En la mañanera del 23 de enero del 2023, el presidente de la República dijo que “cuando es necesario optar entre inconvenientes, entre contener la inflación y afectar el crecimiento, considero que es preferible la primera opción porque repercute en el poder adquisitivo de la población”. Esta es una posición que los neoliberales han mantenido siempre. Proceden a bajar la inflación aumentando la tasa de interés con recortes presupuestales para contener la actividad económica, aumentar el desempleo, para con ello evitar alzas de salarios y reducir demanda y las presiones sobre precios que ésta ejerce. Es decir, hacen descansar la baja inflación en el menor crecimiento económico, mayor desempleo y menores salarios. Esta ha sido la tónica por años que ha predominado en el país. De qué sirve la baja inflación si muchos quedan desempleados y no tienen ingreso para comprar nada. Tales políticas antiinflacionarias han acentuado la desigualdad del ingreso y de la riqueza en el país. El que gana con las altas tasas de interés es el sistema bancario. Ahí están las altas ganancias que obtuvo la banca en el 2022, a costa de la mayor transferencia de recursos que los sectores endeudados – sector público, empresas y familias – han realizado a la banca, lo que les ha reducido su capacidad de inversión y consumo, que ahonda la desaceleración de la economía nacional.
El presidente en dicha mañanera también señaló que “para enfrentar la situación inflacionaria, el Banco de México ha sabido actuar bien y lo va a seguir haciendo, se guía por las decisiones que se toman en Estados Unidos”. El presidente avala la disfuncionalidad de Banxico respecto al crecimiento económico y el fracaso de dicha institución para frenar la inflación. El propio gobierno ha señalado que la inflación es problema de oferta, es decir, de escasez de producción, que presiona sobre precios e importaciones, las cuales ahora son caras y el alza de la tasa de interés que realiza el banco central encarece y reduce la inversión, lo que disminuye más la producción, por lo que sigue la escasez de productos y el alza de precios. El beneficiario de “actuar bien”, por parte de Banxico, ha sido el sector bancario, y no el país. Están aumentando los problemas de incapacidad de pago de la deuda en las carteras de crédito, de los créditos al consumo, a la nómina como de las empresas, debido a que las alzas de la tasa de interés y la austeridad fiscal están disminuyendo el ingreso de empresas e individuos, lo que impide cubrir el mayor costo de la deuda contraída por empresas y familias.
El presidente también dijo que “queremos inflación baja porque eso yo creo que es el impuesto más oneroso que hay, eso es carestía, podemos estar aumentando el salario y hay pérdida de poder adquisitivo, se debilita la capacidad de comprar, en la alimentación en lo básico”. Al respecto hay que decir que el impuesto más oneroso es el desempleo, pues estos dejan de percibir ingresos, lo que aumenta su pobreza. Es mejor que la población cuente con empleo bien remunerado, con lo cual pueden sortear los problemas inflacionarios. Es preferible ello que una baja inflación que aumente el desempleo y deje sin ingreso a amplios sectores de la población.
Por último, el presidente dijo “que en general, tanto en Estados Unidos como con México, hay buenas señales en la economía, no va a haber recesión e incluso en nuestro país, con el añadido, muy importante, dijo, de que hay una mejor distribución de la riqueza”. Todo presidente siempre asume posiciones optimistas. Hay que señalar que Estados Unidos tiene mejores opciones de evitar una recesión, a diferencia de nuestro país. Ellos tienen manejo soberano de su política monetaria y fiscal. Es decir, pueden bajar la tasa de interés e incrementar el gasto de presentarse una recesión, para reactivar la inversión. En cambio México no podrá hacer lo mismo, pues Banxico teme que al bajar la tasa de interés haya salida de capitales y estos dejen de fluir al país y se provoque una devaluación. Por su parte, Hacienda tampoco incrementará su gasto para retomar el crecimiento de la economía, pues creen que ello provoque alzas de precios y desestabilice el tipo de cambio. México seguirá con alta tasa de interés y recortes presupuestales que nos llevarán a una recesión inflacionaria prolongada y a una crisis.
