• El Mirador de Heródoto

A dos años de su partida, ¿cómo recordar a Carlos Ulises Girón Sifuentes? ¿Como compañero entrañable en nuestro quehacer universitario de la UAZ; como el profesional polémico de los medios de comunicación zacatecanos; como amante del rock;  como un apasionado de la lectura y la literatura contemporánea; o como quien dedicó la mayor parte de su vida a fortalecer la identidad en los universitarios y en la sociedad zacatecana?

Creí conveniente traerlo a la memoria (Memoria Histórica, por cierto), a través del pensamiento de sus amigos, compañeros, críticos y algunos detractores, en ellos está su legado:

Rogelio Cárdenas Hernández: con Carlos Ulises en los años 70, compartíamos horarios y vicios, de café y cigarro. Antes del 77, las divisiones de los universitarios fueron muy claras y definidas: derecha e izquierda, en ese momento todos los maestros democráticos estábamos unidos, en la prepa todos éramos de una postura política. Después del problema, como que cada quien agarró su rumbo.

Carlos Ulises, Toño Acevedo, René Lara, Crecenciano Sánchez El Chano, Fabio Montoya y un servidor, iniciamos una etapa de infortunios. Después de haber formado parte de la mayoría, ahora constituíamos la inmensa minoría, nadie nos hablaba, eso unió nuestras características individuales y buscamos superarnos a través de las lecturas literarias y políticas, encontramos en ello otras formas de pensar y de hacer las cosas. Considero que Carlos Ulises afinó el carácter crítico en ese trayecto, por ello lo consideré como parte del equipo en mi administración.

La característica fundamental de Carlos era que promoviendo acciones que solucionaban problemas en la institución, jamás quiso aparecer en primer plano, ésa es una virtud muy difícil de superar, quizás ahí está el legado de Carlos Ulises, un hombre de trabajo, al que no le gustaba el protagonismo.

Manuel Ibarra Santos: con el maestro Carlos Ulises Girón Sifuentes me unió, además de la amistad, el trabajo profesional en el ámbito de la comunicación social y de la academia. Lo conocí como un hombre comprometido no sólo con el concepto de la academia de calidad sino con una visión muy crítica en el ámbito de la comunicación social. El maestro Girón Sifuentes aportó a la comunicación colectiva en Zacatecas el criterio de “Racionalidad Crítica”. Un hombre reflexivo, estudioso de los hechos y fenómenos de la comunicación social; de los fenómenos sociológicos, políticos y económicos; un hombre dispuesto a compartir, abierto a la discusión, con el que se aprendía en la convivencia. Un personaje que trascendió fronteras y a quien debemos tener siempre en la memoria por lo que aportó en las vertientes de la academia y en la comunicación social al desarrollo de Zacatecas.

Aquiles González Navarro: hombre de izquierda formado por Ricardo Reyes Mata El Rusti, un buen compañero universitario, crítico, apasionado en su sentir. La etapa en la que no coincidimos fue la que me postulé como candidato a rector, en ese entonces él formaba parte del grupo de René Lara y Miguel Ángel de Alba, el rompimiento fue fuerte a partir del concepto ideológico de la ubicación laboral de ellos y nosotros (Gobierno del Estado y Universidad). Al margen de eso, puedo decir que Carlos fue un crítico de izquierda, con una inteligencia superdotada, un intelectual  pensador de alto nivel al que no se le reconoció en su tiempo como tal.

Jorge Luis Chavira Sánchez: lo conocí en la época de estudiante, cuando fuimos compañeros en la preparatoria; protagonista en la problemática universitaria de los 70, ahí compartimos algunas actividades. Aunque no coincidimos en muchas ideas, considero que es bueno resaltar que sus acciones realizadas con firmeza y determinación, las hacía porque estaba convencido de ellas, por sus principios. Los hombres como Carlos, a pesar de sus detractores, fallas o virtudes, merecen ser recordados no por lo bueno o malo que hayan hecho, sino por el ejemplo que dejaron a su paso, por su valor como universitarios.

Armando Silva Cháirez: Carlos Ulises Girón Sifuentes “fue un hombre de verdad, un gran amigo de todos nosotros, de una gran capacidad de intermediación, un intelectual, pero sobre todo un universitario auténtico, que promovió con su espíritu incansable de aspiraciones y la constante búsqueda de la superación, el ejemplo del quehacer universitario”.

Alfredo Femat Bañuelos: Carlos Ulises fue experto y aficionado a diversas manifestaciones de la cultura que hacían de él una persona sensible: en el campo de la música, el rock le fascinó; su pasión por la literatura era contagiosa, amante de la obra de grandes escritores como Xavier Villaurrutia, Juan Rulfo, Jaime Sabines, José Gorostiza, Sergio Pitol, Salvador Elizondo, José Emilio Pacheco, Juan García Ponce, Elena Poniatowska, Enrique Serna y Juan Villoro, entre otros.

Carlos Ulises cumplió con su cometido, ante la Universidad, la sociedad…vivirá en el recuerdo, en la dimensión que le dio a su vida y en el ejemplo que dejó para nosotros.

Presentaré otras opiniones en próximas fechas.

Carlos Ulises, tu espíritu universitario, como el 2 de octubre, ¡no se olvida!

Así se observa el mundo desde el Mirador de Heródoto. ■

*Cronista de la UAZ

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La momiza es un término que nunca había escuchado, y es la palabra que se quedó grabada en mi mente de la charla que tuve con un taxista, de nombre Efraín,  hace unos días,  en la Ciudad de México; una persona de poco más de 60 años – calculo yo.

Don Efraín me platicó que era el sobrenombre que tenían las personas adultas, “las personas así como yo, dijo, en ese entonces los jóvenes éramos la chaviza y los viejitos como yo eran la momiza”.

Pero el término pasó a segundo plano en el devenir de la plática; la charla nos llevó a analizar la forma en cómo se conducían los jóvenes en aquella época.

Y continuó: “mi papá era una persona de rancho, a todo le ponía queso y crema; asimismo, era una persona dura que decía,  que la casa se cierra a las 10 de la noche, esté quien esté, porque  no es hotel”.

Me platicaba que él no podía salir en la noche a divertirse y tomar;  no era como ahora, el día de hoy los chavos confunden la libertad con el libertinaje.

La charla me llevó a reflexionar varios puntos que hemos perdido como sociedad:

El principal de ellos es el respeto. Los jóvenes de ahora son los que mandan en casa, los papás van en segundo plano si de imponer reglas se trata.

La chaviza en general está más interesada en cómo divertirse que en como ocuparse.

La moda es traer pantalones rotos, dejar de bañarse y vestir desalineadamente. La presentación no importa, incluso las señoritas usan tenis todos los días de la semana.

En el caso de las señoritas, decía Don Efraín, antes veía uno a las mujeres de vestido, usaban medias y siempre buscaban verse bien; hoy en día utilizan pantalones sucios, tenis sucios y hablan con más majaderías que los hombres.

En este punto coincido plenamente, las señoritas han dejado de lado la feminidad, con cabello corto, un porte desaliñado y unos tenis sucios, -porque deben sentirse cómodas-, van ahora por la vida. Han dejado atrás el ritual del maquillaje, del peinado de salón y del porte de una dama que merece respeto y toda la admiración.

Hoy en día la gente lleva audífonos todo el tiempo, va escribiendo por celular o hablando por el mismo y ha dejado de lado el más sencillo de los modales, el saludar al llegar a algún lugar.

No interactuamos con los demás, hemos dejado la caballerosidad al recibir a una dama, entre más groserías y simpleza en el lenguaje es mejor.

Como dice la canción se ha dejado de amar a la antigua. Las cartas se quedaron atrás, la escritura en papel está prácticamente extinta y lo “horrores” de ortografía están prácticamente por donde quiera.

Este simple hecho es cultura. El mexicano no tiene tiempo para leer, en la política y en el gobierno no les interesa,  porque los políticos sólo se dedican a robar, es más interesante hablar del futbol que del nuevo artículo de la revista Science.

Se ha dejado de ayudar al prójimo porque ahora no sabes quien te toque y más vale prevenir que lamentar.

Es mejor platicar en el Facebook que ir a tomar un café y charlar de frente. Las llamadas telefónicas son el último recurso para entrar en contacto con alguna persona.

Es un problema generalizado donde el estrés, la carga laboral y el tráfico desquician a una sociedad y a la persona.

El claxon es la mejor forma de decirle al de adelante que se mueva, y es el llamado de los padres para indicar a los hijos que ya llegaron a recogerlos.

La chica del aseo se convierte en tutora y madre sustituta de los niños.

La televisión y las tabletas electrónicas en el mejor entretenimiento de nuestros niños.

Los videojuegos son el perfecto regalo para recompensar los logros de los pequeños de la casa.

En sí,  la sociedad debe retomar los valores, reconstituir la espiritualidad y fomentar la convivencia del ser humano con los demás habitantes del planeta.

De repente es importante dar un espacio y detener el andar de nuestra vida, analizar, sentir y disfrutar son placeres que debemos recordar. ■

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