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martes, 23 abril, 2024
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Los gatos

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Por: ALBERTO HUERTA* •

La Gualdra 367 / Río de palabras

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Los gatos rodean al mundo con sus terciopelos, con sus caricias.

Paco Urondo

‘A mis hijos’.

Éste era un gato, con los pies de trapo y los pies al revés…. ¿quieres que te lo cuente otra vez? Dijo Él y siguió viendo al Negro dormir sobre el sillón cuan largo era. Afuera la luna llena, esplendorosa, en esa noche de pleno otoño. Hablo con los gatos. Y los miro. Ellos también me miran con sus ojos redondos, amarillos, azules… Sombra, echada sobre el televisor, encima del estante, nos mira como Dios mira a los conejos… el Agustino se pasea muy orondo por la salita.

Éste era un gato, con los pies de trapo y los ojos al revés… ¿quieres que te lo cuente otra vez? Hablo con los gatos todo el santo día y parte de la noche, dice Él, porque así tenía que ser. No me quedaba de otra. Cuando te quedas solo, empiezas por hablar con las paredes… o lo que es lo mismo… con nadie… corres el peligro de volverte medio loco. Yo me puse a hablar con los gatos… los Panchos hechos bolas duermen en el sofá.

Éste era un gato, con los pies de trapo y los ojos al revés… ¿quieres que te lo cuente otra vez? Él dice: Me pongo a chiflarles canciones cardenches, y nomás por joder les chiflo La Internacional o Bandera roja, completitas. Les hablo y les cuento cuentos, historias, chistes. Juntos comemos palomitas de maíz, papas fritas, manteconchas y bolillos. Nos quedamos jetones con la televisión prendida. Hechos rosca o estirados como liga. A todos, a ellos y a mí nos disgustan los cohetes. Nos incomoda y molesta el frío. Los días lluviosos. Los escucho maullar. Y su ronroneo me acompaña día tras día. Subiendo y bajando escaleras. Y nos vale madre, a ellos

y a mí, si van a pagar en abonos o en riguroso contado el avión presidencial. Esto dice Él.

Éste era un gato, con los pies de trapo y los ojos al revés… ¿quieres que te lo cuente otra vez? Dice, y le da una mordida a la paleta Tolteca.

La Lola se esponja. Y se hace una bola peluda negra y blanca. Elmer se pasea por el pasillo ronroneando. El Negro, en el sillón, duerme a pierna suelta. ¿En qué sueña? Ronca. Y la Jilemona va y viene. El Popeye suspira y se acurruca en uno de los brazos del sillón. Y la Loquita y la Peineta corren desaforadas como chivas locas… hace mucho frío… Mamá Cachimba bosteza aburrida… Y Él, sentado frente al televisor, dormita con la cabeza clavada en el pecho, pero con la paleta Tolteca en la mano… afuera, en la Plaza Principal truenan como siempre los cohetes…

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