En los accesos a muchas de las grandes y medianas ciudades de nuestro país con frecuencia nos encontramos con una postal distintiva; la de fraccionamientos o desarrollos habitacionales en serio deterioro o prácticamente abandonados.
Las autoridades municipales generalmente conocen las razones de su existencia, mismas que van desde su aparición repentina producto de invasiones, hasta construcciones que, al amparo del mismo municipio, son hechas por desarrolladoras que omiten fases de planeación ya sea por desconocimiento o debido a la corrupción. El resultado es la falta de acceso a servicios básicos y de transporte en estos lugares, así como la necesidad de recorrer largas distancias hasta las manchas urbanas; todo inscrito en una falta de congruencia con las iniciativas de desarrollo ordenado de las ciudades.
Sin embargo, más allá de estos puntos lo que subyace es la falta de coordinación por parte de los tres niveles de gobierno, que se manifiesta a través de una incapacidad institucional y normativa para promover el ordenamiento territorial y el desarrollo urbano. Para decirlo más claro y de manera coloquial, le hacen falta “dientes” a las leyes para logar poner orden a las invasiones y a los fraccionadores que, de manera unilateral, construyen y exigen la regularización de los predios y de los servicios a base de presiones y chantajes.
Es en este contexto que la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), bajo el liderazgo de la secretaria Rosario Robles, ha impulsado en el Congreso la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Terrtiorial y Desarrollo Urbano, cuyo decreto fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el 28 de noviembre del año pasado.
Bajo esta nueva ley, se mejora el diseño institucional a través de la conformación de un Consejo Nacional de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano; de Consejos Locales y Municipales; y de Comisiones Metropolitanas y de Conurbaciones. Asimismo, se establecerá un Sistema de Información Territorial y Urbano y se fortalecerán los observatorios y los instrumentos de participación y transparencia.
Estos consejos, como instancias de consulta, asesoría, seguimiento y evaluación, tendrán como atribuciones la adecuación de las leyes y reglamentos locales de planeación territorial; la formulación de propuestas sobre el proyecto de estrategia nacional sobre el tema; la redefinición de funciones y de la coordinación intersectorial; la emisión de criterios y lineamientos para la delimitación de zonas metropolitanas y conurbaciones; la creación de institutos de planeación, observatorios ciudadanos y de otras estructuras institucionales y ciudadanas; revisar los presupuestos para acciones urbanísticas de las dependencias de la Administración Pública Federal y de los organismos nacionales, estatales, municipales y de las Demarcaciones Territoriales; proponer cambios estructurales; seleccionar factores prioritarios y desarrollar procedimientos para medir y asegurar el cumplimiento de los objetivos.
Finalmente, el persistente crecimiento desordenado y desigual de nuestras ciudades del que se hablaba al inicio, representa una cuestión que ameritaba ser atendida con mayor énfasis y con mejores instrumentos. De allí la importancia de que los Consejos de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, que permitirán colocar el territorio como eje rector, la planeación como instrumento básico y diseñar políticas públicas que generen un mayor nivel de prosperidad en las zonas urbanas del país. Esta nueva visión, impulsada desde la Sedatu, permitirá alcanzar un esquema de coordinación que articule los esfuerzos que, hasta ahora, se realizaban esencialmente de forma dispersa. Esta colaboración entre los niveles de gobierno permitirá mejorar las políticas y las condiciones de nuestras ciudades en términos de ordenamiento, servicios básicos, medios de transporte, vivienda, medio ambiente, limpia, seguridad, recolección de desechos, etc. Así, será la perspectiva sobre las ciudades que queremos en el futuro lo que determine los pasos a seguir para lograr entornos sostenibles, incluyentes, compactos y resilientes.
En las próximas semanas estarvemos implementado el Consejo de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano en Zacatecas y sus municipios, lo que resulta importantísimo en el contexto de la dinámica de crecimiento de los municipios como Guadalupe, Fresnillo y Calera, así que nos saludaremos pronto. ■
