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jueves, 24 abril, 2025
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El imposible milagro de multiplicar los panes

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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT •

Cuando los panes o manzanas son menos al número de sujetos que desean comerlos, surge un conflicto. Eso y no otra cosa es lo que ocurre con las plazas que se ofrecen en el próximo concurso de oposición a celebrarse el 12 y 13 de julio. Las plazas que se someterán a concurso son alrededor de 700 y solamente los aspirantes de la UPN que exigen el derecho a hacer el examen, resultado del crecimiento maltusiano que ha tenido la institución, son 900. ¿Qué hacer? Cuando se les está negando esa oportunidad.

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Desde antes de la salida a vacaciones de Semana Santa se tuvo conocimiento de la convocatoria, fechada el diez de abril y firmada por el titular de la Seduzac. Un tanto ambigua en cuanto a sus destinatarios, en su encabezado está dirigida a los “Egresados de Escuelas Normales”, aunque más adelante previo a los perfiles (requisitos de preparación), a los normalistas se agregan los egresados de “instituciones formadoras de docentes de Educación Básica del país públicas y particulares”, para que participen en el concurso. Pero en el primer párrafo de los perfiles se especifica que quienes podrán participar serán los egresados (con título) de las escuelas normales. Es aquí en donde está la contradicción, pues la UPN aunque es una institución que desde sus orígenes capacita y actualiza, también en el organigrama de la SEP se le ubica como formadora de docentes. Los términos en que se redactó la convocatoria al tiempo que la excluyen también la incluyen. Al tener conocimiento de la convocatoria los upenianos egresados de las subsedes desparramadas a lo largo ancho del estado, tomando como referente que en años anteriores se les ha permitido presentar examen, ni tardos ni perezosos comenzaron a hacer su pre registro, pero cual sería su sorpresa que el lunes 28 de abril, a la hora de entregar los documentos para recoger su ficha que les da el derecho a examinarse, no les fueron recibidos, aflorando así la inconformidad que llevó a la toma de la SEC en demanda de que se les permita concursar. Tan fácil hubiera sido no meter en la redacción del documento la frase “y demás instituciones formadores de Educación Básica…” y especificar sin ambigüedades que solo los normalistas podrían concursar. Aunque ello no significa que hubiera dejado de presentarse el conflicto, pero por lo menos las reglas estarían más claras. ¿Por qué sólo se determinó que sólo los normalistas podrán aspirar ganarse las plazas definitivas y temporales? Por varias razones. Siendo Zacatecas un estado de alta emigración hay un superávit de profesores por el abandono y deserción de alumnos que al disminuir la población de comunidades rurales provoca el cierre de escuelas. Las plazas de nueva creación no se autorizan sino se justifican. A lo anterior hay que agregar que el número de egresados de las Normales ha venido siendo superior al de las plazas vacantes que se generan año con año, lo que hace que al momento del reparto de los destinos laborales, sean muchos los maestros que se quedan sin trabajo pasando a engrosar un ya de por grande  ejercito magisterial de reserva, que se ira colocando en el transcurso del año con interinatos según se vayan generando los lugares vacantes. Por su parte los normalistas a diferencia de los upenianos que ingresan a la licenciatura sin hacer examen y en donde si abundan las recomendaciones del sindicato, políticos y funcionarios,  podrán argumentar que al ingresar las Normales lo hacen aprobando un examen de selección y bajo la exigencia de un promedio de ocho, salvo las excepciones de uno que otro recomendado que nunca faltan.

El problema de las plazas vía concurso de oposición está en que no hay para todos los que aspiran a ganarse una y por lo tanto la autoridad tiene que aplicar filtros. Uno de ellos es el de excluir a los que egresaron de la UPN. Pero esto es injusto y así lo están sintiendo los agraviados que ven que el suelo no esta parejo para todos y que no hay equidad ni igualdad de oportunidades, en el marco de una reforma educativa que tiene el centro la búsqueda de la calidad. En aras de esa calidad debería darse la oportunidad a todos los egresados titulados  de todas las instituciones formadoras de docentes de la entidad y del país y que sean los mejores, los que obtengan los más altos puntajes quienes sean los agraciados. ¿Cuál podría ser una solución a la presente y futuras inconformidades? ¿Por qué no hacer dos concursos dividiendo el número de las plazas? En uno le entrarían sólo normalistas disputándose en un primer momento todas las plazas de preescolar y primaria, pero a condición de cubrir con un mínimo de puntaje establecido. Las plazas no ganadas entre  los normalistas por  no alcanzar la evaluación mínima requerida, quedarían para los upenianos que se las disputarían en un segundo concurso. Si en ninguno de los dos certámenes no se alcanzaran los mínimos de conocimientos exigidos por el INEE, entonces con carácter de provisionales cubrirían las vacantes siguiendo el estricto orden de prelación conjunto. No faltará a quienes les parezca muy mafufa la propuesta, pero seguro contribuiría a mejorar la calidad de la educación

Mientras tanto el conflicto de la toma de la Seduzac suscitado por la disputa de los panes que inicio el lunes entro en un impasse, se entregó el edificio el miércoles por la noche bajo la promesa de iniciar negociaciones hoy viernes. No se descarta como tantos otros casos que  el problema pueda tener un trasfondo político no exento de intereses. Sea que el SNTE, aliados o alfiles como terceros interesados quienes están atrás de la protesta moviendo los hilos o sea por iniciativa de los que se sienten afectados, es legítimo el reclamo del derecho a presentar el examen, pues no están haciendo otra cosa que demandar su derecho constitucional a tener trabajo, máxime si en su título aparece la leyenda licenciado en educación básica. ■

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