Con décadas de experiencia en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Ángel Román Gutiérrez ha decidido dar el siguiente paso en su carrera académica: aspirar a la Rectoría. Desde joven, su sueño era formar parte de esta institución. Primero como estudiante, luego como docente, más tarde como investigador, funcionario y finalmente como secretario general con licencia. Su trayectoria es amplia y, como él mismo señala, su candidatura no es producto de la improvisación, sino el resultado de años de trabajo académico y administrativo que le han permitido conocer a fondo la estructura y los desafíos de la universidad.
Inicialmente reconoció que la UAZ enfrenta problemas estructurales y financieros de larga data, como la deuda histórica con el ISSSTE, que supera los 3,500 millones de pesos. Sin embargo, no se limitó a señalar los problemas: propuso soluciones, como la gestión de convenios ante el gobierno federal para condonar los intereses de la deuda, lo que permitiría convertirla en un monto manejable. Para él, la crisis financiera también se ha profundizado debido al aumento en la matrícula sin un incremento equivalente en el subsidio, un desajuste que, afirma, debe corregirse mediante una gestión efectiva y acuerdos institucionales.
Otro punto clave en su propuesta es la vinculación de la universidad con la sociedad. Subrayó que muchos de los trabajos académicos de alto nivel no salen de los muros de la institución. Investigar temas como el agua, el campo, el medio ambiente o la migración no basta si esos estudios no se traducen en políticas o soluciones concretas. Menciona que otros estados, como Nuevo León, han logrado una articulación exitosa entre universidad y gobierno. Para él, la UAZ debe seguir ese ejemplo y ofrecer sus servicios, conocimientos y capacidades al estado y al país.
Parte de su visión incluye el rescate de iniciativas con impacto social directo, como las brigadas universitarias que él mismo impulsó, llevando atención médica, psicológica y odontológica a colonias populares y comunidades marginadas. Con la ayuda de nuevas tecnologías, propone incluso extender estos servicios a los migrantes zacatecanos en Estados Unidos. En este sentido, busca consolidar una universidad que no solo forme profesionales, sino que sea útil a la comunidad, que ofrezca soluciones y que esté verdaderamente integrada con su entorno.
Las propuestas que plantea están dirigidas a los tres sectores que conforman la universidad: estudiantes, académicos y personal administrativo. Para el estudiantado, promete acceso universal a internet como herramienta esencial para su formación, gestión de becas en coordinación con el sector empresarial y la digitalización de trámites administrativos. Considera también como prioridad atender la salud mental de los jóvenes universitarios, un tema que se volvió especialmente urgente tras la pandemia. Añade a esto propuestas para mejorar las instalaciones deportivas y artísticas, con el fin de brindar una formación integral y aprovechar el talento estudiantil en diversas áreas.
En cuanto al cuerpo docente, Román propone un respeto irrestricto al contrato colectivo, la consolidación de plazas y basificaciones, así como el fortalecimiento de los perfiles académicos dentro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y PRODEP. También consideró esencial gestionar apoyos para congresos nacionales e internacionales, así como mejorar el acceso a recursos para el desarrollo profesional de los docentes.
Para el personal administrativo, sus propuestas apuntan a mejorar las condiciones laborales y respetar íntegramente el contrato colectivo de trabajo. Reconoció la labor fundamental que realizan en la operación diaria de la universidad y se comprometió a brindarles herramientas y condiciones que dignifiquen su trabajo.
Ante las críticas por los altos sueldos de funcionarios universitarios, fue enfático en que su administración se sujetará estrictamente a los lineamientos del gobierno federal. “Ni un peso más de lo que está autorizado”, afirmó, y recalcó la importancia de evitar cualquier desvío de recursos. Su propuesta de austeridad está acompañada por una visión de eficiencia: plantea una reforma administrativa basada en la digitalización. Aspira a que los estudiantes y docentes puedan obtener constancias o documentos sin tener que desplazarse físicamente y que los trámites como la entrega de credenciales se resuelvan en plazos máximos de dos semanas.
Román defendió con firmeza el carácter autónomo y popular de la UAZ. Recordó que es una de las universidades más accesibles del país, y que esto ha permitido que jóvenes de comunidades rurales y de bajos recursos puedan estudiar. Por eso, plantea que ningún joven debe abandonar sus estudios por motivos económicos. Afirmó que ya ha gestionado apoyos de transporte, hospedaje y alimentación, y que como rector buscará fortalecer estos servicios para garantizar que todos los jóvenes permanezcan en las aulas.
Sobre temas de transparencia y combate a la corrupción, se refirió al caso de la llamada estafa maestra. Aclaró que es un proceso que está en manos de la Fiscalía y que la universidad colaborará en todo lo necesario. En su administración, promete implementar un modelo de “estantería abierta”, en el que cada unidad académica y dependencia pública de la universidad tenga la obligación de publicar sus gastos y presupuestos. Esta rendición de cuentas deberá estar disponible en plataformas digitales y en los portales oficiales de la UAZ.
Finalmente, Román hizo un llamado a la unidad. En lugar de polarización, propone inclusión. Dijo que su objetivo es reunir a todos los universitarios y universitarias en un proyecto común, donde el diálogo y los acuerdos sean los pilares para transformar la institución. “Una universidad con conflictos no avanza, y la sociedad siempre nos está observando”, concluye. A unos días de las elecciones del 10 y 14 de mayo, confía en que la comunidad universitaria reconocerá en su propuesta la experiencia, visión y compromiso necesarios para liderar una nueva etapa en la vida de la UAZ.