El mito de que los salarios en México ya no pueden subir más es una de las creencias más importantes de desmantelar, expuso Viri Ríos en la presentación del libro «Así no es», la tarde de este viernes en el Foyer del Teatro Calderón.
Lamentando que muchos políticos, empresarios y personas con nivel educativo alto sostengan ideas poco informadas acerca de lo que se puede hacer para mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores, la economista explicó que, en los países de la OCDE, las empresas promedio dividen sus ingresos entre el 60 por ciento para sus trabajadores y el 40 por ciento para los propietarios. Sin embargo, en México, la proporción es marcadamente desigual, con apenas el 35 por ciento destinado a los salarios y el 65 por ciento a los empresarios.
Ríos subrayó que este es un margen significativo para mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores mexicanos, aún más de lo que se logró durante el sexenio del ex presidente López Obrador. Expuso que los temores sobre los efectos negativos de incrementar los salarios, como la inflación o quiebras empresariales, no están sustentados en los datos.
Por su parte, la historiadora Mariana Terán, comentó el libro explicando que la narrativa de que estados ricos como Jalisco y Nuevo León no deberían contribuir al desarrollo de los estados más pobres, es además de éticamente problemática, históricamente incorrecta, al ignorar la contribución estratégica y cultural del sur de México al desarrollo nacional.
La académica se apoyó en ejemplos históricos, como el pacto federal de 1824 para argumentar que las desigualdades actuales también tienen raíces en decisiones fiscales y políticas históricas. Resaltó que el federalismo mexicano nació con la promesa de igualdad entre los estados, pero ha perpetuado la concentración de recursos y el desequilibrio en el desarrollo regional, particularmente entre el norte y el sur del país.
«Así no es», un libro escrito en coautoría con Raymundo Campos, director de la Facultad de Economía del Colegio de México, aborda el impacto de estas narrativas falsas y cómo han sido utilizadas para justificar niveles de desigualdad extrema en el país. Algunos de los otros mitos que se abordan en la publicación incluyen creencias profundamente arraigadas como que ‘los pobres son pobres porque quieren’, que ‘el gobierno gasta de más’, que ‘los mexicanos no somos racistas’, y que para atraer la inversión se deben reducir los impuestos que pagan las empresas.