15.3 C
Zacatecas
jueves, 28 marzo, 2024
spot_img

Subjetivaciones rockeras / De los sonidos extremos del rock I

Más Leídas

- Publicidad -

Por: FEDERICO PRIAPO CHEW ARAIZA •

Si hiciéramos una retrospectiva y nos remontáramos a la primera expresión de lo que hoy es el rock, cuando era rocanrol, nos daremos cuenta que de aquel estilo poco queda y que su evolución lo ha llevado a diversificarse de manera tal que los que vivieron aquellos años con intensidad, difícilmente lo reconocerían. Pocos se imaginaron que aquel ritmo alocado que para muchos tan sólo representaba una moda más, a la vez que perduró, se expandió por los lugares menos imaginados, se diversificó y logró incrustarse a las expresiones propias de cada cultura a la que llegó; por ello, no es raro escuchar rock fusionado con salsa, folk, sinfónico, en fin, prácticamente cualquier estilo es susceptible de mezclarse con el género que nos ocupa.

- Publicidad -

En la actualidad, podemos encontrar rock para todos los gustos, tendencias, posturas o ideologías, y su diversificación mantiene un gran dinamismo. Hoy resulta bastante difícil, al menos para su servidor, identificar cada uno de sus estilos y expresiones, y a veces son tan sutiles e imperceptibles las diferencias que hay entre unas y otras, que parecería absurdo hacer la distinción, pero cuando nos ponemos a conocer un poco más el detalle, nos damos cuenta de que en realidad existen entre una y otra verdaderos contrastes de pensamiento. Insisto, ahora podemos escuchar tantos estilos, como para disfrutar uno diferente, dependiendo de nuestro estado de ánimo, y en casi todos, hay agrupaciones de una excelente calidad.

Sin embargo, creo que de todos los subgéneros y estilos del rock, ninguno se ha diversificado tanto y de manera tan interesante como el metal. Todos a quienes nos gusta el rock clásico sabemos que la expresión heavy metal surgió con una de las bandas británicas más prestigiosas de todos los tiempos, me refiero a Black Sabbath, y nació a partir de la analogía que alguien hizo sobre los estruendosos riffs de sus guitarras y el ruido que producía una plancha de acero cayendo sobre otras en las plantas siderúrgicas, es decir un metal pesado impactando a otro. Nadie nunca se imaginó que aquel sonido distorsionado, experimental, cargado con una fuerte dosis de la más ácida sicodelia, marcaría un verdadero paradigma en el rock, mismo que ha querido ser visto como un cisma.

A partir de Black Sabbath, muchas bandas comenzaron a utilizar las distorsiones, produciendo un sonido áspero, poco accesible pero poseedor, en sus mejores exponentes, de un virtuosismo y una finura en sus ejecuciones, que no demeritaban frente a ninguna otra forma de hacer rock, y que incluso poseía una calidad que de valerse la comparación, habría estado (o estaría) a la altura de otros géneros considerados cultos. No obstante, desde sus orígenes, el heavy metal marcó una postura radical, dirigiéndose a un sector diferente, no me atrevería a decir que marginal, porque no todos los que lo escuchan son así, pero sí con gustos más bien intensos, extremos.

Aquella primera pléyade de grupos, además de consagrarse para la posteridad, dio paso a otras interesantes bandas que poco a poco se volvían más complejas y elaboradas, las agrupaciones no sólo se multiplicaban, sino que, a la vez que ciertos sectores las estigmatizaban, se volvían más populares ganando cada vez más afectos. No cabe duda de que fue la segunda generación de heavy metaleros la que se encargó de afianzar esta expresión musical, llevándola a posicionarse en el gusto de jóvenes de casi todos los continentes. De allí que por aquellos años (hablo de finales de los 70 y principios de los 80 del siglo pasado), dejara de ser sorprendente encontrarnos agrupaciones procedentes de países como Japón y, no se diga, de Latinoamérica. Sin embargo, el estilo musical todavía tenía mucho que ofrecer.

La que en lo personal sitúo como la tercera generación del heavy metal ya traía un modelo muy bien definido a seguir. Se trata de grupos con un estilo fácilmente ubicable, muchos de ellos de gran calidad, pero muchos otros estereotipados, con un estilo bastante descafeinado y con temas por demás frívolos; se trataba, en este último caso, de agrupaciones que se enfocaban más en lo visual y la parafernalia, que en la propuesta musical; el heavy metal parecía encaminarse a un lamentable desenlace, sus bandas ya no tenían mucho que ofrecer o, en otros casos, prácticamente nada, todo parecía indicar que el final de aquel movimiento mundial se acercaba vertiginosamente. La cuarta generación, aunque conformada por bandas con una destacable calidad, ya no pudo hacer gran cosa. Ahora dentro de los sonidos extremos había otros interesantes fenómenos que ocupaban los reflectores y la atención del cada vez más numeroso y ávido público, contra los que ya nada pudieron hacer los heavy metaleros que, si bien, no pasaron desapercibidos, definitivamente no probaron las mieles de gloria de las que gozaron sus antecesores. Otra ruptura se daba en el mundo de los sonidos extremos del rock, pero de ella, si se me permite, hablaré en mi próxima subjetivación.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -