En días pasados un grupo de estudiantes de Ingeniería Química de la UAZ, junto con un servidor visitamos las instalaciones de la Central Laguna Verde, una planta de generación de electricidad a base de la fisión de uranio. Dicha central cuenta con dos reactores nucleares modelo BWR-5 para el aprovechamiento del calor generado por las reacciones de fisión y producir 810 MWe en cada uno.
La ubicación elegida para la instalación de la central reduce los riesgos de una catástrofe como la ocurrida en Fukushima, Japón y tiene la capacidad para albergar más reactores nucleares e incrementar la energía producida mediante esta tecnología.
Los científicos alertan constantemente de la inminente llegada al punto de no retorno respecto a las emisiones de efecto invernadero y los daños catastróficos que implica para el clima mundial, sin embargo, a partir de la década de los noventa, los grupos ambientalistas, generando miedo en la población, y usando los accidentes nucleares, han impulsado la idea del peligro que representa el uso de la energía nuclear.
Estas políticas han llevado a países como Alemania a cerrar sus centrales nucleares paulatinamente, siendo este año la fecha límite para apagar los pocos reactores nucleares que aún se encuentran en uso en el país. Muchos países europeos se sumaron a esas acciones frenando la instalación de plantas que se encontraban en planeación para ser instaladas en el continente y que habrían permitido reducir la emisión de gases provenientes de plantas de energía que emplean combustibles fósiles como fuente.
En el mundo existen 448 reactores nucleares en operación, Estados Unidos de América, el más grande productor de energía nuclear, el mes pasado puso en operación su reactor más nuevo, en contraposición a las políticas europeas de no utilización de la energía nuclear. Países como China, Rusia e incluso Japón tienen en ejecución proyectos para ampliar su capacidad nuclear en un futuro cercano.
¿Debería el estado mexicano incrementar la capacidad de producción de la Central de Laguna Verde?
Es innegable que el escuchar la ampliación de la capacidad nuclear de un país, genera mucho ruido entre la sociedad y los ambientalistas, sin embargo, la evolución de estos reactores ha sido muy grande a partir de los accidentes de Chernovil y Fukushima, otorgándoles sistemas pasivos de seguridad que reducen en gran medida las afectaciones debidas a algún incidente.
Sumado al avance tecnológico, el cambio climático es una emergencia ambiental a la vuelta de la esquina y la satanización de esta tecnología a nivel mundial impide la sustitución de centrales fósiles por una tecnología que otorga la estabilidad de generación que las fuentes renovables no dan y al contrario, dificultan su integración a los sistemas eléctricos.
México puede y debe caminar hacia una transición energética de la mano de la energía nuclear, la Central de Laguna Verde, es una gran muestra de que los mexicanos podemos hacer bien las cosas.
