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jueves, 18 abril, 2024
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Continuar con más de lo mismo, es una crónica de una crisis anunciada

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Por: ARTURO HUERTA GONZÁLEZ •

La inflación que se presenta en el país se da en un contexto donde la economía está en una posición muy rezagada como consecuencia de las políticas de austeridad fiscal, alta tasa de interés y de libre mercado predominantes. El PIB del primer trimestre del 2022 creció 0.88% respecto al trimestre anterior y llegó a 17, 786, 344 millones de pesos, que es equivalente al PIB del tercer trimestre del 2016 que fue de 17, 786, 595 millones de pesos, lo que muestra los rezagos productivos, la escasez de producción nacional que el país viene enfrentando. A ello se le suma las interrupciones de las cadenas de suministros y el encarecimiento de los productos importados, acentuados por la guerra de Rusia – Ucrania, como por las prácticas especulativas que realizan las grandes empresas petroleras, como las empresas transnacionales comercializadoras de alimentos. Ello lleva a que la inflación no vaya a ser temporal y no se resuelva con las alzas de la tasa de interés, ni con la austeridad fiscal que se están instrumentando en nuestro país.

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El crecimiento anualizado del primer trimestre del 2022, respecto a igual período del 2021 es de 1.56%, lo que refleja las proyecciones que se han venido haciendo de que en el 2022 se crecerá cerca del 1%. De seguir aumentando la tasa de interés, tanto Banxico, como la Reserva Federal en EUA, ni siquiera llegaremos a tener un crecimiento positivo en este año en la economía nacional. La economía estadounidense manifestó una caída de 1.4% en el primer trimestre del 2022 respecto al trimestre anterior, como resultado del creciente déficit de comercio exterior, como por la desaceleración del gasto gubernamental dirigido a reducir el déficit fiscal que había expandido la actividad económica en el 2021. El alza de la tasa de interés en EUA, aunado al menor gasto público, frenará la actividad económica de dicho país, además de originar vulnerabilidad de los mercados de capitales y de divisas a nivel mundial, lo que generalizará las alzas de la tasa de interés a nivel mundial, e impactará sobre las políticas fiscales y desacelerará el crecimiento mundial.

Las importaciones mexicanas de bienes de consumo en marzo, mostraron un crecimiento mensual de 10.48%, las de bienes de capital de 5.34% y las de bienes de uso intermedio una caída de 0.85%, lo que evidencia que no está habiendo crecimiento de inversión (la cual depende de importaciones de bienes de capital y de bienes intermedios) que apuntale el crecimiento económico. El aumento de las importaciones de los bienes de consumo, refleja la escasez de productos y rezagos productivos nacionales. Y en vez de que haya política agrícola e industrial para impulsar la producción nacional y así encarar la escasez de productos, como para reducir importaciones de alimentos, las autoridades monetarias siguen aumentando la tasa de interés, lo que encarece el crédito y restringe la inversión. Las autoridades hacendarias por su parte continúan restringiendo el gasto y con ello la demanda, lo que desestimula las decisiones de inversión, por lo que menos creceremos, pues éste requiere de baja tasa de interés e incremento del gasto público, para que aumente la inversión.

A los tomadores de decisiones no les importan los problemas económicos que enfrenta el país. Ellos actúan para mantener estable el tipo de cambio y el equilibrio fiscal para ser bien vistos por el sector financiero y las calificadoras internacionales, y de hecho logran sus propósitos. En días pasados HR Ratings mejoró la perspectiva de negativa a estable para la deuda pública por “los esfuerzos realizados para mantener los balances fiscales estables…lo que ha permitido mantener la política de limitar el endeudamiento”.

Ante la problemática económica que enfrentamos, no es para que Banxico siga aumentando la tasa de interés y priorice la estabilidad cambiaria. Con ello no reducirán la inflación, ni evitarán la inestabilidad financiera. Tales políticas contraen la inversión productiva, la actividad económica y reducen la competitividad de la producción frente a importaciones, por lo que seguirán los rezagos productivos, las presiones inflacionarias, el crecimiento de importaciones caras y el déficit de comercio exterior, lo que nos coloca en un contexto de alta vulnerabilidad externa. Además, al encarecer el crédito y reducir el ingreso de empresas e individuos, aumentará la cartera vencida y desestabilizará al sector bancario-financiero.

No será a través de apoyos específicos a grupos vulnerables, como propone el FMI, para “permitir que los precios se ajusten conforme al comportamiento global”. Hay que señalar que los precios no se ajustan por si solos. Se requiere de política económica para encarar los problemas de oferta, y las interrupciones de las cadenas de suministro. Además, las altas tasas de interés no controlan las especulaciones que realizan los grandes productores y comercializadores de insumos estratégicos y de alimentos. Los grupos vulnerables no requieren de apoyos específicos, sino de empleos formales bien remunerados, que les permita sortear las presiones inflacionarias y nada de ello plantea el FMI, ni los tomadores de decisiones.

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