Marco Vargas Duarte, comisionado en Jerez para la atención a personas desplazadas, aseguró que aún hay presencia de algunas células delictivas en la región de las 14 comunidades que se han visto afectadas por este fenómeno social de desplazamiento forzado.
«Nuestro deber es garantizar la seguridad, ese es un tema preponderante. Sabemos que todavía hay presencia de algunas células del crimen organizado. Grupos de entre 5 o 6 personas que bajan por ahí y andan merodeando, es por eso que no podemos descuidar en ningún momento esta zona».
Hasta ahora sólo son 40 familias las que han vuelto a sus hogares, y a decir del entrevistado, no representan ni 10 por ciento del total de las familias afectadas por este fenómeno social, «la comunidad más poblada sigue siendo Palmas Altas, cuyos habitantes ya están de manera total ahí, ya trabajan, ya viven ahí de nuevo, y una que otra en Sarabia, aunque la gente de ahí va y viene todavía; en cuatro comunidades más han ido regresando poco a poco».
“Grupos de entre
5 o 6 personas andan
merodeando, por eso
no podemos descuidar
esta zona”
Señaló que, por parte de los tres órdenes de gobierno, se tiene el proyecto de la reparación de pozos y 247 viviendas que colapsaron, además de que se está trabajando en los servicios del agua y luz para que los espacios sean funcionales y las familias que faltan en volver lo hagan de manera segura, sin embargo, aún no se tiene fecha de cuando se pueda efectuar.
Actualmente se mantienen las diferentes fuerzas del orden en la región de la serranía, como el Ejército Nacional Mexicano, la Guardia Nacional y la Policía Estatal, además de que están instaladas tres bases de operaciones fijas y dos móviles en Palmas Altas, Sarabia, Villanueva, Guadalupe Victoria y en la Ermita de Los Correa.
