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martes, 19 marzo, 2024
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BEF. ‘Hemos cometido el error de poner a la cultura en un pedestal’

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Por: JÁNEA ESTRADA LAZARÍN •

La Gualdra 331 / Entrevista / Literatura

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Mi encuentro con BEF, Bernardo Fernández, fue fortuito, aunque muy deseado. Lo encontré caminando en la Plazuela Miguel Auza del centro histórico de Zacatecas justo el día en que participaría en un conversatorio con Joselo y Daniel Herrera en el Museo Zacatecano, a propósito del IV Encuentro de Narrativa “Acordes de la narrativa y música”. Le pregunté que cuándo podríamos conversar y él, de inmediato me dijo: “Ahora”, así que lo acompañé y caminamos por la Avenida Hidalgo, junto con Juan Gerardo Aguilar, quien no paraba de hablar por teléfono arreglando detalles de la organización de los eventos de ese día; decía algo de tatuajes, algo relacionado a Jonathan Shaw, de ahí que Bernardo me contara mientras caminábamos, que le gustaban los tatuajes, pero que en una visita reciente a Japón vio cómo a las personas que los tenían no les era permitido entrar en los baños, por esa relación entre los tatuajes y la mafia Yakuza japonesa.

BEF, además de un lector compulsivo y un dibujante apasionado, es un viajero irredento, tal vez por eso continuamos hablando de viajes, de Zacatecas, de que había ya estado aquí en algunas ocasiones, pero una de las que más recordaba era cuando había venido al Museo Grabado a participar en un proyecto de Gráfica con Plinio Ávila y Eric Nava.

Esa tarde hablaría de cómo narrar la música, algo que se ha ido perdiendo en el periodismo cultural porque, desde mi punto de vista, hay más comentarios descriptivos, tendientes más a la reseña que a la narración relacionada con conciertos y nuevas producciones musicales; la narración como una técnica de escritura para describir el hecho cultural también es posible.

 

Jánea Estrada Lazarín: Hablemos pues de narración, literatura y música…

Bernardo Fernández / BEF: Es un tema que me inquieta mucho; hablamos de eso Joselo, Daniel y yo. A los dos los conozco hace años; a Joselo desde hace por lo menos 20, hacíamos un fanzine juntos; él es un músico que también escribe y yo soy un apasionado de la música, ésta siempre ha sido un componente importante en las cosas que yo he escrito o dibujado. Hemos conversado sobre música, rock, novelas, hay varias que son muy interesantes… pienso ahora en esta relación que tenía Cortázar con el jazz; también a vuelo de pájaro me acuerdo en este momento de la obsesión de Alex, el personaje de Naranja Mecánica en la novela. Yo creo que es casi indisoluble la relación entre música y literatura… los beats con el jazz, esto que tenían Ginsberg y Kerouac en concreto, de querer capturar como el síncopa del jazz…

 

JEL: La música es maravillosa…

BEF: La música es maravillosa porque no sirve para nada. No tienen ninguna utilidad real, y sin embargo nos contiene ahí, todo lo que somos está ahí, en la música. Yo lamento mucho no haber tenido ninguna vocación musical.

 

JEL: Pero sí tienes esta vocación por la literatura y las artes visuales; es muy interesante además ver cómo se pueden complementar la música, la gráfica y la literatura.

BEF: Sí, pero además yo siempre he tenido esta fascinación por el punk como estética de mi trabajo. Supongo que es algo generacional, quizá su hubiera sido un poco más grande hubiera sido hippie; si hubiera sido un poco más joven hubiera sido darketo; pero, me tocó la explosión no propiamente punk, sino el grunge, que venía directito del punk rock y siempre tuve esa fascinación por su estética, por la música, lo visual, por los fanzines

 

JEL: Y por la literatura…

BEF: Sí, una vez leí que sólo había tres escritores punk, que eran William Burroughs, Jean Genet y J. G. Ballard; estoy de acuerdo, curiosamente todos eran hombres mayores, maduros, cuando surge el punk en la década de los 70’s; digamos que con actitud punk sólo son ellos tres.

 

JEL: Y en esta generación, ¿sería más complicado que hubiera escritores vinculados, por ejemplo, al reggaetón?

BEF: Yo creo que siempre está ahí la música, en todas las generaciones. Es una buena pregunta, si existe un vínculo ahora o si lo habrá dentro de poco tiempo, de gente que escriba con el reggaetón, que sin duda es el sonido popular de este final de década… no lo sé.

 

JEL: Porque hay quien ha escrito también, además del punk, el rock y el jazz, sobre música norteña, como Elmer Mendoza…

BEF: O como Luis Humberto Crosthwaite, en Idos de la mente

 

JEL: Hablemos de tus proyectos realizados, los que combinan la música con las artes visuales y la narrativa.

BEF: Mi última novela gráfica, El instante amarillo… la historia ocurre en 1990 y es sobre una niña de 13 años que está reprobando matemáticas, sus papás se están divorciando y la bulean sus compañeras y la maestra. La mandan a tomar clases particulares de matemáticas y va con ella un muchachito tantito más grande que ella, quien estudia física en la UNAM y que tiene una banda de punk-rock. A ella le cambia la vida que él le recomiende leer Frankenstein -porque ella se llama María- y además le pasa un cassette con los Cramps y Siouxsie & The banshees. Juega un papel muy importante el punk-rock -por mi generación, como ya lo había dicho-, pero lo que se ve en la historia es cómo la música te abre puertas a otras cosas, a otros mundos; en esta novela gráfica, se ve cómo los protagonistas van al tianguis del Chopo y ves a los chicos ensayar; la música sí es un componente muy importante en esta novela publicada por Océano.

JEL: A propósito de las generaciones, yo creo que sí se puede hablar de cómo conciben la literatura los chavos actualmente; porque veo que hay quienes leen mucho y hay también otros grupos de jóvenes a los que simplemente leer no les interesa… o eso parece. ¿Qué podríamos hacer para promover más la lectura?

BEF: Compartir el gozo por la lectura; es que creo que los tenemos asoleados con eso de que “hay que leer, hay que leer”, mientras que lo que deberíamos de hacer es compartir lo gozoso que es y no estar a chingue y chingue con que “tienen” que leer. A propósito de música, yo me acuerdo mucho del documental sobre Columbine, el que hizo Michael Moore… entre todas las personas que él entrevista, el más lúcido de ellos fue Marilyn Manson, porque Moore le pregunta qué les diría a los sobrevivientes de la masacre y Marilyn les dice: “Yo no les diría nada”; y eso pasa también con los jóvenes y la lectura: nos falta escucharlos más que decirles algo.

 

JEL: Claro, porque les estamos imponiendo “lee 5 minutos al día”, luego les decimos “porque leer te da hasta temas de conversación”…

BEF: Claro, eso es una tontería. Son estrategias torpísimas, es como si dijeras: “Hay que besarse 5 minutos al día”, en todo caso hay que compartir lo gozoso que puede ser la lectura, así como los besos…

 

JEL: Compártenos pues tu gozo por la lectura…

BEF: Leer es gozoso para mí porque me conecto con otras vidas, con otros mundos; a través de la lectura puedo vivir vidas que de otra manera jamás podría imaginar. Leyendo, he atravesado el Polo Norte, he viajado al fondo del mar, he estado en la Corte de Luis XV, en la caída de Tenochtitlan y en el planeta Marte. Son lugares y épocas que jamás hubiera podido visitar si no hubiera sido lector. A través de la lectura puedes escuchar la voz de los muertos, cobra vida la gente que murió hace cientos de años; la literatura, en este sentido, es un desafío a la muerte…

 

JEL: Entonces, lo que nos falta es escuchar; si escucháramos más detenidamente a los jóvenes sabríamos cómo conectar con ellos más efectivamente…

BEF: Pues por lo menos podremos saber de esa manera qué es lo que les interesa, de lo contrario sólo hacemos intentos por imponer lo que nos gusta. Yo tengo dos hijas, María tiene 9 años y le gustan mucho los libros infantiles y los cómics… es que en casa tiene libros; en casa mi esposa es súper lectora, entonces mi otra hija, que tiene año y medio, también está en contacto con los libros. Lo acabo de platicar en la universidad, en una reunión de profesores, les decía que no podemos esperar que los alumnos lean si sus profes no leen; lo mismo pasa con los padres que se acercan a preguntarme cómo le hacen para que sus hijos lean, y yo les digo: pues lea usted.

 

JEL: Pero tener libros en casa es un privilegio, en México no en todos los hogares hay…

BEF: Claro, es un privilegio tener libros en casa; pero también hay bibliotecas públicas. Hay quienes dicen que el internet puede distraer a los chavos, pero al mismo tiempo es una realidad que nunca se había leído más que ahora; la interfaz del celular sigue siendo fundamentelmente lectura… el maldito Facebook es estar leyendo. Lo que creo que hay que promover es la idea de que hay momentos para todo, un momento para el video juego, otro para el teléfono, y otro para el libro; otro momento para el cine, para el teatro, para el museo, para la escuela y para el campo de fut bol. Es a lo que yo aspiraría, y es muy difícil…

 

JEL: Ahora bien, en dónde radica la importancia de un encuentro de narrativa como el organizado en Zacatecas, en qué beneficiamos a los lectores; lo digo porque es ésta la edición número cuatro y sería bueno que continuara mucho tiempo… en este país desaparecen proyectos culturales interesantísimos y nadie dice nada…

BEF: Sí, como para que llegue a la edición número 40, ¿no? Como Minería, o como la FIL que cumplió 30. Pues los encuentros descentralizan la cultura, democratizan, vienen autores de presencia nacional; los encuentros que a mí me gustan más son en los que, por ejemplo, Juan Villoro se sienta a la mesa -como sucede en la feria del libro de Oaxaca- con un joven poeta que acaba de ganar un premio nacional. Hemos cometido el error de poner a la cultura en un pedestal, por eso este tipo de encuentros dinamitan ese pedestal y permiten que se borre esta frontera entre la mal llamada alta y baja cultura, que nos adueñemos de la literatura porque nos pertenece a todos; todo aquél que sepa leer se puede apropiar de las historias; ahora que irónicamente podemos decir que nunca había sido tan fácil adueñarte de los libros, a través de los sitios que te consiguen el ejemplar que quieras, hasta las ediciones digitales, nunca había sido tan fácil. Estos encuentros además propician el diálogo interregional, permiten que la gente pueda ver a los ojos al escritor, quitarle esta aura como mística y descubrir que es una persona tan apasionada que además de leer le gusta escribir y que puede motivar a otros a que hagan lo mismo. Promover la lectura es tan importante como promover la salud pública o el deporte, porque además también da alternativas. Yo me acuerdo que Benito Taibo decía que “un niño que lee a Emilio Salgari no se vuelve sicario”, creo que es muy optimista, pero me gusatría suscribir esa frase; no como un acto mágico, pero si das una alternativa a todas las cosas horribles que están sucediendo en el país: la violencia al alza, el cierre de oportunidades, a todo esto que ocurre… se avecinan unas elecciones complejísimas, en un escenario económico y político tan complicado en el que nunca había sido tan difícil ser joven, en medio de todo eso, promover la lectura, quiero pensar a mis casi 46 años, que puede dar un soplo de esperanza.

 

JEL: Eso puede ser aplicado no nada más a la literatura, diría yo, al arte en general…

BEF: Sí, el punto no es que escuchen nada más a Tchaikovsky o lean a Cervantes; sino que los jóvenes sepan que tiene la alternativa de leer el TVyNovelas o tomar una novela de José Agustín; y entre escuchar al Komander o a Dave Brubeck. Yo además celebro que el tema del encuentro este año haya sido la música, porque recientemente y después de sufrir mucho, he llegado a la conclusión de que toda la música es hermosa, toda; sólo que lo que es hermoso para mí no necesariamente es hermoso para los demás. Toda la música tiene un componente de belleza y la belleza está en todos lados. Yo tuve la suerte además de haber crecido en una familia extremadamente musical, melómana; en casa escuchábamos desde Pérez Prado hasta Shostakóvich, a los Beatles no porque eran imperialistas… pero fuera de eso todo, música latinoamericana, la música de Agustín Lara…

 

JEL: ¿Y bailas?

BEF: [Ríe] No, yo no, los tipos duros no bailamos… A ver, ¿cuándo has visto a Darth Vader echar un cumbión? O al Santo raspando la suela… nunca.

 

 

Así concluimos la charla, luego, por la tarde, participó en el encuentro de narrativa, pero ésa es otra historia que seguramente contará en otra ocasión. Gracias, BEF.

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra-331

 

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