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jueves, 25 abril, 2024
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Las emociones y el Medio Ambiente

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Por: JULIO CÉSAR NAVA DE LA RIVA •

Durante 20 años he trabajado en el sector ambiental, comenzando en el gobierno del estado en la entonces Dirección de Ecología de la Secretaría de Obras Públicas. Muchas experiencias puedo comentar, así como las aportaciones que he podido hacer en los diferentes momentos y puestos en los que trabaje. Participe en la conformación de la Dirección de Ecología; en la creación del Instituto de Ecología y Medio Ambiente así como de la Secretaría del Agua y Medio Ambiente; en la elaboración e impulso de leyes, reglamentos, programas y políticas públicas, partiendo de que no se tenía ni la base mínima, lo cual representó siempre un significativo esfuerzo; promoví con pasión la capacitación en materia ambiental para crear recursos humanos con mayores capacidades; luche con intensidad y logre con satisfacción proyectos que tuvieron un nivel de dificultad elevado; entre muchas otras cosas. La experiencia es mucha si volteo hacía atrás, sin embargo, las vivencias son significativamente mayores, no por el transitar de los propios años, sino por todo lo que emocionalmente ha implicado estar dentro de este sector.

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A lo largo de estas dos décadas, he podido constatar que muchas de las cosas, programas, acciones y grandes proyectos se ven influenciados mayormente por cuestiones emocionales que por cuestiones técnicas. Recurrentemente tengo que explicar, especialmente en las universidades, porque situaciones que para muchos resulta obvia su solución, no se logran por cuestiones ajenas a los aspectos técnicos. Esto anteriormente mencionado, me ha generado la motivación para comentar sobre como las emociones influyen en contra del cuidado, conservación y protección del medio ambiente y que no solo se trata de falta de cultura ambiental.

Hablemos desde lo sencillo como: desperdiciar el agua cuando es tiempo de la ducha y toda el agua fría la dejamos ir sin utilizarla hasta que sale el agua caliente, millones de litros de agua limpia se mezclan en el drenaje con agua sucia, por el miedo al baño frío y por flojera de colocar tinas de agua para almacenarla; al transitar por la calle, ciudades o carreteras con la basura que generamos, somos poco tolerantes y pacientes para sostener las envolturas y botellas vacías por algunos metros y depositarlas en un bote de basura; no barremos y cuidamos el frente de nuestra casa, mucho menos le damos mantenimiento a las áreas verdes que podamos tener cercanas; nos gana la indiferencia y la flojera cuando tenemos que plantar árboles; cuando hemos decidido plantar algunos, casi nadie hace el esfuerzo físico para poder llevarle tinas de agua, hasta que pueda mantenerse vivo por sí mismo; indiferencia y apatía para denunciar ilícitos contra el medio ambiente, cuando no les causa un aparente daño directo; miedo de enfrentar algunas situaciones incomodas, por lo que deciden esperar a ver quien si tiene el valor de denunciar correctamente; compramos compulsivamente productos y artículos que podríamos fácilmente prescindir de ellos, a empresas que generan directa e indirectamente una gran presión sobre los recursos naturales; entre otras situaciones más.

Hablando desde lo complicado es necesario comentar: se ha dejado de hacer tanto por décadas que ahora cualquier solución de fondo requiere mucho tiempo de planeación y ejecución, desafortunadamente la ciudadanía ya no tiene la paciencia para esperar y desean soluciones rápidas, asimismo en su desesperanza critican y atacan hasta quienes quieren lograr cambios para bien de manera sincera; los incendios mas desastrosos que han ocurrido en nuestro país, han sido provocados de manera irresponsable por humanos causando graves daños; los recursos naturales son vistos con poco valor y por lo mismo son negociados todo el tiempo, a veces la necesidad y en otras la avaricia son causantes de que se pierda flora o fauna; casi todos prefieren recurso económico de manera inmediata, a esperar años a tener beneficios ambientales; lamentablemente muchas personas dedicadas a temas ambientales, lo hacen no por pasión, sino porque saben que es una eficiente forma de obtención de recursos en un tema que genera devoción y benevolencia entre la población; en los puestos importantes de todos los gobiernos, se considera como idealismo, impráctico e impopular el defender proyectos ambientales de trascendencia, y existen muy pocas personas con pasión real sobre el tema que han alcanzado llegar a posiciones de alto nivel, terminando en franca desventaja ante los intereses de poder y económicos.

Las decisiones de Presidentes y Gobernadores del país, pueden lograr transformaciones de manera más profunda a favor del tema ambiental, así como en la de legisladores estatales pero sobre todo federales, por ello es necesario más y más, el involucramiento de la comunidad ambientalista y ecologista (real), en temas políticos, de fomento a la participación ciudadana y formación de nuevos liderazgos. Desde hace 20 años sabía que sería difícil, ahora sé que lo seguirá siendo, pero la motivación sigue creciendo, sigamos adelante.

(jylnava @hotmail.com) n

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