¿Qué ha hecho el PT en el estado de Zacatecas? Nada distinto a lo que hacen en estas elecciones otros partidos políticos, según consideren su consistencia y momento concreto. Unos, ante la inminencia, se suman a Morena en un acto pragmático, cuya racionalidad prospectiva esperan les facilite incrementar su número de votos, ¿calculado como exiguo para sostenerse por sí mismos como capaces de obtener los suficientes para conservar por sí solos, su registro? Cada partido político, ¿cuántos votos atraerá por sí mismo y cuántos mediante esa acción? ¿Cuántos requiere Morena, para conservar su registro, cuántos puede ofrecer en solidaridad a otros? Para el PT, ¿será correcto el planteamiento de sobrevivir como oposición, junto a Morena, a intentar hacerlo solo? ¿Qué costo pagará el PT, si Morena juega con todo para ganar, de ser posible, también todo y desde hoy contempla un particular reparto del poder, en su prospectiva para prevalecer sobre los demás partidos, por un tiempo mayor a un sexenio? Supuestos aparte, con o sin alternancia, al sumar fuerzas los partidos políticos se incrementa la presión para conseguirla. Más aún, ¿será posible primero al nivel local y luego al nacional, en cuántos estados?
En México y en Zacatecas existen varios partidos y actores políticos, lo señalado depende de la fuerza que logre sumar cada uno para conservar el poder, afianzarse y aliarse, de novedosa manera. Eso supone al PRI lejos de la forma tradicional que le impidió ver con antelación su derrota por el “monrealismo”: en aquel tiempo, despreció los reclamos del entonces priísta Ricardo Monreal, sin estudiar, conocer, ni intervenir con efectividad desde su interior para evitar se fuera. Tampoco actuó sobre la oposición política, la que con todo y su bajo perfil, era un factor real de poder y estaba dispuesta a pasar por encima de la ideología partidaria y un obsoleto escalafón político, deshecho al final por el monrealazo: irrupción de tan inesperada fuerza política, cuya plausibilidad y existencia, el PRI y el gobierno, se negaron a reconocer, sin elaborar un diagnóstico de su ser y posibilidad prospectiva. En condiciones, de ignorar o no querer estudiar, ni conocer a su militancia ni a su propia disidencia, se dio aquella elección, lejos de la obediencia política y sumada a una numerosa oposición racional, activa, optimista y abierta, la alternancia política tuvo como candidato triunfante al entonces príísta, Ricardo Monreal, bajo las siglas de “la Alianza Ciudadana por la Dignidad y la Democracia”, (ACDD) auspiciada por el PRD y el Partido Verde Ecologista”.
Con ello, la oposición política, hasta sin querer, movilizó una estructura, cuya fuerza y alcance, los entonces “decisores” se negaron a reconocer como realidad y el poder político, aunque pasó a otras manos y formas de ser, ¿cayó? en la apariencia de cambiar de tricolor, a bicolor, para permanecer, durar y servir, cuando se ofreciera, ¿normalización? Inclusiones y compromisos hubo y esa “alternancia”, ¿hizo posible el triunfo de Amalia, “calculado y pactado de antemano” y un gobierno que pasó y nada raro hubo en que su sucesor, abrigada su pluralidad política por el PRI, haya sido y todavía sea por un corto tiempo más, el gobernador saliente, Miguel Alonso, cuya trayectoria de servidor público incluye, haber sido Secretario Particular de Ricardo Monreal.
Hoy, ante los cambios, emergencias y perseverancias políticas, más disrupciones leves, la actualidad política no es de coyuntura, sino de una lucha que no logra neutralizar la irrupción de una oposición política, difícil de contrarrestar. ¿Asiste la ciudadanía, a la reedición de un “monrealismo” opositor, diversificado, reconstruido y fortalecido? ¿Qué tan difícil será para el PRI triunfar, y sostener al gobierno y mantenerse en él? ¿Triunfará o no, su candidato, el senador Alejandro Tello Cristerna o lo hará el también senador David Monreal, por Morena y demás partidos y organizaciones políticas que lo respaldan?
Esto es inmediato, pero existe la percepción que desde hace 2 años regresaron a Zacatecas, cuadros u operadores monrealistas, avanzadas políticas de David. Lo cierto, el monrealismo nunca se fue y a la “izquierda” no ha interesado construirse como núcleo político, consistente, flexible y creíble como opositor. Insuficientes, las conferencias de medios, sin intensificar el actuar. El PAN, sin desmesura ni alarde, hace cuentas y va por lo que puede obtener, sin desgastarse. ¿Dónde y cómo quedarán el Verde y el Panal, a la vera del camino? Es exiguo su aporte y obligado sobrevivir.
Sin importar formas, díceres, ni jaloneos, el voto de los zacatecanos se presume de castigo. Después de la elección, la palabra de Miguel Alonso, podrá ser: ¡UFF, por fin! Y a otra cosa.■