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jueves, 28 marzo, 2024
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“Estado feminicida” no es un eslogan publicitario, es un símbolo de la época actual: Mara Muñoz

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Por: SCARLETT LLAMAS •

■ “Es momento de despertar para las mujeres, sintiendo la crudeza del mundo; vivas nos queremos en todos los planos de nuestra existencia”

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La abogada zacatecana, Mara Muñoz, como lo dio a conocer en redes sociales, volvió a la vida pública para hablar sobre el Estado feminicida, de cómo actúa y de cómo es que ataca a las mujeres y al feminismo para desvirtuar el movimiento.

A través de la cuenta de Facebook de la colectiva Mujeres de la Sal, inició su discurso sosteniendo que “Estado feminicida” no es un eslogan publicitario; es, al contrario, un símbolo de la época actual, donde todos los estados “de todos los países” emplean esta violencia, con sus peculiaridades.

En el caso de México, señaló que todas las mujeres han sido cosificadas y víctimas de algún tipo de violencia sexual o física, lo que ha desencadenado en un movimiento de liberación que tiene como centro al sector femenino.

Sin embargo, continuó exponiendo que con “sobrada violencia moral y en el discurso”, se presenta una supuesta liberación de las mujeres, que en realidad sirve a los hombres con la sexualización de los cuerpos en los que ejercen poder.

Desde su perspectiva acusó que la violencia sexual es la base de todas las violencias hacia las mujeres, mostrando al cuerpo como “una cosa que se vende”, se consume; sin embargo, el precio de la dignidad es muy bajo y se aprovechan de la necesidad de las personas.

De acuerdo con Muñoz, la situación se agrava considerando que hay un sistema patriarcal y capitalista; el movimiento feminista es consciente de ello y “lo hacen visible al marcar las paredes como ellos marcan nuestros cuerpos”.

A esto se le suma que el feminismo no se conforma con criticar al estado en todos sus niveles, sino también al sistema que sirve.

Esto lo identificó como un problema para el sistema porque manifiestan sus cuestionamientos saliendo a las calles a tomar edificios y así como a confrontar a cuerpos policiales, dejando a su paso íconos del feminismo crítico, que pasan a la acción directa.

La abogada aseguró que el Estado teme al feminismo consciente, y como respuesta intentó desarmar al movimiento con distintos “embates”, como su intento de recuperar el ahora albergue “Okupa”, las declaraciones de la jefa de Gobierno de Ciudad de México, ligando el movimiento a partidos políticos, la muerte de activistas feministas por su acción.

En lo particular las intimidaciones no se quedan atrás, con el acoso y persecución que viven las compañeras en los estados.

Todo lo anterior va fomentando a la que llamó “Violencia feminicida institucional”, que realiza “trata institucional de víctimas, en un país de asesinadas, desaparecidas, intereses”, aún sin mostrar “su cara más cruda”.

Además de las herramientas ya mencionadas, emplea el desprestigio y exposición de las participantes, su identidad, intimidad, y en el acto impulsa la infiltración y la desarticulación del organismo y, encubrimientos.

Incluso tomando en cuenta todo lo anterior, la activista sostuvo que es momento de despertar para las mujeres, sintiendo la crudeza del mundo, a lo que declaró “vivas nos queremos en todos los planos de nuestra existencia”.

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