- Autor busca que se conozca a Gachita como luchadora social y sus aportes a la cultura
- Publicación será editada por Texere y respaldada por la oficina de Equidad y Género de la UAZ
Graciela Amador. Una vida zacatecana por el amor al arte y la justicia es el libro que a modo de homenaje y con la intención de dar a conocer las aportaciones a la cultura nacional de la periodista, escritora, compositora, actriz, folclorista, luchadora social y teatrera, escribió Martín Letechipía Alvarado.
En la propuesta de portada, aparece Graciela, “Gachita” Amador (nació en Villa de Cos, Zacatecas, a finales del siglo 19; murió en la Ciudad de México en 1951), vestida con el atuendo de las tehuanas y rematada la cabeza con un gran moño, en una imagen de entre los años 20 a 30 del siglo pasado.
Es difícil obtener una fotografía de la zacatecana, comenta el estudioso de la cultura popular mexicana, que considera a la que aparecerá en el volumen que editará Texere y respalda la oficina de Equidad y Género de la UAZ, “como una joya”.
Martín Letechipía Alvarado buscó poner ya la atención en esta figura “que a mi juicio está muy olvidada” poniéndole su nombre al que denominó Primer Fandango Regional de Títeres “Gachita Amador”, que tuvo verificativo en octubre del año pasado.
Luego del evento, se ha dedicado durante casi un año a recopilar información para profundizar en su vida y obra, con la que tuvo un primer acercamiento hace años gracias a su relación con la tititera, escritora y dramaturga Mireya Cueto.
No obstante, apunta al respecto que aunque tiene él mismo dedicándose al teatro de títeres alrededor de 20 años, en los que una vez y otra había surgido el nombre de Graciela Amador, “yo mismo no me había dado cuenta de la importancia del personaje”. Y lamenta que en vida de Cueto no hubiera sido tema central de sus conversaciones.
Refiere sobre el vínculo entre ambas mujeres que Cueto en una entrevista para El Universal, cuando se le preguntó a quién admiraba de entre todos los personajes que conoció, destacó a Gachita Amador, de quien dijo, tenía una energía extraordinaria a sus entonces 70 años de edad, pues todavía tocaba la guitarra y bailaba La Bamba.
Esa expresión resultó significativa para Martín Letechipía, de tal forma que se convirtió en su misión durante un año el indagar sobre esta deferencia hacia la zacatecana.
“Esta investigación me hizo conocer, entender y querer mucho a este personaje. Yo estoy enamorado de la figura de Gachita como luchadora social, activista, feminista, pianista, folclorista, corridista, cuentista, poeta, organizadora de mineros y titiritera. Gachita es muchas cosas y en todas las áreas del arte esta mujer fue extraordinaria porque hay que ver lo que dicen de ella los artistas de su época”.
Discípula de Manuel M. Ponce, a quien el compositor consideraba la mejor de las promesas como ejecutante al piano; editora, reportera y administradora de El Machete -órgano de difusión del Sindicato de Obreros, Técnicos, Pintores, Escultores y Grabadores Revolucionarios de México-, sindicalista, cuentista, poeta y dramaturga, que influenciara la escritura de José Revueltas; investigadora del folclor de México celebrada por Vicente T. Mendoza, compositora, protagonista de la época de oro del teatro de títeres en el país y pionera de la televisión mexicana, la vida y la obra de Graciela Amador ha sido soslayada irremediablemente a la sombra de la figura de David Alfaro Siqueiros, con quien estuvo casada durante 10 años.
La obra y el nombre de una de los 18 hijos del historiador liberal zacatecano Elías Amador, se vincula al de personajes como la política comunista alemana Clara Zetkin, el compositor Silvestre Revueltas, el investigador del folclor nacional Vicente T. Mendoza, y a los pintores José Clemente Orozco, Diego Rivera, Xavier Guerrero, Fermín Revueltas y José de Jesús Alfaro Siqueiros, este último a quien bautizó como “David”, nombre con el que se inscribiría en la historia del arte mexicano.
Con estos seis últimos fundó El Machete, “un periódico que fue importantísimo en la historia de la lucha social y el arte”, apunta, Martín Letechipía.
Se carteó durante muchos años con el poeta Pablo Neruda, a quien le reportaba el acontecer político y cultural del país, son entre otros elementos, los que la exhiben como protagonista del nacionalismo mexicano, donde su nombre y aportaciones aparecen repetidamente y sin embargo, dice Martín Letechipía, “¿qué pasa, por qué no se le da tanta importancia? Ya debió haber aparecido una biografía extensa, y resulta que no”.
“Entonces lo que yo intento hacer es una serie de apuntes sobre Gachita Amador para que se empiece a conocer”, y que tienen como ejes su actividad como luchadora social, sus aportes a la cultura nacional en las artes escénicas, la música y la investigación, divulgación y difusión del folclor.
“Ahorita estamos en el proceso de tratar que se publique a través de la Coordinación de Equidad y Género de la UAZ”, que encabeza Enna Maldonado, y de que esté listo para el Segundo Fandango Regional de Títeres “Gachita Amador”, al que también convocó a colaborar desde las instituciones y las organizaciones no gubernamentales, a quien le interesen los niños, pero también personajes como la destacada artista y luchadora social zacatecana