Andrés, quieres burlarte de nosotros poniendo barreras en nuestro camino? [se refería a las vallas metálicas]. “Prometiste darnos la verdad y justicia, se veía demasiado blanco para ser paloma. Resultaste ser lo que tú dices en tus propias palabras: un zopilote. Cuando apuntaron las líneas de investigación hacia el Ejercito, ahí se desmoronó el hombre de arena que muchos mexicanos pensaron que nos daría verdad y justicia, dijo”, (en Reforma, 27/09/2024).   

De acuerdo con una encuesta de El Financiero (lunes 30 de septiembre de 2024), López Obrador deja el cargo gozando de un 68 de popularidad, sólo un punto debajo de Zedillo. Si la popularidad representa poder, se retiró con más poder con el que llegó.

En su gestión tuvo aciertos y dejó pendientes.

Entre los primeros tenemos el incremento de los salarios y la disminución de la pobreza. Logró mantener una estabilidad económica y la implementación de programas sociales por medio de los cuales aplicó una redistribución del ingreso. Otro logro es la relocalización de empresas industriales y la inversión en infraestructura.

Los pendientes, además de no aclarar el caso Ayotzinapa, se incrementó la inseguridad, falta de regulación en renglones de la economía y de la administración pública. Entre los indicadores macroeconómicos deja un PIB a la baja, así como un ingreso per cápita. Prácticamente no hubo crecimiento económico y sin este crecimiento faltan empleos y salarios competitivos. De igual forma, queda sin alcanzar un nivel óptimo el importantísimo tema de la salud y el rezago educativo entre los más notorios

Con la llegada de Claudia a la presidencia, como muchos mexicanos estoy optimista. Dada su formación y su trayectoria no puede traicionarse. Cierto que ha sido compañera de ruta y proyecto de López Obrador, pero ella sabrá ser ella misma e imprimirle un sello personal a su gobierno. 

Claudia le debe mucho a López Obrador a quien se le ubica como su tutor y maestro. Pero, aunque no puede negarse el apoyo que le dio para ganar la presidencia, muy probablemente, aunque no por el mismo margen ella hubiera ganado por sí misma. Tenía a su favor el descredito de los partidos opositores. La inercia de los votantes y la buena aprobación y popularidad del presidente fueron factores que le favorecieron. Pero también contó con su trayectoria y sus buenas prendas políticas. 

Hay quienes creen que Claudia no sabrá ni podrá desmarcarse de su antecesor.  Que este será el poder tras el trono y le estará diciendo que y que no haga. Otros ven en eso una falacia. Consideran que, en las giras de la transición, llamadas las giras del adiós, Sheinbaum le estuvo dando la suave, pero una vez que asuma plenamente el poder protestando como primera mandataria comenzara a darle el avión. Y que lo que mejor debe hacer el hombre de Macuspana es sosegarse. Veremos si encuentra la serenidad y tranquilidad en su finca de retiro.  

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