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jueves, 25 abril, 2024
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Pensamientos al final del año 2021

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

Esta es mi última colaboración del 2021, año de muchas enseñanzas, desafíos y experiencias; fatídico para muchos, de pérdidas y triunfos, de desilusiones, de agravios, penas, pocas alegrías y de muchas esperanzas; todo dependió del lugar, las circunstancias, las vivencias y las personas con las que interactuamos. En todos los casos, el que escribe y los que leen, tenemos la gran oportunidad de vivir y transitar al 2022 con nuevas aspiraciones, ilusiones y retos; pese a que la vida es sin duda, cada vez más compleja, ya sea por los años que pesan sobre nuestras espaldas, o por la misma dificultad de sobrellevar nuestra existencia cada día. En el largo trecho de los 365 días de este año que se va, se han quedado familiares, amigos, compañeros y, hemos sentido profundamente el dolor de cada ausencia que se suma al de anteriores y lamentables pérdidas de personas entrañables; algunos otros, trasmutamos después de padecer y estar en los límites del umbral de la muerte, desde donde ya no fuimos los mismos y pues pudimos observar lo grande y lo miserable que pueden ser algunas personas. El 2021 ha escrito nuestra historia con su propia tinta, sin preguntarnos, sin detenerse a pensar en nuestros propios intereses o anhelos. Hoy como nunca, llegar al término de un año es una verdadera proeza, ya que la inseguridad, la pandemia o alguna enfermedad producto de nuestro tiempo, pueden enviarnos a otro plano astral, sin tal vez dejar que culminemos con nuestra misión si es que la teníamos. Nunca como ahora, nuestra humana estructura es tan endeble y tan dependiente de los países asiáticos y otros factores como el clima; hoy la comunidad global es tan dócil ante la enfermedad dirigida a manera de guerra biológica que usa cubre bocas en lugar de cascos y vacunas en vez de armas. La revolución, ha pasado a otro nivel, al de la manipulación de masas y de la aniquilación progresiva que no respeta arraigos, talentos o lazos familiares. Mis reflexiones de este día, sin embargo, parecen más reclamos y osadías pues los recuerdos están ahí, los residuos de dolor están presentes en cada rincón de nuestro engranaje interno y nos hacen vulnerables cual recién nacido. El 2021 se quedará presente como un tatuaje permanente, pues la humanidad es otra después de la COVID-19; nefasta estrategia que nos tiene al borde del colapso humano, con secuelas y odios permanentes, con una nueva cultura, la de la separación afectiva y de las sonrisas ocultas, la del no libre tránsito y la disciplina sanitaria que nos condena al encierro y a clases virtuales infructuosas en detrimento de la formación académica de muchos jóvenes y niños. El año que por fin se va, se lleva muchas cosas y, varios que no pocos, que deseábamos que terminara, ilusamente solo advertimos que el próximo 2022, no será muy distinto, solo espero no sea peor y que el ómicron y las demás mutaciones que se provoquen, no nos alcancen aunque la vida que hemos diseñado como especie, no muestra síntomas de alivio a todos nuestros males y contingencias sanitarias presentes y futuras. Dentro de las positividades que deja el viejo 2021, están la misma vida que se abre paso a la muerte, el amor que nace y el que permanece, la solidaridad, la familia que uno elige y que nos sobrepone a estirones ante las adversidades, la amistad que persiste más allá del tiempo y el espacio, la necedad de lograr el triunfo después de cada fracaso, pese a oscuridades que irremediablemente se iluminan con nuestra luz propia hasta segarse totalmente. Recordaré con profunda tristeza a los que ya no están materialmente, rezaré a mi manera por aquellos que se han quedado solos y con problemas más graves que los míos, agradeceré cada día por tener a mis hijos bien, por tener una familia, por el empleo que me dignifica, por el amor que me motiva y no me deja caer, levantaré mi plegaria al término de las doce campanas por mi Zacatecas y por nuestro México, imploraré al Universo en su conjunto para que las miserias humanas no afecten a las niñas, niños y jóvenes y, finalmente, pediré para todos, que el sol ilumine su sendero los próximos 365 días, que el éxito y la buena salud sean permanentes, que por fin alcancemos el triunfo en todas nuestras actividades, que los malos pierdan la batalla y que la justicia prevalezca siempre en cada caso, que cómo humanidad recuperemos nuestra esencia y las virtudes perdidas. Les abrazo con cariño y de corazón, PRÓSPERO Y FELIZ 2021.

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