A 45 años de la masacre, se conmemora el 2 de octubre entre múltiples manifestaciones y con distintos contingentes en pie de lucha por demandas y reclamos insatisfechos por un autoritarismo institucional, negado a ceder su lugar al debate democrático para resolver las controversias políticas ocasionadas por decisiones autoritarias como el compendio de leyes secundarias con las que deberá operar la reforma educativa auspiciada por Mexicanos Primero, ente parainstitucional al que Peña Nieto presta obediencia por encima de los maestros, próximos afectados en su perspectiva laboral y de vida. Ya se verá si el viaje a Suecia de Peña Nieto fue para afianzar la idea de que ella es el prototipo ¿político y educativo? a seguir por los mexicanos. Obligado está a precisar sus próximas acciones, respecto a la educación en México. ¿Qué tanto se va a preparar y constituir en esa vieja novedad como actores educativos a padres de familia, maestros y a las respectivas autoridades nacionales y locales en el entorno escolar? Iniciar a cambiar hacia un modelo educativo como ése implica preparar a los actores educativos para reconocer y garantizar la autonomía y autoridad académica, pedagógica y política, requeridas. Como reforma educativa será un proceso de formación que consume tiempo, (paciencia,) ciencia y dinero, para facilitar el tránsito a todos los involucrados por ser una novedad en casi todo México, salvo alguna particular excepción.
El modelo sueco en educación hace tiempo operó de manera exitosa para conseguir lo que deseaba aquel pueblo: una educación pública, gratuita y de calidad. Suecia fue el país europeo que más presupuesto destinaba a las familias. En 2008, el destinar 966 euros persona/año a políticas familiares se llevó casi un 30 por ciento del PIB. Situación hoy difícil de sostener por la erosión de las estructuras tradicionales de apoyo, a las que faltan recursos y por el avance de la individualización, según parece.
En México, sentar las bases para alcanzar una educación con esas características conlleva una compleja transformación política en la que el autoritarismo y el centralismo se reviertan al quedar sujeto el proceso social y económico mediante unas auténticas, democracia y educación, a obtener si circula el poder de abajo hacia arriba y no al revés, como hoy ocurre, a pesar de la eventual faramalla montada para legitimar leyes o políticas, mediante los H. Congresos estatales, de los cuales, el recién concluido en el estado de Zacatecas dejó una lección ¿cleptócrata?, a la que mediante un emprendimiento jurídico – ciudadano se tratará de anular y recuperar el dinero enviado y entregado a algunos diputados, según notas de prensa, no como despedida o agradecimiento por servicios legislativos prestados a Gobierno del Estado en bien de los zacatecanos, sino para ¿inducir a aprobar? el actual presupuesto de egresos. Asunto impulsado y en dilucidación, según parece, de manera oficial o por actores privados, quienes como ciudadanos dicen buscar esclarecerlo y que la justicia actúe, si se requiere.
A 10 meses de su sexenio, Peña Nieto viajó a Suecia, al regresar aseguró que los frutos de la reforma educativa se verán en seis o siete años e indicó: “Es fundamental hacer ajustes en distintos ámbitos, como los que hemos venido haciendo” en materia de enseñanza y telecomunicaciones. Mientras lo anterior da fruto, el mandatario dijo confiar en que desde ahora habrá mexicanos mejor capacitados para incorporarse a la planta productiva. ¿De qué educación habla? Educación y formación para el trabajo se pueden complementar, aunque el fin de la educación no puede ser sólo formar para un trabajo por lo regular inexistente, sino para la vida; generar y multiplicar el trabajo no es un fin educativo, per se, aunque para ello, ahora cada vez más se incluye la incubación de empresas como asignatura – taller que coadyuve mediante el autoempleo a crear ocupación por y para los jóvenes egresados. Nuestro mercado de trabajo es deficitario en crear empleo y un dispositivo voraz para acumular capital. Por fortuna, Peña Nieto no se la quiebra, recurre a Keynes para lanzar su garbanzo de a libra: “los frutos de la reforma educativa se verán en seis o siete años.” El famoso, “a largo plazo, todos estaremos muertos” e indicó: “Es fundamental hacer ajustes en distintos ámbitos, como los que hemos venido haciendo” en materia de enseñanza y telecomunicaciones. Mientras las enmiendas dan fruto, el mandatario dijo confiar en que desde ahora habrá mexicanos mejor capacitados para incorporarse a la planta productiva. ¿Qué da a entender? ¿Los maestros son prescindibles para ese tipo de “educación” y se les puede sustituir con terminales de Internet, sus respectivas máquinas y entornos? ¿En un México futuro no habrá ni maestros ni escuelas, sólo terminales de Internet y ciudadanos del mundo altamente informatizados? ¡Adiós escuelas, adiós profesores! De un plumazo desaparecerán las manifestaciones y las invasiones del Zócalo serán para degustar la modernidad con hamburguesas el Día del Grito, ante las megapantallas facilitadas patrióticamente por Televisa. ■