En el último tercio del Siglo XIX, Zacatecas se caracterizó por un esfuerzo intelectual de primer orden gracias al Gral. Lic. Trinidad García de la Cadena y al Lic. Jesús Arechiga. En esa época el Instituto Literario de García (ILG) empezó a ser prioridad, ante el auge minero arribaron dos grupos de profesionistas de amplio prestigio al estado. Los recién llegados, nacionales y extranjeros combinaron sus labores profesionales con la cátedra. Entre los extranjeros sobresalía Isidoro Epstein, quien junto con Ignacio Hierro fue el que más influyó en la nueva política académica de la institución educativa.
Procedente de Alemania, Isidoro Epstein (personaje pintoresco y singular) llegó a México a principios de 1851. El traductor, litógrafo, geógrafo, cartógrafo, astrónomo y físico matemático, se estableció en Zacatecas; aunque también residió en Aguascalientes, ciudad a la que propició un gran impulso científico y cultural. Jesús Gómez menciona que la estancia de Epstein en Aguascalientes fue determinante para que terminara de aprender el español, conociera a los mexicanos, reuniera un pequeño capital y se diera cuenta de cómo aprovechar su talento y sobresalir en México.
Isidoro Epstein se desempeñaba como maestro de matemáticas y alemán en el Instituto Científico y Literario de Aguascalientes, del que por cuestiones de caracter político se vió obligado a dejar sus actividades. Gracias a su propia gestión logró que el Gobierno de Zacatecas en el año de 1852, le proporcionara un edificio para la enseñanza de las ciencias físico-matemáticas. Como evidencia, compartimos parte del documento testimonial del Archivo Histórico del Estado de Zacatecas (AHEZ), Fondo: Poder legislativo. Serie: Comisión de Instrucción Pública. Caja: 2. Año: 1852.
Instituto de Ciencias Físico-Matemáticas y Bellas Artes.
Ha venido desde Alemania el profesor Isidoro Epstein a ofrecer a los zacatecanos sus conocimientos, por tal le hace la solicitud siguiente el señor gobernador.
“Excelentísimo señor.
Isidoro Epstein originario de Alemania y profesor de ciencias físico- matemático, según los adjuntos certificados, ante vuestra excelencia con el más debido acatamiento comparece diciendo que deseoso de que se propaguen los conocimientos humanos, tan indispensables para el mejoramiento y prosperidad de los pueblos y siendo notorio que el ciudadano que hoy rige los destinos de Zacatecas esta poseído de esos sentimientos de progreso e ilustración, ha emprendido el que suscribe abrir un instituto de ciencia físico-matemáticas y de bellas artes; pero como le es necesario para tal empresa la cooperación del supremo gobierno ocurre a vuestra excelencia suplicándole se digne proporcionarle un local a propósito, que cree lo será el de los altos de la aduana y asignarle una suma de 600 pesos anuales; prometiendo el empresario por su parte enseñar, ayudado por otros profesores, a diez niños que el gobierno nombre por el tiempo que este coadyuve con lo de arriba solicitado los ramos que expresa el programa que tenga el honor de acompañar a vuestra excelencia.
Confiado, pues de que el gobierno sabrá estimar los beneficios que del mencionado instituto al Estado puedan resultar, no duda el solicitante de que vuestra excelencia por una parte benévolo escuchará mi humilde pero loable empresa y por otra accederá a mi solicitud en lo que recibiré una muy distinguida gracia.
Zacatecas, enero 22 de 1852.
Isidoro Epstein”.
Gómez señala que en 1863 Epstein tuvo una estancia breve en Zacatecas, región que ya no ofrecía la prosperidad minera que se reflejaba en sus iglesias y palacios, por lo que decidió marcharse al norte del país y establecerse en Monterrey, en donde realizó “muchas e importantes mejoras”. En 1869 regresó a Zacatecas por invitación del Gobierno del Estado, enseñaba matemáticas y alemán en el Instituto Científico y Literario. El Semanario Municipal (periódico zacatecano), se congratulaba por tal nombramiento, señalando que durante su permanencia en el país, Epstein había prestado importantes servicios que le valieron para ganarse el aprecio público, tanto por sus publicaciones en los acreditados periódicos El Centinela y El Atalaya (defendiendo constantemente las ideas avanzadas del siglo y el buen nombre de México), como por las obras científicas que ejecutó en diferentes partes de la República.
Epstein colaboró con Ignacio Hierro (uno de los fundadores de la Escuela Nacional de Ingeniería) en la dirección del Instituto Científico y Literario de Zacatecas; juntos edificaron una nueva política académica en el plantel, influyendo de manera significativa en su orientación científica. Abrieron estudios en medicina, farmacia, ingeniería y ensayo de metales; además promovieron la enseñanza de varios oficios como teneduría de libros, dibujo, idiomas, fotografía y telegrafía, estrechando la relación entre el plantel y los centros de producción.
En el año de 1869 lo designaron director de todas las obras materiales del estado y municipio de Zacatecas, desde donde él realizó cálculos del sistema montañoso formado por los cerros de Altamira, la Bufa y San Juan. En 1870 publicó El Jornalero de la Prensa, del que fue editor y redactor. En el periódico y en muchas otras actividades contó con la colaboración de Severo Cosío y Jesús Sánchez de Santa Ana. Además presidió la comisión encargada de la reconstrucción del teatro de la capital, que estaba integrada por Severo Cosío, Eduardo G. Pankhurst, Jesús Sánchez de Santa Ana y Gabino Silva.
Sé parte de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia (LUMAT). Informes: http://lumat.uaz.edu.mx/; https://www.facebook.com/LUMAT.UAZ; https://twitter.com/LumatUaz.
*Docente Investigador de la Unidad Académica de
Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia. LUMAT.
*Docente Investigadora de la Unidad Académica Preparatoria.
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