PARAÍSO, TABASCO. Al dar el banderazo de inicio del periodo de pruebas de la refinería Olmeca e inaugurar la primera etapa constructiva, el presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que es todo un acontecimiento porque forma parte del viraje después de que la industria petrolera estuviera orientada sólo a la extracción y venta del petróleo crudo como en el periodo neoliberal. Ahora, «el objetivo es dejar de exportar crudo y procesar la materia prima en el país, ser autosuficientes en gasolina y diésel, por eso desde que llegamos invertimos en exploración».
Ante unos 150 invitados en la refinería, López Obrador censuró las políticas energéticas del pasado: «No podemos olvidar que acabaron con la petroquímica, que dejaron en estado lamentable las seis refinerías, y reformaron la constitución para privatizar el petróleo, aunque no les dio tiempo para entregar todos los yacimientos y consumar esa gran infamia».
Recordó que, paralelamente, Pemex adquirió la refinería de Deer Park en Texas, que ha generado ya utilidades por más del 50 por ciento de los 600 millones de dólares que costó esa operación.
«Nos estamos preparando para dejar importar y producir en México la gasolina, el diésel y la turbosina. ser autosuficientes», producir el combustible dirigido al mercado interno, porque esto «es un cambio profundo de vender petróleo crudo a transformar la materia prima y producir combustible.»
Dijo que su gobierno no hizo caso de los pronósticos de que llegaba el fin de la era del petróleo y el arribo masivo de carros eléctricos y de las energías renovables. «Tarde o temprano ese cambio tecnológico se convertirá en realidad y será benéfico para salud y medio ambiente «.
En este marco, López Obrador hizo dos reconocimientos: a la empresa ICA, la cual, dijo, se encuentra en su mejor momento y a Carlos Slim, el empresario más «austero e institucional en el país». Igualmente agradeció a los dirigentes sindicales de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad.
Al igual que Pemex, dijo, la CFE enfrentó los efectos de una «privatización brutal» en el periodo neoliberal, particularmente desde el sexenio de Carlos Salinas.
Se le dio preferencia entonces a plantas de generación, sobre todo a las extranjeras, «se les financiaba con banca de desarrollo nacional, había subsidios y les daban prioridad en líneas de trabajo y se utilizaba, primero a la energía que se producía en plantas particulares, por encima de la empresa del Estado con la excusa que producían energía limpia», dijo el presidente.
Agregó que «la CFE supuestamente generaba, según ellos, energía sucia que era ninguneada, al punto que la empresa española Iberdrola tenía más influencia, lo cual se ha ido corrigiendo, a pesar de la actitud anti patriota de una buena cantidad de legisladores, magistrado, jueces.»
El proyecto de Dos Bocas
La secretaria de Energía, Rocío Nahle, hizo un apretado resumen de la historia de la concepción y construcción de la refinería de Dos Bocas.
Durante un recorrido sobre el avance de la obra, el presidente dijo que «este fue el mejor sitio. Ya esta era una terminal de Pemex, aquí llega todo el petróleo de tierra y de agua somera de Tabasco y de Campeche, aquí llega un millón de barriles diarios, entonces se cuenta con la materia prima, no se tuvo que hacer infraestructura especial.
«En cualquier otro lugar habría que hacer oleoductos para abastecer a la refinería. Esta es una terminal marítima, es una base importante de México. Para poner una idea estamos ahora extrayendo poco más de un millón 700 mil barriles diarios, y aquí llega un millón, no le va a faltar materia prima a la refinería».
Primera etapa de la refinería
Al lado de la Sonda de Campeche, donde se produce 80 por ciento de crudo en México, fue inaugurada este viernes la Refinería Olmeca-Dos Bocas, que para su construcción requirió una cantidad de acero equivalente a 16 veces la Torre Eiffel –símbolo de la capital francesa–, o concreto con el que se podría levantar 41 veces el estadio Azteca.
El proyecto insignia del gobierno del presidente López Obrador busca reducir la dependencia energética del país y alcanzar la autosuficiencia en la producción de gasolinas y diésel para “ofrecer mejores precios de estos combustibles a los consumidores”.
Procesará 340 mil barriles de petróleo crudo tipo Maya por día, de los cuales 170 mil serán de gasolina y 120 mil de diésel. Aunque dicha producción se alcanzará hasta 2023.
“El plan es producir más gasolinas en nuestro país, modernizando las seis refinerías y construyendo una nueva para reducir el costo de los combustibles”, indicó la Secretaría de Energía (Sener) en 2019 al anunciar la obra que se localiza en 566 hectáreas de un estero ubicado en el municipio tabasqueño de Paraíso.
El Gobierno Federal eligió el puerto de Dos Bocas porque ahí llegan los ductos de petróleo proveniente del litoral de Tabasco y de la Sonda de Campeche, donde se extrae 80 por ciento de hidrocarburos en México.
Desde su ubicación subirá vía marítima a los puertos de Tuxpan, Veracruz, Pajaritos y Progreso, pero también se conectará a la Red Nacional de Poliductos para distribuir en entronque con Minatitlán, a través de 35 kilómetros de ductos.
Otros de los objetivos del proyecto, que “representa un cambio de paradigma energético”, es “maximizar el beneficio económico y social y detonar el desarrollo en el Sureste”, donde se encuentran tres de cuatro proyectos insignia de la actual administración.
La planta industrial procesará el crudo que extrae Petróleos Mexicanos (Pemex), es decir, destila el aceite para obtener gasolinas, diésel, turbosina y queroseno, entre otros productos considerados “refinados de mayor valor agregado”.
Aunque se proyectó como la séptima refinería de la empresa estatal, será la octava, pues el año pasado el Gobierno Federal adquirió Deer Park a Shell, planta que se ubica en Texas, Estados Unidos. Pero sí será la primera en construirse en el país desde 1979, pues la anterior fue Salina Cruz, en Oaxaca.
Cuando se anunció el proyecto en 2019, el Gobierno Federal señaló que costaría 8 mil millones de dólares, pero en días pasados el presidente López Obrador reconoció que el costo se elevó a casi 12 mil millones de dólares.
Para la edificación de la obra se realizaron licitaciones divididas en seis paquetes. Fluor Entrerprises e ICA Fluor se encargaron de la planta combinada y la planta de coquización, mientras que Samsung Engineering y Asociados Constructores DBNR realizaron la planta de desintegración catalítica, alquilación y una isomerizadora.
Kellogg Brown & Root y Constructora Hostotipaquilo fueron elegidas para construir la planta de aguas amargas, la planta de tratamiento de gases, la planta de recuperación de azufre y la planta productora de hidrógeno.
A Kellogg Brown & Root, Constructora Hostotipaquilo y Mexicana de Recipientes a Presión se les encargaron los servicios de integración. Aunque cabe destacar que Kellogg Brown & Root dejó el proyecto en 2020 y entró ICA Fluor en sustitución.
De acuerdo con la Sener, la obra requirió más de un millón 745 mil metros cúbicos de concreto, lo que equivale al que se necesitaría para construir 41 veces el Estadio Azteca. Además, se utilizaron 162 mil toneladas de acero estructural, volumen de material con el que se podrían construir 16 torres Eiffel.
Hasta mayo, las autoridades reportaron que la construcción de esta planta de Pemex ha generado 32 mil empleos directos y más de 200 mil indirectos.
La Refinería Olmeca-Dos Bocas contará con más de 90 mil equipos. Las instalaciones constan de 17 plantas de proceso, un área de almacenamiento donde se ubican 92 tanques, de los cuales 58 son para gasolina y diésel.
En los 34 restantes, que se traducen en 680 mil barriles de capacidad instalada, se almacenarán componentes ligeros, como butanos, isomeros y propileno, entre otros, que servirán como balance intermedio durante el proceso del crudo.
También contará con cuatro torres de enfriamiento, cuyas celdas enfrían 788 litros por segundo. Este equipo sirve para retirar calor del proceso petroquímico, enfriando el agua con una corriente de aire y que ésta pueda ser reutilizada.
Tendrá un sistema de cogeneración eléctrica con el propósito de hacer una refinería autónoma en sus servicios, así como talleres, cuartos de control y edificios administrativos.