Recuerdos Empresarios (LVI)
Tras la tempestad…
Sí, después de los amargos tragos –dos– que tuve que vivir (la amenaza de los representantes del Banco de México...
Dos noches
Querido Otoniel:
José Margarito pasó a visitarme. Se lo agradezco mucho porque supongo la cantidad de arreglos que habrá tenido que hacer en cuatro...